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Breedco, compañía Colombo-británica, que produce semillas de cannabis
El Gobierno Nacional expidió recientemente la resolución que permite, define y establece todos los mecanismos y procedimientos para el uso industrial del cannabis. | Foto: Breedco

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Han entrado 500 millones de dólares para cannabis medicinal, ¿cómo se están gastando?

El Gobierno acaba de darle vía libre al uso industrial del cannabis, ¿qué viene ahora? Uno de los pioneros de esta industria, Julián Wilches, cofundador de Clever Leaves, analiza el panorama y potencial de esta nueva apuesta productiva.

2 de marzo de 2022

El Gobierno nacional expidió recientemente la resolución que permite, define y establece todos los mecanismos y procedimientos para el uso industrial del cannabis. Esto permitirá que, en sectores como alimentos, textiles, bebidas –alcohólicas y no alcohólicas–, se pueda hacer uso de los componentes no psicoactivos y, por lo tanto, también ofrecer para el mercado nacional y extranjero, productos que están siendo demandados.

Esta nueva reglamentación complementa la adoptada por el Gobierno que definió los protocolos y mecanismos para la exportación de flor seca de cannabis. Además, se convierte en un nuevo potencial de un sector que hasta ahora ha venido desarrollando el cannabis medicinal en Colombia.

Julián Wilches, fundador y director de asuntos corporativos y regulatorios de Clever Leaves, analiza el presente y el potencial del sector, desde la óptica empresarial, de una compañía listada en Nasdaq, que ha logrado inversiones por más de 200 millones de dólares y que tiene operaciones, además de Colombia, en Portugal, Alemania y Estados Unidos.

SEMANA: ¿Qué es Clever Leaves? ¿A qué se dedica?

Julián Wilches (J. W.): Es una compañía que fundamos 3 colombianos en el año 2016, Andrés Fajardo, Gustavo Escobar y yo, con el propósito de llevar las bondades del cannabis medicinal a los pacientes en Colombia y el mundo. Actualmente operamos en Colombia, donde tenemos nuestro cultivo más grande, en Pesca (Boyacá), el laboratorio que tenemos en Tocancipá, pero nos hemos expandido y nos hemos convertido en una multinacional.

En la actualidad, también tenemos operaciones en Portugal, donde también tenemos un cultivo, el que suple el mercado de la flor, operaciones en Alemania y Estados Unidos.

SEMANA: Ayúdenos a dimensionar el mercado global de cannabis…

J. W.: De la planta de cannabis, dependiendo de la variedad y como se trate el cultivo y su procesamiento hay diferentes sectores. El primero de ellos, mencionaría que son los usos medicinales y científicos, que es principalmente en donde nosotros estamos concentrados. Luego hay otros usos cosméticos y también hay unos usos industriales, que tienen 2 categorías: los que usan la planta, el tallo de la planta para obtener fibras, de lo cual se fabrican muchos productos, y también, en esos usos industriales está la extracción de cannabinoides a partir de la cual se pueden hacer alimentos y bebidas.

Nosotros estamos en el mercado medicinal principalmente. El mercado internacional tiene grandes jugadores en Israel, Australia, Alemania, Brasil y Estados Unidos, que son los principales mercados. Actualmente hemos exportado a más de 18 países…

SEMANA: Se habla de un mercado global que puede superar los 23.700 millones de dólares, cifras de 2020, en un análisis de la firma Global Cannabis Report…

J. W.: Yo diría que las cifras que hay disponibles y, sobre todo, esas proyecciones hay que tomarlas un poco con pinzas. Esta es una industria que se está formando, que se está creando, que se está consolidando. Creo que esas proyecciones en algunos casos pueden estar sobredimensionadas, sobre todo en lo que tiene que ver en el cannabis medicinal. Pero, ojo, tampoco es menor. Hace 5 años, cuando Colombia aprobó la ley del cannabis medicinal, había 4 jugadores en el mundo, es decir, 4 países que permitían los usos medicinales del cannabis; hoy en día son más de 40. El año entrante entra un país como Francia, por ejemplo, que también es un mercado grande, se prevé que en los próximos años Estados Unidos legalicen a nivel federal el cannabis medicinal, lo cual abre también un mercado muy grande. Entonces, es un mercado que está creciendo, pero yo tomaría esas cifras con pinzas.

