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Colombia es el primer país en América Latina en adoptar una medida de seguridad frente a los apuntadores láser. | Foto: pixabay.com

PELIGRO

SIC prohíbe producción y venta de apuntadores láser

El organismo anunció la medida preventiva tras comprobar que estos artefactos, con potencia superior a 1 milivatio, pueden causar daños graves en los ojos.

7 de junio de 2016

Lo que en apariencia era un inocente juego con un haz de luz, terminó mal para el joven de 19 años, Juan Pablo Echavarría. En noviembre del 2015, en Medellín, la retina de su ojo izquierdo fue quemada por un haz de láser azul cuando un amigo, por un segundo, le apuntó accidentalmente al rostro con un artefacto que se vende en cualquier comercio en línea como si se tratara de un juguete.

Los apuntadores láser se han venido vendiendo libremente en Colombia sin reparar en los riesgos que esto conlleva. La atractiva luz que generan, que puede ser de varios colores y se puede proyectar a gran distancia, se ha convertido en una popular distracción entre grandes y chicos, que lo usan sin precaución alguna.

Han sido empleados, por ejemplo, en conciertos, discotecas y hasta en partidos de fútbol profesional, donde los espectadores buscan cegar a los jugadores del equipo contrario ‘disparándoles’ con estos rayos. Incluso, según denuncias, hay quien apunta estos haces de luz contra los pilotos de los aviones cuando aterrizan en el aeropuerto de Barranquilla.

Con base en el caso de Juan Pablo, que fue reportado al Ministerio de Salud, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) decidió de manera preventiva prohibir la venta y la fabricación de apuntadores láser en Colombia.

“La SIC pudo comprobar que los apuntadores láser con potencia superior a 1 mW (milivatio) pueden causar graves daños oculares a la población, si son indebidamente manipulados”, divulgó la entidad en un comunicado.

Así mismo, hizo un llamado a los consumidores para que no adquieran estos artefactos para entrenamiento, diversión, como juguetes o como armas de defensa personal, por el alto riesgo de lesión al que se exponen.

Mediante Resolución 33767 del 2016, publicada en el Diario Oficial No. 49892 del pasado 2 de junio, se suspenderán por 60 días la producción, la comercialización y la distribución de los apuntadores que tengan una potencia mayor o igual a 1 mW, “que no sean para la estricta utilización médica, científica, industrial o militar y estén destinados para el exclusivo manejo por parte de expertos y profesionales”.

Esa medida deberá ser cumplida por todo aquel que intervenga en el mercado colombiano en calidad de importador, fabricante, distribuidor o comerciante, mientras la SIC adopta la medida definitiva.

Para tomar esta decisión, la SIC sometió a rigurosas pruebas de laboratorio distintos tipos de apuntadores láser que se pueden adquirir libremente en el mercado colombiano, incluido uno idéntico al que había ocasionado el accidente a Juan Pablo.

El laboratorio M&G S. A. S. halló que, entre otros aspectos, todos los láseres sometidos a la prueba, incluidos aquellos con potencia igual o superior a 1 mW, pueden causar lesiones a la retina que se expone al haz de luz. Hay un agravante: hay una indebida rotulación de esos productos, que indica potencias menores a las reales.

Por su parte, la doctora Martha Catalina Ortiz Robledo, presidente de la Asociación Colombiana de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo (Acope), manifestó a la SIC que sí hay riesgos para la visión a partir de la utilización de los apuntadores con fines de entretenimiento o para hacer travesuras que pueden terminar en tragedias, como apuntar a mascotas, a conductores de vehículos o pilotos de aeronaves, o explotar globos, entre otras.

Colombia es el primer país en América Latina en adoptar una medida de seguridad frente a los apuntadores láser. En países como Canadá, Francia, Suiza, Reino Unido, Nueva Zelanda, Grecia, Noruega, y Australia, se han impuesto restricciones en la comercialización de estos productos.