Home

Economía

Artículo

IMPUESTOS

Globos al aire

Detrás de los anuncios del presidente Álvaro Uribe de nuevos impuestos, hay una estrategia que busca ambientar una megarreforma para el próximo semestre.

1 de abril de 2006

Medir el aceite es la operación que realiza, de vez en cuando, todo conductor precavido para establecer el nivel de lubricación en el motor y garantizar una buena respuesta durante el recorrido, a fin de evitarle daños al carro. Algo similar es lo que el presidente Álvaro Uribe viene haciendo con los colombianos en materia de impuestos, un asunto que pone con urticaria a más de uno.

El miércoles pasado, el primer mandatario dijo que se necesita de una nueva contribución para pagar la reposición de equipos militares, bajar la tarifa en el impuesto de renta y buscar alguna solución para hacer más equitativo el cobro del Impuesto al Valor Agregado o IVA. Dichas iniciativas, como era de esperarse, cayeron como balde de agua fría entre los empresarios, quienes van a tener que meterse la mano al dril para pagar esa plata.

Lo curioso del asunto es que propuestas concretas todavía no hay. Entonces, ¿por qué insistir en hablar del tema, cuando lo que se está buscando es votos para la reelección? Hablar de impuestos a un elector es como mencionar la soga en casa del ahorcado.

Pero, al parecer, la inmensa ventaja que lleva en las encuestas ha llevado al Presidente-candidato a referirse a un tema del próximo gobierno. Desde hace varios meses ha venido lanzando globos sobre la materia: que ampliar el IVA, que bajar la renta, que acabar el 4 por mil, que las retenciones y ahora que el impuesto para el gasto militar.

Lo que hay detrás es una estrategia para traer al primer plano del debate la tan cacareada reforma estructural tributaria que ahora sí es inminente. La razón es que por primera vez en muchos años el gobierno central tendrá la oportunidad de enviar al Congreso un proyecto de nuevos impuestos, sin el afán de aumentar el recaudo para 2007. Los ingresos en esta materia marchan a toda máquina, con un crecimiento anual superior al 15 por ciento. Es también cierto que el momento ideal para presentar este tipo de propuestas es al comienzo de una administración, especialmente cuando se cuenta con unas mayorías políticas considerables.

Uribe está dando puntadas desde ahora para que, de llegar a ser reelegido, poder presentar al Congreso una megarreforma tributaria el próximo 20 de julio. Después que nadie diga que no se le advirtió.

Para el Presidente, un nuevo ajuste tributario debe garantizar un recaudo mínimo permanente del 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), algo más de 43 billones de pesos, cifra que hoy incluye los ingresos por impuesto al patrimonio y por la seguridad democrática. Además, debe ser sencillo y no golpear a los menos favorecidos. Según fuentes del gobierno, lo que el presidente Uribe ha señalado con claridad es que está dispuesto a jugársela por un borrón y cuenta nueva en el Estatuto Tributario, siempre y cuando se cumplan estos requisitos.

Así las cosas, muchos podrían llevarse más de una sorpresa cuando llegue al Congreso un proyecto que derogue el actual estatuto (una biblia con más de 1.000 artículos), para dejar una ley con menos de la mitad del texto de hoy. La fórmula está más que cantada: menor tarifa de renta, pocos rangos de IVA (hasta tres o cuatro; hoy son nueve tarifas) y nada de impuestos antitécnicos como el 4 por mil.

Los equipos del Ministerio de Hacienda y la Dian están analizando todas las posibilidades. Mientras tanto, el Presidente seguirá lanzando globos en esta materia, para medir el grado de oposición a cada una de las propuestas. Y así garantizar que la máquina le funcione bien en los próximos cuatros años y no le pase aceite.