SEMANA: ¿Cuál ha sido la evolución de la industria del cannabis en Colombia, que muchos han visto como uno de los sectores con mayor potencial?

J. W.: Depende de lo que pase en los próximos 2 años. Sí es una oportunidad en términos de inversión extranjera directa, nosotros sabemos que en los últimos 5 años han entrado al país más de 500 millones de dólares como inversión a esta industria; es una oportunidad en términos de empleo. Nosotros en el mundo tenemos alrededor de 550 empleados, la gran mayoría de ellos en Colombia, y esto es empleo rural formal, que es una rareza en nuestro país, con enfoque de género. El 70 % de nuestros empleados son mujeres, de ellas el 50 % son madres cabeza de familia, y el impacto que eso tiene en un territorio es enorme, un impacto positivo, con mujeres empoderadas, bancarizadas, con acceso a crédito, con mejor vivienda, con proyectos productivos. Entonces, sí es una oportunidad en términos de inversión extranjera directa, en empleo y exportaciones. Hay documentadas exportaciones el año pasado de alrededor de 5 millones de dólares desde Colombia, una tendencia que esperamos que crezca, que continúe en términos de crecimiento.

SEMANA: ¿Podríamos decir que en el tema medicinal se están rompiendo los mitos?

J. W.: Hay una regulación general, la más importante, que es la convención única de estupefacientes de 1961. Lo importante es que esa convención dice: hay unas sustancias que tienen unos usos medicinales y científicos, pero que también pueden ocasionar daños a la salud; luego, se permite únicamente los usos medicinales y científicos. En ese listado desde el año 61 está el cannabis, lo que es novedoso es que hay cada vez más evidencias sobre las bondades medicinales del cannabis y hay plena evidencia sobre principalmente sobre 3 familias, sobre 3 patologías, son 3 sectores. El primero de ellos es sobre el dolor, es decir, sus beneficios para mejorar la calidad de vida de los pacientes que tienen dolor crónico o dolor semiagudo o agudo.

El segundo grupo sobre el cual hay buena evidencia es sobre las enfermedades que implican el sistema nervioso central y temblores, espasticidades, tales como; párkinson o como la epilepsia refractaria, por ejemplo; en menores hay unos casos absolutamente exitosos.

Y el tercer asunto serían los efectos secundarios de la quimioterapia, con el tratamiento del cáncer, con pérdida del apetito, del sueño, mareos. Entonces allí también hay evidencia. Cuando se habla del cannabis medicinal, es muy importante que sepamos que eso implica la mediación de un médico, es él quien puede recetarlo en las cantidades, las dosis y la frecuencia que considere de acuerdo con el paciente.

  Diferentes personalidades apoyan la regulación del cannabis entre adultos. En un video enviaron mensajes de respaldo a esa iniciativa, hoy debatida en el Congreso.
Planta de cannabis. | Foto: esteban vega la-rotta-semana

SEMANA: ¿El desarrollo de los productos hasta dónde está llegando?

J. W.: Esta semana anunciamos el lanzamiento de nuestra línea de productos en Alemania y son productos terminados, que están disponibles en farmacias para los pacientes en Alemania.

SEMANA: ¿Y los terminaron acá?

J. W.: Elaborados totalmente en Colombia, cultivados en Pesca (Boyacá); de Pesca para el mundo. Productos terminados también hemos enviado a Brasil, a Israel. No es que estamos enviando unos productos a unos países de bajos estándares farmacéuticos, sino todo lo contrario, países que están reconocidos por ser altamente sofisticados en términos farmacéuticos, con unos requisitos muy complicados, y Clever Leaves está llegando a esos mercados. Por supuesto, también exportamos materias primas. Pero esas materias primas no son con poco valor agregado, son alto valor agregado y además tienen otro concepto clave en esta industria: la calidad. ¿Qué sigue? Ahora tenemos la regulación: ¿cómo llegar a esos mercados? Para llegar a Europa necesitamos la certificación de buenas prácticas de manufactura de la Unión Europea, emitida por un país de la Unión Europea. ¿Sabe cuántas empresas de cannabis medicinal tienen esas certificaciones en Latinoamérica? Una y es Clever Leaves. La industria tiene que moverse hacia allá, lo mismo las certificaciones del Invima, las certificaciones de calidad de los países de destino, porque es eso lo que finalmente nos va a permitir entrar a mercados altamente sofisticados.

