Home

Cultura

Artículo

PREMIO SORPRESA

Aunque no estaba entre los favoritos, Manuel Mejía Vallejo ganó el "Romulo Gallegos".

28 de agosto de 1989

Pasados los 65 años de edad, Manuel Mejía Vallejo, encerrado en su pequeña finca a pocos kilómetros de Medellín, sigue peleando con las palabras, como él mismo dice, y adelanta la redacción simultánea de cinco libros: una novela sobre Cristobal Colón un tomo con ensayos sobre artes plásticas, una pieza teatral y dos libros de cuentos, mientras en sus gavetas mantiene guardadas tres novelas inéditas y otros cuatro libros de cuentos.
De esa finca, donde vive con su mujer y cuatro hijos, sólo sale una vez a la semana, los miércoles, cuando se reune en la Biblioteca Piloto con un grupo de muchachos que quieren ser escritores, trabajan en sus propios proyectos, discuten lo que hacen y cada año publican un discreto tomo con una selección de sus escritos. Entonces, los que tienen algo que decirle, o entregarle un manuscrito o hacerle una invitación a un festival literario en Miami o un encuentro en Frankfurt, aprovechan esa única ocasión porque al día siguiente, muy temprano, regresa a la finca, las gallinas, los perros y la vieja máquina de escribir.
Rodeado de esos muchachos que están aprendiendo a descifrar el misterio de las palabras, es cuando le reconocen una de sus principales virtudes humanas, que el crítico Orlando Mora, uno de sus amigos más entrañables, resume así: "Lo que más sorprende en él, en un escritor tan importante,es su capacidad para escuchar, para acercarse a lo jóvenes, para aceptar sus tensiones y preocupaciones, para comprenderlos. Creo que en Colombia ninguno de los autores consagrados se preocupa tanto por los que están comenzando y eso dice mucho de su corazón tan generoso".
Este es el escritor colombiano que acaba de ganarse el Premio Rómulo Gallegos con su novela "La casa de las dos palmas", editada por Planeta y, curiosamente, catalogada por algunos críticos como uno de sus libros menos logrados, inferior a novelas estupendas como "Tarde de verano "," El día señalado"-que gano el premio Nadal-,"Aire de tango" que recibió el premio Bienal en Cali y "Las muertes ajenas", sólo unos pocos títulos en una bibliografía extensa y traducida a varios idiomas.
Gracias a la forma como fue manejada desde Caracas la información sobre el "Rómulo Gallegos", anticipando finalistas y descartando nombres, hasta último momento el libro de Mejía Vallejo aparentemente no figuraba entre los más opcionados, aunque había pasado a un grupo de escogidos, en el cual también estaban el colombiano Rafael Humberto Moreno Durán con "Los felinos del canciller", el cubano Jesús Díaz con "Las iniciales de la tierra", del nicaraguense Sergio Ramírez con "Castigo divino", el puertorriqueño Luis Rafael Sánchez con "La importancia de llamarse Daniel Santos", la argentina María Granata con "La escapada" y el venezolano Salvador Garmendia con "El capitán Kid". De acuerdo con las reseñas que han venido apareciendo durante estos dos años, marco dentro del cual tenían que haber sido publicadas las novelas opcionadas, los dos mejores libros son los de Jesús Díaz y Sergio Ramírez, especialmente el del cubano, un gigantesco fresco sobre la Revolución a través del recuento obligatorio que un trabajador tiene que hacer de toda su vida, llena de zozobras, altibajos personales y políticos y laberintos sentimentales.
"La casa de las dos palmas", un libro que Mejía Vallejo había entregado renuentemente a la editorial, después de una auténtica cacería montada por Mireya Fonseca, funcionaria de Planeta, quien envió el libro a Caracas sin consultarle al escritor porque conoce su reticencia a toda forma de publicidad, ganó entre 66 libros latinoamericanos en la sexta convocatoria del premio, dotado con una suma aproximada a los 3 millones de pesos colombianos, una medalla de oro y un diploma que se entregarán este 2 de agosto, natalicio de Gallegos. Antes habían ganado Mario Vargas Llosa con "La casa verde", Gabriel García Márquez con "Cien años de soledad", "Terra Nostra" de Carlos Fuentes, "Palinuro de México" de Fernando del Paso y "Los perros del paraíso" de Abel Posse. Cuando Vargas Llosa ganó el premio le consultó a Casa de las Américas qué hacia con el dinero. Le sugirieron que lo entregara a un grupo guerrillero en América Latina y el peruano prefirio consignarlo en su cuenta bancaria. Dos años después, García Márquez, delante del presidente venezolano y numerosos reporteros, en un acto de simple provocación, le entregó el cheque al dirigente del MAS, Teodoro Petkoff. En cambio, al mexicano Del Paso el premio le sirvió para instalarse en Europa durante largos meses a escribir "Noticias del imperio".
Mejía Vallejo sigue siendo el mismo escritor que habla con su marcado acento de campesino paisa. Según él, nada ha cambiado con el premio, ni tiene por que cambiar, seguirá haciendo las mismas cosas de antes, a su regreso de Caracas, donde debe estar reaccionando con timidez y embarazo ante el asedio de los periodistas.

MANUEL MEJIA VALLEJO:
"Voy a celebrar en cualquier cantina"
El, que es catalogado por quienes lo conocen bien como el mejor amigo de sus amigos, que siempre ha recalcado sus origenes campesinos y que no soporta las críticas a sus libros (se molesta visiblemente cuando aparece algún comentario adverso a sus obras y es capaz de alegar publicamente con el crítico, llegando a quitarle el saludo en otras ocasiones), sostuvo este diálogo relámpago con SEMANA:
SEMANA:¿ Cómo recibió la noticia del premio ?
MANUEL MEJIA VALLEJO:Con serena humildad, como recibo todas las cosas de la vida, las buenas y las malas.

S.: Pero, ¿ se alegro con la noticia?
M.M. V.: Comencé a alegrarme cuando mis amigos, que no son muchos, comenzaron a llamarme y decirme que estaban felices. Ahí fue cuando comprendí la importancia de todo esto.

S.:¿ Qué significado le encuentra al premio ?
M.M. V.: Más que un reconocimiento personal,lo tomo como una constancia a la vocación de toda una generación que ha escrito, pintado, esculpido, declamado y realizado todos los oficios para poder ser escuchada dentro y fuera de Colombia. Lo tomo como un reconocimiento a quienes tienen mi edad y siguen trabajando todavía.

S.:¿ Cómo lo va a celebrar?
M.M.V .: En cualquier cantina, en cualquier recodo del camino.

S.: Y ahora, ¿ qué viene?
M.M. V.: Seguir mi vida parroquial, las cosas seguirán iguales.

S.:¿Qué esta escribiendo ahora?
M.M.V.: Necesito siempre escribir varios libros simultáneamente, de modo que en estos momentos tengo cinco libros, uno de ellos una historia sobre Colón, de la época de Colón. Y también un ensayo largo sobre artes plásticas porque, no se olviden que yo nunca estudie literatura, lo mío era el dibujo y fíjese por donde vamos.

S.:¿ Cómo encuentra este libro premiado en comparación con los otros?
M.M.V.: Lo mejor que tiene está en los diálogos, pero dejo que otros hablen de mis libros.No quiero que la soberbia me arrastre, cada libro tiene su tiempo y su espacio y este también lo tiene.