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Un artista bacán

Humberto Pernett ya triunfa en Colombia con 'Huele a mariacachafa' y se alista para irse de gira a Italia con su proyecto de folclor caribe electrónico.

12 de enero de 2003

A primera vista parece que se hubiera escapado del pasado. Su enorme afro y sus patillas recuerdan a varios de los jugadores del Junior de Barranquilla de los años 70. Pero Humberto Pernett poco tiene que ver con la nostalgia y nada con el fútbol. En estos momentos es uno de los músicos colombianos que mejor ha desarrollado la mezcla entre folclor y música electrónica. Su CD Música pa pick up (Sony Music) circula en Colombia desde hace algunas semanas. En Italia, el sello No. 1 POP de Verona lanzó el sencillo Huele a mariacachafa, canción que ya fue número 1 en las listas de éxito de Olímpica Stereo en Barranquilla, y con su banda The Caribbean Ravers se alista para irse de gira a Italia en abril, con la posibilidad de tocar en España. Pernett no es un aparecido. Su propuesta musical en la que combina el folclor del Caribe con electrónica es el resultado de una muy larga búsqueda. Integrante de la comparsa Cipote Garabato, que desfila cada año por las calles de su Barranquilla natal en tiempos del carnaval, Humberto Pernett trabaja horas y horas en sintetizadores análogos hasta dar con el sonido exacto que busca. Sus canciones que hoy suenan en la radio son el resultado de infinidad de grabaciones caseras en las que mezclaba ritmos de cumbias con sintetizador, gaitas sampleadas. "Desde los 13 años he estudiado el sonido de los teclados y los sintetizadores y comencé a hacer la prueba de agregarles el bajo a las canciones de Totó la Momposina", recuerda. Ya en ese entonces, la radio le traía los sonidos de bandas tecno-pop como Erasure, Pet Shop Boys y Madonna. En las minitecas se familiarizó con el tecno, el house y en los 90 descubrió los sonidos de KLF, Quadrophonia, el hip hop, "fui revolviendo de todo". Gracias a su primo Nito Show, un teatrero y titiritero con el que trabajó en la agrupación Manos Abiertas y le enseñó varios oficios relacionados con el arte, se familiarizó con el reggae y la cultura rastafari. Y en Sueños de Pan, una panadería que en las noches se volvía bar, descubrió las canciones de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manoel Serrat y Víctor Jara, de quienes aprendió a fijarse en los textos, en las historias que hay detrás de cada canción. "Esto me llevó a escribir canciones que tengan un sentido". Dicen las reseñas que sus letras tienen un contenido social. Pero, más que un panfleto o una crítica, Pernett refleja en ellas su filosofía, que es la del bacán, muy propia de Barranquilla, que según Pernett se transmite del padre al hijo. "Hay que diferenciar entre chabacán y bacán. El chabacán es flojo, recostado, el bacán se esfuerza por sus cosas, es esmerado, quiere vivir tranquilo, en paz". Para Pernett, como para Bob Marley y tantos otros rastafaris, la marihuana tiene un profundo significado místico y cultural. "Yo no puedo negar la mariacachafa y no puedo negársela a la gente porque soy un artista, un bacán". A quienes lo tachan de ser un asesino del folclor les responde: "Este es un proceso de comprensión. No queremos hacer folclor, queremos renovarlo, evolucionarlo, compartir instrumentos clásicos con los actuales. En la propuesta cabe todo porque el espectro del cuero a la electrónica es muy amplio".