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Los empresarios están pagando los costos de la prolongada protesta social con menores ventas, y los trabajadores, con pérdidas de empleos. En la foto, el presidente Sebastián Piñera | Foto: FOTO: AFP

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Chile: economía en jaque

Las protestas y los disturbios en Chile ya van en una caída de casi 2 por ciento del PIB. Si la crisis se prolonga, habría recesión. ¿Qué hará el Gobierno?crecimiento ?

7 de diciembre de 2019

Una costosa factura le está pasando a la economía chilena el estallido social. El país está en crisis desde el 18 de noviembre, cuando una protesta para rechazar el alza en los pasajes del metro de Santiago derivó en disturbios, saqueos y ataques a entidades públicas y privadas.

El balance parcial del Gobierno, las cámaras de comercio y algunos gremios muestra un panorama desolador. Este incluye pérdidas superiores a los 4.500 millones de dólares en infraestructura pública destruida, unos 1.500 millones en costos por daños a empresas, más de 300.000 empleos en riesgo, cerca de 20.000 pequeñas y medianas compañías al borde de la quiebra, y millonarias demandas al Estado de empresas que se quejan porque no ha cumplido su obligación de garantizarles el libre ejercicio de su actividad.

Esto se tradujo ya en una caída del 3,4 por ciento del PIB en octubre, la más fuerte desde julio de 2009. Y noviembre podría ser peor.

Este jueves, al presentar el Informe de Política Monetaria, el Banco Central redujo su pronóstico de crecimiento del PIB a 1 por ciento este año y entre 0,5 y 1,5 por ciento en 2020. Un balde de agua fría para un país que ha dado ejemplo de crecimiento y estabilidad, y que a comienzos de este año tenía un pronóstico de crecimiento del 2,8 por ciento.

Además, existe un alto riesgo de que la economía entre en recesión si persiste la incertidumbre. Los inversionistas internacionales y las calificadoras de riesgo han empezado a tomar distancia. Esto ha disparado el dólar, que ha pasado en algunos días por encima de 800 pesos, mientras la devaluación en lo corrido del año se acerca al 20 por ciento.

Con el fin de contener la ira social, el Gobierno acordó promover un referendo para adoptar una nueva Constitución y lanzó el 2 de diciembre un plan de inversiones por 5.500 millones de dólares para reactivar la economía. Este contempla mayor gasto público por 3.025 millones de dólares; apoyo a las pequeñas, medianas y grandes empresas por 1.950 millones de dólares, y otras iniciativas por 525 millones. El objetivo es generar 100.000 nuevos empleos. En este sentido, Chile tiene a su favor su tradicional disciplina fiscal y su baja deuda estatal, que le permiten tener esos fondos disponibles.

A esta iniciativa se suman otras privadas que podrían mejorar el ambiente. José Palma, director de la Cámara Colombo Chilena, cita la adopción de reformas para tener mejores y más efectivas políticas de redistribución del ingreso; campañas como el Desafío 10X para que en las empresas el salario más alto no supere en diez veces el que percibe el trabajador de menor remuneración, así como la idea de Andrónico Luksic de aumentar los impuestos al 1 por ciento de los más ricos.

El Gobierno chileno ha salido con toda su artillería para mantener la institucionalidad y defender su economía. Pero requerirá más diálogo y efectividad en la ejecución de los planes para que el país vuelva a tener la confianza internacional que lo ha caracterizado.