SEMANA: Explíquenos, por favor, ¿cómo es el tema de la exportación de flor seca?

J. W.: La flor seca representa más del 50 % del mercado global de cannabis medicinal. Nosotros en Clever Leaves hace unos años dijimos: no nos esperemos a la regulación en Colombia y montamos otra finca de cultivo en Portugal, desde donde ya exportamos flor seca a Israel, a Alemania y a Australia. ¿Qué significa eso para Colombia? Que podemos exportar ahora flor seca como dos cosas: como materia prima o como producto terminado. Como materia prima tiene que cumplir los estándares de calidad de la industria farmacéutica, lo cual quiere decir que esto no es regar unas semillas y esperar a que crezcan unas plantas con cualquier fertilizante. No, esto es no pesticidas, no materiales pesados, no microbiología; es decir, como se tratan las cosas en la industria farmacéutica. Y como producto terminado, requiere un tratamiento adicional para que este producto además de cumplir todos esos estándares, pues que cumpla la expectativa de los países y de los clientes, en términos de cannabinoides, eso es muy importante; en términos de apariencia de olor, de sabor y lo que ya mencioné, que cumpla estándares farmacéuticos. Entonces sí tiene mucho valor agregado.

SEMANA: ¿Cuál es la lectura que le da a la decisión del Gobierno en términos del uso industrial del cannabis en diferentes sectores? ¿Qué posibilidades tiene Colombia para desarrollarlo?

J. W.: En los usos industriales, hay dos familias: la que tiene que ver con las fibras, y ahí creo que Colombia tiene grandes ventajas agro-climatológicas, de mano de obra, de un buen sector agrario. Habría que fortalecer otros elementos en nuestro sector agrario, pero creo que ahí hay potencial importante y cada vez más se le encuentran más usos a ese cáñamo o cannabis con fines industriales. Por ejemplo, los carros de Fórmula 1 tienen muchas partes que hoy en día se fabrican a partir del cáñamo. La otra familia es la que en la regulación nuestra incluye alimentos y bebidas, que es un sector enorme en algunos países como Estados Unidos. Lo que ya se reguló incluye la posibilidad de producir esos productos, perdón la redundancia, y exportarlo. Nos falta la regulación que nos dice cuáles son las reglas del juego para poder poner a disposición de los consumidores en Colombia ese tipo de productos.

SEMANA: ¿Ustedes van a participar en el uso industrial del cannabis?

J. W.: Una vez más nos adelantamos un poco a la regulación y hace alrededor de uno o dos meses lanzamos en Estados Unidos nuestra línea de bienestar, con cannabidiol con CBD, que es uno de los productos, uno de los cannabinoides no psicoactivo del cannabis. Esperamos tener muy buenos resultados con esa nueva línea, es decir, ya estamos jugando. En las fibras no, porque no hemos explorado, y por ahora estamos concentrados en lo que nos hemos propuesto para estos siguientes años.

SEMANA: En el caso de Estados Unidos, ¿hacen la producción desde acá o desde otro país?

J. W.: La hacemos en Estados Unidos, justamente porque no se permitía, no estaba regulado este asunto en Colombia. Entonces exportamos la materia prima y lo elaboramos en Estados Unidos.

SEMANA: Y están pensando en poder desarrollar productos, ya con esta aprobación. ¿Hacerlos acá en Colombia?

J. W.: Creo que haría sentido hacer esa transferencia tecnológica desde Estados Unidos hacia Colombia y generar ese valor agregado acá. Tenemos que hacer los números y ver también cómo se implementa esta nueva regulación.

SEMANA: ¿En qué estamos en este momento en materia de regulación? ¿Qué tanto se ha avanzado? ¿Qué falta?

