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SPIELBERG DIABOLICO

El más taquillero director norteamericano Produce "Poltergeist".

15 de noviembre de 1982

Siempre me han asombrado los catálogos gringos, de cualquier cosa. Comienzan con los más elementales pasos, como enchufar el aparato y siguen paso por paso procesos normales, como si fuera la primer vez que uno compra un radio o arma un rompecabezas.
Son tan explícitos y teniendo en cuenta los detalles más minimos que a veces uno confunde esta sistematización gradual de la información con una enseñanza para retardados mentales. Este proceso lo utiliza Steven Spielberg apura sangre fría.
En Juegos Diabólicos (Poltergeist) la escena central es sensacional: usted ve una sala normal con elementos electrónicos adicionales como televisores, una hermosa e inquietante escalera curvada, un cuarto y una puerta al infierno. Spielberg dice de ella: "es una puerta a un plano astral de existencia más alto". Dentro de esa secuencia sólo cinco personas acorraladas. Agréguese a lo anterior una luz y comiéncese: Una mujer enana construye una atmósfera de terror y suspenso que irá cogiendo al espectador en la misma forma de los catálogos. Ella describe los fantasmas, sus formas, sus maneras, lo que hay que hacer, lo que no se debe mencionar, cómo llamarlos, cómo atraparlos y ahi, aunque usted no lo quiera, va recibiendo la información necesaria para que cuando los hechos se precipiten usted no necesite ver nada (como sucede) y se angustie y violente.
Antes se decía que esa no era una película para nerviosos, pero ahora se podrá decir: "no es para enguayabados"; así fui yo y hubo momentos en que tenía que desligarme de la realidad. Juegos diabólicos, comienza con la misma técnica de Tiburón y casi con la misma atmósfera de E.T. el Extraterrestre que veremos en diciembre. Una pequeña ciudad, una casa tranquila en plena clase media norteamericana y un perro. Poco a poco Spielberg construye su mundo de una manera tan sencilla, que usted no volverá a ver su televisor prendido al terminar la emisión, sin sentir un escozor mental.
Cada elemento tiene su carga emocional designada para manipular las emociones del espectador. Los actores crean el clima pero, por sobre todo el mundo, incluido el director, la sombra de Spielberg es el verdadero Poltergeist.
Tobe Hooper no solo tuvo que dirigir una película muy a la manera de la de horror de los cuarentas, sino que sufrió en carne propia la forma como en esta época se trataba a los directores. "Tobe hizo algunas escenas" dice S.S.
Cada secuencia, cada toma tenía su guión ilustrado (story board) aprobado por S.S. quien escribió la idea original, corrigió la versión dada por Mark Grais y Michael Victor trabajó en el "Story" y produjo la película, estuvo casi a diario en el set, e hizo la edición final.
La película se rodó casi simultáneamente con "E.T. El Extraterrestre" que de paso ha roto records en taquillas en USA y reavivó la industria cinematográfica dándole un pedestal a S.S. Juegos diabólicos costó 10.3 millones de dólares, se filmó en sólo 60 días y tiene más de 100 efectos especiales interesantes en su realización aunque tradicionales en su representación como en la puerta monstruo. Sin embargo, aunque el truco en la escena del espejo no es muy bueno, es realmente sobrecogedor quizás como por la forma en que el actor al mover las manos nerviosamente arrecia el problema.
Juegos diabólicos no es la obra completa que se desearía, hay que anotar lo expresionista de los efectos especiales, tanto los fantasmas como las nubes que corren sobre el pequeño pueblo norteamericano a velocidades anormales y en golpes de color estraterrestres. Usted, como tanta gente, estará con los ojos puestos en la pantalla y cada tanto tiempo, comandado por Spielbarg, se arrellanará en el asiento cuando aquel le de un respiro para tomar fuerza (la situación de la casa es la misma de "El Resplandor", ¿recuerdan?) cuando ya ha terminado el horror y la casa ha sido exorcizada por esta excelente actriz enana Zelda Rubinstein, la trama continúa tan exagerada que uno piensa que se es solo parte del sueño que tiene la madre en la tina en donde debió terminar. Lo que no se vio en la primera parte ahora está presente arrasándolo todo, inclusive el clima gótico terminado en una atmósfera de película clase B. Pero cuando uno llega a esa conclusión final, ya han pasado los créditos y uno está más calmado. La verdad es que S.S. no debió meterse tanto y falló como productor al no darse cuenta que es muy difícil producir dos éxitos al mismo tiempo y que el juego diabólico hecho a Tobe seguramente afectó el resultado final.