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EL PESO PESADO DE "PLUMA"

¿Qué surgirá de la alianza de esta tradicional publicación con un sofisticado socio financiero?

26 de diciembre de 1983

"Esta revista llega a usted como una cortesía del sistema Credibanco". Con tales palabras impresas sobre una fajilla de papel entreverada dentro de la publicación, la veterana revista "Pluma" (8 años de existencia y 39 entregas en total acumulado) se convirtió en otra de las grandes divas de la circulación (al lado de Diners, del bloque competencia), con la cantidad de 70.000 unidades. El salto, astronómico para la modesta "Pluma", fuera del susto, no le implicó hasta este primer número de alianza con los financieros, ninguna modificación crucial de contenido ni de diagramación. Dedicada en su cubierta a Rafael Pombo, trae las consabidas secciones de historia y filosofía, arte y libros, poesía y literatura. Con papel satinado de principio a fin, 80 páginas y 27 de ellas dedicadas a la publicidad de consumo, logró "Pluma" que Credibanco asumiera los costos en un 50%.
El resto correrá por cuenta de anunciadores y propaganda. La pregunta es, en términos prosaicos, ¿quién controla a quién? Según su director, el senador Jorge Valencia Jaramillo, la iniciativa partió de la revista y fue aceptada por Credibanco. A estos últimos, obviamente, les interesaba cualquier propuesta. Su rival en tarjetas de crédito, Diners, lleva años editando una lujosa y dedicada publicación con lo más rumboso y sofisticado del periodismo local: de Samper Pizano a Lozano Simonelli. Intentos anteriores por cuajar algo habían abortado. Se imponía hacer revista como la competencia, diferente a ella, pero de similar contenido. Aceptar el abrazo de "Pluma" significaba la solución a su ausencia del mundo editorial. La heterogeneidad de "Pluma" que en su cabezote lleva los subtítulos de "Política, arte, economía, literatura", sumada a su experiencia, y seguramente a la mescolanza tibia y arrolladora de su cuerpo editorial (Gómez Hurtados, Santos Castillos, Melos Guevaras, Morales Benítez) hacían el coctel perfecto. Los lectores de "Pluma," es decir los usuarios de la tarjeta que abriga a 16 Bancos y una Caja de Ahorros se sorprenderán de encontrar en su correo esta "Pluma"en título pero peso pesado en artículos: Confucio el Platón de Oriente o un sesudo artículo sobre los 500 años de Lutero. Las entregas que vienen darán la pauta: porque en una sociedad 50 y 50%, por definición no hay decisión. El futuro de "Pluma" está en las manos de políticos y banqueros, lo cual no marca diferencias.
Pero esta alianza refuerza una revista, no por diletante, lúcida y ambiciosa.
DE FRENTE, MAR
Con periodicidad quincenal y llegando a su cuarta entrega después de un número cero experimental, "De Frente" se autodefine como un periódico deliberante. Con su consejo editorial presidido por el propio rector de la Universidad Nacional y dirigido por el filósofo Rubén Sierra, se constituye en el órgano de expresión "oficial" del aula máxima. Editado en Bogotá, ha sufrido un leve pero sustancial proceso de cambios formales (cabezotes, titulación, folios, tamaño de la tipografía). Con secciones fijas (Internacional, Música, Noticiero, Educación) y un marcado interés por el acontecer nacional y universitario, "De frente" está escrito por profesores de la propia Universidad, lo cual garantiza su calidad y carácter. La sección Agenda, al final, recoge con paciencia los eventos culturales de todas las universidades. 16 páginas, formato tabloide, impreso en offset con profusión de material gráfico original, 5 y 3 columnas, $15, constituye un ejemplo de periodismo universitario e independiente. Su supervivencia dependerá de la capacidad para incorporar tendencias e informar sustanciosamente.
ADIOS A BUCHHOLZ
No hay lector bogotano ni extranjero que desconozca la librería Buchholz del centro capitalino, Jiménez con 8a. Siete pisos de libros, hace varios lustros, con los libros más increíbles y necesarios dentro de una mentalidad de lector y librero: de astronomía a culinaria o de literatura a arte. El señor Buchholz termina su librería del centro. Aunque sigue la de Chapinero y una nueva en el Centro Internacional, jamás se vio en Latinoarnérica una librería de la calidad de Buchholz. Lo que le debe Colombia a este venerable empresario y bibliófilo no se podrá calcular. Sólo resta añadir que con este traslado, el corazón de los que aman y necesitan los libros sufrirá esa herida de amor y rabiosa nostalgia de lo perdido. -
Camilo Umaña Caro -