J. W.: Colombia en 2016, cuando aprobó la ley, era un país pionero y parecía una buena regulación y lo fue, en las primeras de cambio. Necesitábamos una actualización de esa regulación para ser más competitivos, para plasmar en la regulación lo que se había aprendido de la experiencia. Ese decreto del año pasado, el 811 había avanzado muy bien en ese sentido, permite los usos en la alimentos y bebidas, permite la exportación de flor seca, y ese decreto necesita diferentes resoluciones para terminar de completar el panorama. La primera es la que conocimos hace unos días, que hace referencia a los procedimientos para tener licencias, cupos, es decir, para empezar a operar sobre todo de cara a la flor seca. Ahora vienen otras 2 resoluciones muy importantes. Una de comercio exterior, que nos indica los procedimientos para exportar el cannabis y sus derivados, es decir, la flor y los derivados. Y otra que hace referencia a alimentos y bebidas para el territorio nacional. La de comercio exterior, el Gobierno a manifestado que espera emitirla en el próximo mes y la de alimentos y bebidas, según entiendo, va a tomar un poco más de tiempo.

SEMANA: ¿Quiénes son nuestros competidores?

J. W.: En la región, creo que llevamos la delantera, afortunadamente, pero hay otros también que están entrenando y calentando los músculos para competir con nosotros que son: Ecuador, Perú, México, Uruguay que empezó antes que nosotros; de hecho, Jamaica y en otras regiones como Sudáfrica y Lesoto también están promoviendo la industria, para convertirse en países productores. Hoy en día competimos con los canadienses, los holandeses, los australianos, los israelíes. Hemos demostrado que un emprendimiento colombiano, con la gente adecuada, con la visión adecuada, puede convertirse en un líder global en esta industria.

SEMANA: Otro tema clave en el desarrollo en esta industria es la financiación. ¿Qué ha pasado con el financiamiento del sector financiero?

J. W.: El sector financiero ha tenido sus dudas para ingresar a este sector de la economía, en Colombia hay dos bancos que trabajan con la industria, siendo uno de ellos el Banco Agrario que, en todo caso, por más voluntad que tenga hay casos que usualmente no realiza, como –por ejemplo– la monetización. Es decir, el ingreso de divisas al país y la conversión de esas divisas en pesos, ese es un proceso que ha sido doloroso para la industria y lo que esperamos es que esta resolución también hace referencia a la bancarización y el decreto también, pues permite que cada vez más bancos ingresen a apoyar este sector. Hay un asunto relevante, un proyecto de ley que está de nuevo en el Congreso de los Estados Unidos, que podría cambiar el juego porque les permite a los bancos en Estados Unidos trabajar con la industria del cannabis sin que eso se convierta en un riesgo para ellos. Eso vendría a representar un beneficio para la industria en Colombia, a partir de un cambio en el sector financiero en Estados Unidos.

SEMANA: ¿Cómo está el tema de acceder a recursos de fondos de capital privado?

J. W.: Le hablo de nuestro caso. Nosotros hemos conseguido alrededor de 200 millones de dólares en capital privado, esto antes y durante nuestra salida a Nasdaq, que fue hace más de un año, en diciembre de 2020; entonces ese es nuestro caso. Entiendo que no hay tal abundancia como fue en los años 2018, 2017 y 2016. Sin embargo, creo que un inversionista tiene capacidad para analizar cuál es un buen proyecto, cuál tiene futuro y poner su inversión allí.

SEMANA: ¿El sector está en el radar de los candidatos?

J. W.: Creo, si no todos, la inmensa mayoría de los candidatos han expresado que creen que el cannabis medicinal es un sector que debe ser promovido en Colombia y que debe continuar, eso es lo primero. Lo segundo es que yo creo que estamos en el punto en que esta industria no depende de una iniciativa de gobierno, sino, yo creo que ya se ha convertido en una iniciativa de Estado. Llevamos 3 gobiernos que han promovido los usos medicinales del cannabis y yo diría que eso nos convierte ya, en una iniciativa de Estado y no tanto una iniciativa del gobierno.