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LA GUERRA DE LAS GALAXIAS

5 de mayo de 1997

El nuevo estreno del clásico de George Lucas es la sensación de la temporada en todo el mundo. HHH Director: George Lucas Protagonistas: Marc Hamill, Harrison Ford, Carrie Fischer, Alec Guiness Parece increíble que 20 años después la película que marcó uno de los más importantes hitos en la historia del cine de ciencia ficción vuelva a sacudir las masas de público de la forma que lo ha hecho. En Estados Unidos, la generosa taquilla recolectada la ha ubicado en el primer lugar entre las cintas más taquilleras de la historia, con más de 450 millones de dólares recogidos, desplazando al segundo lugar a la antigua líder, E. T., de Steven Spielberg. En Colombia las nuevas generaciones, que no habían tenido oportunidad de verla en pantalla grande, han revitalizado el mito que dos decenios atrás hizo furor en los espectadores infantiles. El fenómeno tiene nombre propio. Se llama George Lucas, y no solo es el creador de La guerra de las galaxias sino un mago del mercadeo. Gomoso por naturaleza en todo lo que tiene que ver con tecnología digital y motivado por la idea de perfeccionar la consentida cinta que lo lanzó a la cima de Hollywood, Lucas reelaboró el diseño de algunas de las escenas de la película original y aprovechó para pulir el sonido y la banda sonora. Todo para lanzar la edición especial de la trilogía Star Wars: La guerra de las galaxias, El imperio contraataca y El retorno del Jedi. La intervención costó 30 millones de dólares y la inversión fue recuperada en pocos días. La historia de Luke Skywalker (Mark Hamill) en la lucha por liberar a la princesa Leia (Carrie Fischer) de las garras de Darth Vader para acabar con su reino de tinieblas, con la ayuda de Obi Wan Kenobi (Alec Guiness) y Han Solo (Harrison Ford), tiene sus propios argumentos para haber hecho historia. En primer lugar, marcó el inicio de la revolución en efectos especiales. Y en segundo, porque fue el origen del cine espectáculo, dentro del cual los reyes del género son Lucas y Spielberg. Los decorados, el vestuario, los escenarios, las naves de combate, los robots y en general la composición de la película son una obra maestra del diseño. Cada detalle de su elaboración es una fantasía, y eso, por sí sólo paga la boleta. Independientemente de la historia y de sus débiles personajes, es ni más ni menos la bienvenida al futuro que tanto habían prometido los prestidigitadores de Hollywood. Ese solo mérito le ha asegurado un envidiable puesto en la historia del séptimo arte.