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CAMILO DIAZ.

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Abran todo y vayan todos

La reapertura que inició Bogotá el lunes pasado debe extenderse a todos los sectores y profundizar los avances en la vacunación.

12 de junio de 2021

Desde que inició la pandemia del coronavirus y hubo que confinar a la sociedad para contener la propagación del virus, la economía sufrió un fuerte golpe tanto de demanda como de oferta, con lo cual se perdieron cinco millones de empleos que todavía no se recuperan por completo. Es un hecho que el ritmo de la recuperación está totalmente vinculado con la reapertura de todos los sectores, sin apertura total, y solo se puede esperar una recuperación parcial y débil tanto del nivel de producción como del empleo.

Uno de los sectores que más sufrió durante la pandemia fue el sector de las artes y el entretenimiento, que después de más de un año no logra abrir por completo. Los teatros y los cinemas sufrieron un fuerte impacto durante el confinamiento, y aunque ya hay apertura, es necesario que el sector puede abrir por completo manteniendo las medidas de bioseguridad.

Todavía existen limitaciones relacionadas al aforo y a las actividades nocturnas, lo que golpea fuertemente los ingresos, pero los costos fijos de los teatros y de montaje de los espectáculos siguen siendo los mismos. La reactivación del sector cultural no debe ser vista únicamente como la reactivación del espectáculo, sino más bien como la reactivación de los artistas y su trabajo creativo, el cual –con los cierres– se vio afectado puesto que las actividades artísticas son actos sociales y al estar restringidas, las obras dejaron de circular y los ingresos de los artistas prácticamente desaparecieron.

La limitante al aforo además de perjudicar los ingresos trae como consecuencia que el público se reduzca más, porque los espectadores no quieren asistir a lugares vacíos y los precios de la boletería se incrementan para compensar el menor público que se puede alojar. Por otro lado, existe incertidumbre sobre la normatividad que se implemente para poder funcionar, porque si es demasiado estricta y compleja, en lugar de facilitar la reactivación de los artistas terminará convirtiéndose en un obstáculo para el desarrollo de la actividad artística y cultural.

Para recuperar totalmente la economía se necesita reactivar la vida nocturna, pues la economía y el empleo que se generan por las actividades de entretenimiento y culturales depende fuertemente de la noche. El sector cultural y de las artes en su gran mayoría se desarrolla en las noches, que es cuando las personas utilizan su tiempo libre para integrarse socialmente, cambiar la rutina y para salir a encontrarse con la vida. En esa dinámica se generan miles de empleos tanto directos como indirectos, porque para las actividades artísticas se pone en marcha toda una cadena de valor compuesta por la creación, la producción, la realización y circulación de las obras, en la que intervienen dramaturgos, poetas, escenógrafos, músicos, bailarines, actores, personal técnico y logístico, etc.

Cambiar la dura situación que atraviesa el sector requiere estrategias de circulación de las artes más allá de los espacios tradicionales. En ese sentido, se deben llevar las obras a los barrios, a los colegios, a las empresas e incluso a otros espacios habituales de reunión, como los centros comerciales. No obstante, esto requiere el apoyo estatal para que, por ejemplo, las obras sean financiadas mediante alianzas público-privadas y se presenten en diferentes escenarios de la ciudad de manera permanente. Esa acción logra, por un lado, acercar al público a las actividades artísticas, y, por el otro, mejora la calidad de vida de los ciudadanos que normalmente no tienen acceso a bienes culturales.

Finalmente, buscar la manera de flexibilizar los costos relacionados al registro mercantil y de trámites ante diferentes instancias, ayuda a que el sector vuelva a ganar tracción, pues después de más de un año con los ingresos golpeados por las restricciones, esos costos son un pesado lastre para cargar cuando hasta ahora se abre la oportunidad a su recuperación.

*Esta columna contó con la valiosa colaboración de Kadir Abdel Rahim, director de Teatrova.

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