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Biden: ¿Qué nos espera en asuntos laborales?

Con la posesión del presidente Biden creo que muchos respiramos más tranquilos. Desde el momento mismo en que juró como el mandatario número 46 de los Estados Unidos, la inmensa mayoría de los ciudadanos de la gran aldea global sentimos un gran alivio.

22 de enero de 2021

Finalmente, la que se considera la democracia más fuerte del hemisferio occidental honró su historia y su espíritu, demostrando que la transición periódica y pacífica del poder es el único camino posible en una nación que se autoproclame como “civilizada”.

Con la llegada de Biden al poder y, con él, del Partido Demócrata, es claro que muchas cosas deben cambiar en la política exterior de los Estados Unidos. La gran pregunta es ¿cómo cambiará la relación con Colombia al que siempre se le ha considerado un país amigo y un gran aliado en prácticamente todo? Hablar de los asuntos más importantes o de los que más nos afectará es pretencioso, por ende, en lo que a mí respecta, es prudente analizar concentrarme el impacto en los temas laborales.

Para comenzar, considero que pasará un buen tiempo antes de que el nuevo gobierno americano pueda concentrarse en su agenda internacional, en especial en aquellos países que no demanden un cambio de timonel urgente, tal como sí acontecerá con China o con Rusia. Por ahora, Biden se demorará al menos un año tratando de poner la casa en orden, apagar los incendios que dejó Trump al alebrestar a sus seguidores, controlar la desbordada pandemia y reactivar una economía que como la de todos los países, está golpeada por la crisis.

Por ende, si algo va a cambiar en materia laboral deberíamos esperarlo para el primer trimestre del año 2022, es decir, cuando estemos en medio de nuestra propia campaña presidencial y sea el momento ideal para “apretarnos las tuercas” y “comprometer” al reemplazo del presidente Duque, sea quien sea.

De otra parte, es prudente mencionar que nuestra agenda en asuntos laborales siempre ha estado eclipsada por los acuerdos comerciales y específicamente por el Tratado de Libre Comercio que logró suscribir el gobierno Santos. Ahora bien, lo que muy pocos saben es que la firma de ese acuerdo estuvo condicionada a un sin número de obligaciones a las que el gobierno colombiano se doblegó para lograr la aprobación del acuerdo.

Esas “obligaciones” en materia laboral están contenidas en el llamado Acuerdo Obama – Santos que es un documento que escasas personas conocen, pero que claramente determina la agenda laboral de los dos países. Si uno quiere entender qué pasó y qué nos puede pasar, debe leer ese documento.

El acuerdo con el gobierno del presidente Obama fue impulsado, entre otros, por el propio Biden quien desde siempre ha tenido una relación cercana con Colombia y en general es un líder natural de la diplomacia norteamericana desde sus épocas de congresista. Ese acuerdo indica que Colombia debe proteger la vida de los líderes sindicales, controlar y fiscalizar la tercerización irregular y evitar la celebración de pactos colectivos de trabajo que sean utilizados para impedir la sindicalización de nuevos trabajadores.

En su momento Colombia cumplió todo lo que se le pidió, pero el propio acuerdo indica que nos pueden “fiscalizar” en cualquier momento. Es claro que la relación de los congresistas demócratas -que ahora controlan las dos cámaras- con las organizaciones sindicales colombianas es muy cercana y casi con seguridad presionarán a su gobierno para “exigir” que se cumpla de “mejor forma lo pactado” so pena de “revisar” la ejecución del Tratado de Libre Comercio; es decir, nos puede llegar presión pura y dura por esa vía.

Otra lista de “pendientes” en materia laboral está ampliamente detallada en los Estudios Económicos de la OCDE[1] que, a finales de 2019, generó un capítulo muy completo de las medidas que debería implementar Colombia para fomentar la creación de más y mejores empleos. Siendo los Estados Unidos uno de los principales socios de esa organización, es claro que un gobierno demócrata nos exigirá todo aquello que demande el respeto de derechos laborales, en especial la protección de las garantías sindicales, la flexibilización como mecanismo de formalización y el fomento del empleo femenino en condiciones de igualdad y dignidad.

Biden no es Obama; es un político mucho más moderado y diplomático, sin embargo, las grandes luchas de Obama por la defensa de los trabajadores de todo el mundo probablemente determinarán el camino en esos asuntos; ahora bien, creo que eso lo veremos, en el mejor de los eventos, con el próximo gobierno colombiano.

Por ahora, el presidente Duque y los empresarios pueden estar tranquilos en lo que respecta al impacto inmediato de la elección de Biden en temas laborales para Colombia, pero debemos prepararnos para que las futuras reformas laborales en nuestro país logren un equilibrio entre las exigencias internacionales y la necesaria flexibilización de la legislación laboral, garantizando el respeto y el fortalecimiento de las conquistas fundamentales de los trabajadores. Tenemos dos opciones: nos ajustamos o nos ajustan a las malas.

Camilo Cuervo Díaz

[1] OECD (2019), “Fomentar empleos de calidad para todos los colombianos”, in Estudios Económicos de la OCDE: Colombia 2019, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/1750107b-es.

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