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Ronald Pantin y Francisco Arata fueron los artífices del fenómeno Pacific Rubiales. Lo más probable es que por algún tiempo se queden en la compañía.

HIDROCARBUROS

La venta de Pacific Rubiales está cruda

A la oferta de Alfa y Harbour Energy por Pacific Rubiales le podría salir competencia. Se anticipa que el precio de venta subiría.

9 de mayo de 2015

La noticia de la posible venta de Pacific Rubiales, conocida la semana pasada, no sorprendió al mercado petrolero: desde hace algún tiempo ha sido un rumor a voces que la compañía canadiense podría cambiar de manos. Desde finales del año pasado, el conglomerado empresarial mexicano Alfa se convirtió en el accionista mayoritario de la petrolera privada más importante de Colombia, que produce alrededor del 15 % del crudo del país. Aunque el grupo azteca quiso elevar su participación en Pacific, más allá del 20 %, por límites legales nunca pudo pasar del 18,95 % (59,8 millones de acciones).

Para tener un mayor paquete accionario –como quería– debía realizar una oferta pública de adquisición (opa), que fue precisamente lo que se anunció el miércoles anterior. Harán en conjunto la oferta, por partes iguales, Alfa y Harbour Energy, un conglomerado estadounidense que tiene una división petrolera entre sus empresas. Pero más allá del interés de las dos compañías por Pacific, lo que ha causado revuelvo en el mercado es el precio que pagarían por las acciones de la petrolera.

Aunque la oferta de 6,5 dólares canadienses por cada acción de Pacific no es despreciable (antes del anuncio el título se cotizaba a 4,83 dólares), la propuesta está valorando la compañía en menos del 75 % de su valor más alto antes de la caída del precio del petróleo. La alianza Alfa-Habour Energy pagaría el equivalente a 4.900 millones de dólares.

A 31 de diciembre de 2014, la capitalización de mercado de Pacific Rubiales era de 1.700 millones de dólares, contaba con 334 millones en caja y una deuda de 4.700 millones de dólares. Como resultado, la valoración de la empresa en ese momento era de 6.083 millones de dólares.

La posible compra no fue recibida con agrado por muchos de los accionistas de la mexicana Alfa, cuyos títulos –tras la noticia– registraron una caída del 2,3 % y el descenso llegó a 6,4 % en la semana completa. La razón es que consideran que están comprando un activo riesgoso, entre otras razones, por la coyuntura internacional de precios bajos del petróleo; también porque Pacific ya no tendrá el campo Rubiales y porque la gerencia de la compañía ha sido muy agresiva en el manejo de sus inversiones, lo que ha aumentado sus costos.

Pero al posible negocio con los mexicanos le podría salir competencia. Un grupo de accionistas de Pacific, liderado por el banquero Orlando Alvarado, habría adquirido en los últimos días un paquete de acciones que le permitiría llegar al 19,5 %, con lo que se habrían convertido en los accionistas más grandes. Este grupo, integrado principalmente por venezolanos, se opone a la oferta de Alfa y según rumores del mercado estarían dispuestos a hacer otra oferta. El tema es que la de Alfa-Harbour tiene exclusividad, es decir, tiene que ir primero. Y la de los venezolanos tendría que esperar lo que suceda con ella.

Para muchos analistas, Alfa se está haciendo a un activo a buen precio, pero, a la vez, está incorporando conocimiento para entrar a competir en el mercado de México. Es decir, esta sería una movida estratégica para este conglomerado empresarial que incluye entre sus empresas a Alpek, la más grande de petroquímica en México; Nemak, que produce autopartes de aluminio; Sigma, gigante productor de alimentos refrigerados y procesados; Alestra, empresa de telecomunicaciones, y Newpek, dedicada a los hidrocarburos.

Para Alpek y Newpek el negocio representa una oportunidad, pues reciben la experiencia de Pacific en hidrocarburos para conjugarla con su conocimiento en el mercado mexicano. Alpek es muy cercana a la petrolera estatal mexicana Pemex, pues en julio de 2014 las dos empresas firmaron un joint venture de 300 millones de dólares para operar la planta petroquímica de Veracruz. Por su parte, Alpek tiene experiencia en refinación, pero si quiere entrar a competir en los contratos de exploración y producción mexicanos necesita certificar la experiencia que Pacific ya tiene.

A su turno, Harbour Energy podría estar interesada en Pacific para ampliar su presencia en la región latinoamericana, puesto que es una compañía de operación petrolera norteamericana con la mayoría de sus activos en Texas. Harbour Energy hace parte de la alianza estratégica entre Noble Group Ltd, banca de inversión asiática especializada en materias primas, y EIG Energy Partners, firma de inversión norteamericana.

Claramente para llegar a concretar el negocio todavía hay mucho camino que recorrer. Para empezar, Alfa está buscando la autorización de la Bolsa de Valores de México para lanzar una opa por su subsidiaria de autopartes Nemak, aprovechando el auge del sector automotor en México y así conseguir los recursos necesarios para comprar Pacific.

También para que la operación se concrete, Pacific tiene que cumplir los requisitos de la Bolsa de Toronto, donde se cotizan sus acciones. En la plaza canadiense se requiere la aprobación de, al menos, dos terceras partes de los accionistas. Si la oferta es permitida, Pacific podrá también solicitar ofertas adicionales de adquisición a terceros que serían evaluadas en paralelo a la inicial de Alfa-Harbour. Esto significa que en el camino puede aparecer otro pretendiente dispuesto a pagar más.

Para los pequeños accionistas de Pacific cualquier negocio es una señal de respiro, pues han sufrido mucho en los últimos meses por la desvalorización del título. La semana pasada, después del anuncio de la oferta, la acción aumentó alrededor de un 30 % en la Bolsa de Valores de Colombia y del 28 % en Toronto. Cabe recordar que la acción de Pacific llegó a un precio pico de 40.000 pesos en 2014, luego bajó a 28.000 y en el momento más profundo de la crisis del petróleo descendió a 5.000 pesos.

Si el negocio llega a feliz término, los empresarios venezolanos que en 2007 apostaron por Colombia y crearon la exitosa petrolera privada ahora estarían mirando hacia otras latitudes, y Pacific Rubiales se convertiría en parte de un poderoso grupo en el norte del continente.

Lea en B-I más información y análisis sobre la oferta de Alfa-Harbour y Pacific.