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El remate del año anterior fue de vértigo. La producción industrial cayó 5,9 por ciento en términos reales en octubre, de acuerdo con el Dane. | Foto: guillermo torres-semana

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Así se ven los sectores económicos en 2024: unos son de cal y otros de arena

Las actividades productivas en 2024 tienen perspectivas heterogéneas. Se prevé revitalización en construcción, industria y agro, pero persisten temores en energía. Esto es lo que esperan los expertos.

Redacción Economía
6 de enero de 2024

Industria

Vientos de reindustrialización

Tras un año retador como lo fue 2023, el país se prepara para su reindustrialización, tema que ya tiene hasta un documento Conpes, con el cual se aprobaron 7,8 billones de pesos. Estos serán invertidos en diversificación productiva, fortalecimiento de encadenamientos, profundización de la integración territorial y con países estratégicos, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Aunque las políticas estatales le apuntan a una oxigenación, mucho del resultado dependerá de los privados.

El remate del año anterior fue de vértigo. La producción industrial cayó 5,9 por ciento en términos reales en octubre, de acuerdo con el Dane.

En noviembre, la Encuesta de Opinión Empresarial, de Fedesarrollo, mostraba que la capacidad instalada en la industria se ubicó en 77,6 por ciento, lo que representó un aumento de 1,6 puntos porcentuales. Las frenéticas compras que los colombianos suelen hacer en diciembre motivaron las apuestas.

El sector industrial no atraviesa por un buen momento. | Foto: Foto: Cortesía Presidencia de Colombia

Ese es el mes en el que se hace el 13 por ciento del total de gastos del año, lo que alentó las expectativas de los actores del sector. No obstante, ya causaba preocupación la pérdida de confianza de los inversionistas en esta rama, que aún no veían la luz para un cambio en los indicadores.

Pero el hecho de que en la última reunión del año la Junta Directiva del Banco de la República decidiera bajar las tasas de interés en 0,25 por ciento volvió a despertar el ánimo para 2024. La magnitud de la desaceleración futura es incierta, pero se sabe que será un año duro para la industria. Los analistas estiman que las apretadas condiciones financieras y el deterioro del mercado laboral tendrían efecto en la producción industrial.

Comercio

Este año no pinta con un fuerte dinamismo para el comercio. | Foto: istock

Cruzando los dedos

Once meses de aprietos vivió el comercio en 2023, con fuertes contracciones que se reflejaban en la soledad de los almacenes. Inclusive, un mes como octubre, que por celebraciones como Halloween o la semana de receso escolar tiene mejores desempeños, sorprendió con una caída de 5,8 por ciento. Diciembre llegó con optimismo, pues es la temporada más activa para esta rama de la economía.

Sin embargo, 2024 tampoco pinta con un fuerte dinamismo, pero al menos el primer trimestre del año podría ser impulsado por la temporada escolar. Eso sí, los comerciantes cruzan los dedos para que la inflación, el empleo y las tasas de interés de los créditos, que son las que han puesto el freno al consumo, empiecen a ceder.

La contracción en la inversión, secuencial en los últimos tres trimestres de 2023, fue una tendencia que podría tener efecto este año. Fenalco, gremio del sector, reclama por empujar la productividad y comenzar a hablar del nearshoring como estrategia comercial para el país.

Infraestructura

Uno de los retos para los nuevos gobernadores es la continuación de las obras de infraestructura, en especial de la malla vial en todos los territorios.
La infraestrutura está llamada a aportar al crecimiento económico del país. | Foto: JOSÉ LUIS GUZMÁN / EL PAÍS

Llamada a salvar la patria

Al sector de la infraestructura le fue atribuido parte del desplome de la economía en 2023, pero también es la llamada a reactivarla en 2024. La lentitud en la ejecución presupuestal para hacer obras civiles más el desestímulo que causó en los concesionarios el congelamiento de los peajes metieron en el letargo al ramo.

El presupuesto general de 2024 contempla 16,7 billones de pesos para el sector transporte, de los cuales 13,6 billones estarían destinados a inversión en proyectos concesionados y de obra pública. El programa de concesiones 4G registraba una ejecución promedio de 76 por ciento casi al finalizar 2023, así que completarlo en 2024 y juntarlo con obras 5G que están en preconstrucción pondrían combustible al PIB.

