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Feria con altura

El 7 de diciembre comienza Expoartesanías, uno de los eventos más esperados del calendario de ferias de Bogotá.

1 de enero de 2001

Casi nadie puede sustraerse al encanto de los mercados artesanales. Cuando un recinto como el de Corferias recibe a los mejores artesanos de todo el país y de 10 naciones invitadas el tema atrae a miles de curiosos y posibles compradores. Y si a esto se le agrega que en la exposición se encuentran los mejores ejemplos de artesanía tradicional combinada con los avances del diseño moderno el resultado es una de las ferias más esperadas por el público.

Este año Expoartesanías se llevará a cabo entre el 7 y 17 de diciembre en Corferias y, de acuerdo con los cálculos de Lucy de Ruan, directora del evento, se espera a por lo menos 120.000 visitantes.

La feria se ha convertido en un escenario muy importante tanto para artesanos como para compradores. A los expositores se les ha permitido acceder a un público muy amplio que incluye compradores internacionales. Como señala Lucy de Ruan, “el año pasado, en el marco de la feria, se realizaron ventas por un valor superior al millón de dólares”. De hecho, este año Artesanías de Colombia ha organizado un show room para los compradores nacionales y del exterior, en el que se exhibirán una serie de productos seleccionados especialmente por su alta calidad, su precio competitivo y la capacidad de producción de los artesanos. Con el apoyo de Proexport han sido invitados unos 30 compradores internacionales, especialmente de Estados Unidos (que es el principal mercado de artesanías colombianas), a quienes se les dará todo el apoyo.

Esto forma parte de una estrategia de comercialización que no termina el día que se cierra la feria. Una vez clausulado el evento se hace un seguimiento con el fin de poder concretar negocios que queden a mitad de camino durante su desarrollo.

La causa de esta internacionalización de las artesanías colombianas debe rastrearse en los albores de la década de los 90, cuando un programa liderado por Artesanías de Colombia comenzó a meterle diseño a los trabajos. Mediante programas de asesoría, talleres y otra serie de herramientas las comunidades rurales e indígenas que se le midieron al cambio comenzaron a mejorar la calidad de su producción, a innovar en sus diseños y a buscarles nuevas aplicaciones a sus técnicas ancestrales.

“La fortaleza y el valor agregado de la artesanía colombiana está en el diseño, señala Lucy de Ruan. Se ha trabajado mucho para que se conserven los oficios pero que el diseño se adapte a las necesidades del mercado moderno”.

Expoartesanías ha reflejado esta progresiva evolución. De hecho, muchos de los objetos que allí se venden no están al alcance de cualquier bolsillo. Y este es uno de los inconvenientes que tienen los productos colombianos de calidad en los mercados internacionales, pues otras naciones inundan los mercados artesanales del mundo con piezas de muy bajo precio.

La feria es el resultado del trabajo de todo el año. “En febrero se abren las puertas a todas las personas que quieran participar en Expoartesanías. Lo primero que hacemos es evaluar y seleccionar los productos“, señala Lucy de Ruan. A través de laboratorios, asesoría y cursos de capacitación que organizan Artesanías de Colombia y Expoartesanías los artesanos que aceptan participar en el programa mejoran el producto. “También damos asesoría en empaques, imagen corporativa, diseño para la exhibición en vitrina para que el expositor pueda mostrar su producto de la mejor manera posible”, agrega.

Esta es una tarea de gran impacto para el país. Al fin y al cabo se calcula que en Colombia 350.000 personas se dedican a la artesanía y sin duda es una de las principales fuentes de trabajo de la economía nacional. Por ese motivo la conquista de nuevos mercados internacionales puede convertir a la artesanía de calidad en uno de los principales rubros de la economía colombiana.