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NO TODO LO QUE BRILLA ES REMBRANDT

Tambalean precios de cuadros del genio holandés, al establecerse que muchos de ellos fueron pintados por sus alumnos.

19 de diciembre de 1988


Como en las mejores historias de suspenso, los críticos, los curadores, los artistas, los mecenas, los grandes coleccionistas, los vendedores, las galerías y el público amante de la pintura, están a la espera de lo que la llamada "Comisión Rembrandt", un grupo de expertos financiado por el gobierno de Holanda, revele en un informe que aparecerá en enero. El esperado informe, con toda razón, tiene asustados a todos: es que se ha demostrado que no todas las pinturas que llevan la firma de Rembrandt fueron ejecutadas por el naestro. Hay que darle el crédito a sus alumnos.

Según el profesor Joshia Bruyn, cabeza visible de esa Comisión, esto no significa que las pinturas sean falsas, ya que no fueron realizadas con fines fraudulentos ni en esa época se comercio ilegalmente con ellas. Lo que ocurre es simple: el hecho de que tantos Rembrandts salieran de las manos de esos alumnos se debe al caracter de su taller, que funcionaba casi como una empresa y vendía libremente la producción, a diferencia de los talleres de los pintores de la Corte, como Velásquez, quienes sólo trabajaban para el rey, su familia y sus ministros. Las reacciones en los museos europeos y norteamericanos, donde reposa la mayor parte de la obra del artista, han sido de preocupacion.

El trabajo de la Comisión se ha apoyado en los más sofisticados medios electrónicos. Opera con un sistema de autorradiografía por activación de neutrones, elaborado en Estados Unidos, y que al parecer resulta infalible hasta en los retoques del lienzo.

La obra inicial del artista está fechada en 1625 y a partir del año siguiente, pintó de forma regular. El informe de la Comisión está comprendido en tres volumenes. Los dos primeros, que ya aparecieron, abarcan de 1626 a 1630 (ocho de los 44 años que el artista empleó en su trabajo), y entre 1631 y 1634. Según la Comisión, se descubrió que una tercera parte de la obra puede ser atribuida a los alumnos. El suspenso entre los interesados en los Rembrandts gira alrededor del tercer volumen del informe, que aparecerá en enero próximo, y se sabe que coleccionistas como la reina de Inglaterra, la Galería Nacional de Londres, el Louvre y el Metropolitan de Nueva York esperan con ansiedad y desesperación los datos que inmediatamente influirán sobre la cotización de los Rembrandts que tienen en sus colecciones. Varios años atrás una pintura de la colección Thyssen, que debía ser vendida en Christie's por unos 10 millones de dólares bajo a 800 mil cuando se conocieron los dos volúmenes del informe de la Comisión, en el cual se atribuía la autoría a un alumno de Rembrandt.

Algunos críticos españoles e ingleses han sugerido la necesidad de ocultar ese informe definitivo, para defender las cotizaciones de las pinturas. Uno de los mayores expertos en el tema, el norteamericano Gary Scwartz, autor del libro "Rembrandt, su vida y sus pinturas" --quizás la mejor obra sobre el pintor, su época y quienes lo rodeaban--, afirma que los cambios en esas cotizaciones son un problema provocado por el valor añadido en los últimos años a la obra de autores famosos.

En España, para citar sólo uno de los países donde hay Rembrandts colgados, existen tres: dos en el Prado y otro en la casa de la Duquesa de Alba. "Artemisa" ya pasó favorablemente el dictamen de la Comisión, pero en cambio el "Autorretrato" se sabe que fue creado por sus alumnos. En el catálogo ya aparece con un interrogante. La tercera pintura, que está en la Casa de Alba, "Paisaje", debe estar incluida en el esperado tercer volumen y las opiniones sobre su autenticidad están divididas.

Por supuesto, existen voces disidentes en este asunto, como la del curador de la Galería Nacional de Londres, quien afirma que la Comisión no es infalible, que sus miembros trabajan mucho pero también pueder equivocarse y si piensan que Rembrandt era perfecto, también deben pensar que hasta él tendría momentos de cansancio en los que encargaría a un alumno o colaborador que finalizara un cuadro.

Mientras tanto en esa misma Galería, miles de visitantes se agolpan ante una de las exposiciones más interesantes de los últimos años, basada en la colección de Rembrandt que tiene ese Museo en la cual, con rayos X, muestras ampliadas del microscopio y otras pruebas científicas se cuenta cómo mediante el examen técnico y científico de la pintura, también se puede revelar y conocer el proceso creativo del artista. Según el director de la Galería, Neil McGregor, seguir paso a paso, poro a poro, sustancia a sustancia el proceso de trabajo del pintor es un momento maravilloso. Los espectadores regresan a casa con la sensación de haber estado algunas horas en el mismo estudio del pintor, observando cómo preparaba las mezclas, cómo pintaba, cuánto duraba trabajando un cuadro, los cambios que iba introduciendo, los retoques.

Curiosamente este pintor ha sido uno de los más analizados, escrutados y estudiados en todos estos años, y por eso el trabajo de la Comisión holandesa no sorprendió a nadie. En 1913, la lista de obras de Rembrandt llegaba a 988, después se redujo a 630, luego a 550 y en 1968, la lista alcanzaba 420 pinturas que se aseguraba fueron realizadas por él mismo. Cuando aparezca el tercer volumen en enero, dicen los expertos, esa lista quedará reducida a 300 títulos.

La Comisión lleva 20 años trabajando, observando las pinturas, buscando evidencias y cuando aparecieron sus conclusiones iniciales sobre el trabajo de esos ocho primeros años, los Museos comenzaron a temblar. La Galería de Londres, poseedora de una de las mayores colecciones de Rembrandt ha colaborado estrechamente con los investigadores y la exposición que actualmente desarrolla les ha servido para comprobar que cuatro Rembrandts no lo eran. La confusión aumenta porque Rembrandt dejaba que los alumnos pusieran su firma en obras pintadas por él mismo o colocaba su nombre a obras ajenas.

El suspenso sigue en el aire, las cotizaciones tiemblan, los expertos hacen vaticinios, los coleccionistas esperan.--