Vivienda

El sector vivienda es uno de los más golpeados. | Foto: istock

En obra negra

La situación de la vivienda en Colombia es dramática. El sector de la construcción registró, al tercer trimestre de 2023, una contracción del 8 por ciento, que se explica por decrecimientos en edificaciones de 5 por ciento y de 15 por ciento en obras civiles. En el caso de edificaciones, la producción residencial disminuyó 7,7 por ciento.

Según Camacol, con datos de Coordenada Urbana, a octubre de 2023 se dejaron de vender 97.000 viviendas nuevas; de ellas, 77.000 fueron de interés social (VIS). Entre enero y octubre de 2023, las ventas de vivienda cayeron un 45,7 por ciento.

También se registró una pérdida en inversión en el sector residencial que supera los 18,3 billones de pesos, mientras más de 30.000 familias han desistido de adquirir casa propia.

Las elevadas tasas de interés, los aumentos en el salario mínimo que le pegan al precio de la VIS, las dificultades en el pago de la cuota inicial y el cambio en la política de vivienda por parte del Gobierno en programas como Mi Casa Ya, las dificultades en la entrega de subsidios y el nuevo esquema con el Sisbén provocaron retrasos que no les han permitido a las familias el cierre financiero de sus proyectos.

El Gobierno anunció nuevos recursos y facilidades que, sumados a la reducción de tasas de interés del Banco de la República, se espera que sirvan para reactivar el sector, uno de los principales motores de la economía no solo por su impacto social, sino también por el empleo que genera.

Agro

Se teme que el fenómeno de El Niño tenga un impacto negativo en el agro. | Foto: Juan Silva

El coco de El Niño

Aunque las más recientes estimaciones indican que este año el fenómeno de El Niño tendría una menor intensidad respecto al ocurrido en 2016, su sola presencia implica una fuerte amenaza para la actividad agrícola colombiana. Se teme que impacte con mayor fuerza las cosechas y las actividades ganaderas durante la primera parte del año.

De igual forma, anotan en Bancolombia, el sector podría estar afectado por una moderación en los precios del café y por el descenso en las exportaciones de bienes alimenticios de cara al menor dinamismo económico de los principales socios comerciales del país.

Los economistas de esta entidad financiera calculan que este año el agro crecería apenas 0,2 por ciento debido a la entrada del fenómeno de El Niño, el cual, dependiendo de su intensidad, podría impactar los sectores de la leche, el arroz, la ganadería bovina, las frutas y las hortalizas.

Otra perspectiva tienen en BBVA Research. Su economista principal, Alejandro Reyes, señala que el agro habría crecido 0,7 por ciento en 2023 y que en 2024 lo hará en 1,2 por ciento.

Dice que, si bien El Niño va a impactar, hay algunos subsectores con expectativas positivas de largo plazo como la papa, los cítricos y los frutales, estos últimos con una demanda externa positiva. Igualmente, la ganadería sigue en un ciclo positivo.

Minero-energético

Una de las mayores preocupaciones para el sector energético está en la autosuficiencia. | Foto: istock

Hoja de ruta por definir

Para febrero está anunciada la entrega de la hoja de ruta de la transición energética por parte del Gobierno. Llega en un momento complejo. Por un lado, los retrasos en los proyectos de energías renovables no convencionales tienen demoras por consultas previas, licencias ambientales y tensiones sociales.

Por otro lado, las dificultades financieras de las distribuidoras y comercializadoras de energía por los rezagos de la opción tarifaria ya suman cerca de 7 billones de pesos y amenazan con un apagón financiero. Además, está la expectativa de la subasta de energía prevista para los primeros meses de 2024 y del apetito en medio del interés del Gobierno de cambiar la regulación y la ley de servicios públicos. Y con un fenómeno de El Niño que pondrá a prueba la resistencia del sistema.

Una de las mayores preocupaciones está en la autosuficiencia. Las reservas de Colombia en petróleo y gas apenas superan los siete años, y los mensajes del Gobierno en el sentido de no avanzar en exploración generan preocupación.

En gas, las alarmas están encendidas: Canacol desistió de suministrarle gas a EPM, y los yacimientos offshore todavía no se sabe si son comercializables, ni a qué precio ni en cuánto tiempo. Hay un cortocircuito que no se ha desactivado.