Disparidad jubilatoria

Según el índice Mercer CFA Institute Global Pension Index (MCGPI), publicado en el último trimestre del 2022, las personas han asumido, desde hace un buen tiempo, una mayor responsabilidad sobre los ahorros para su jubilación. Por supuesto, en medio de un panorama que anunciaba altos niveles de inflación, altas tasas de interés y una mayor incertidumbre sobre las condiciones económicas mundiales en el corto plazo, el contexto sobre los sistemas pensionales y sus potenciales reformas en varios países ha causado revuelo, inconformismo y muchísima volatilidad.

De por sí, todas las personas añoramos con llegar a un periodo de jubilación largo, saludable y próspero, con las condiciones necesarias para sentir a plenitud los frutos de toda una vida de trabajo. Pero en la medida en que sigue aumentando la esperanza de vida en muchos países, el dilema de la edad de jubilación, la escasez de recursos dentro de los sistemas pensionales y hasta variación en el monto final de jubilación siguen siendo trastornos de talla mundial.

Por lo pronto, de acuerdo con un estudio realizado por Bloomberg, la disparidad en el disfrute de la pensión es bastante notorio. De los datos de 2019, el último año del que se tienen datos para comparar, se pudo apreciar que en países como México, Colombia y Estados Unidos las personas después de los 60 años sólo pueden disfrutar de su pensión, en promedio, una década; mientras que en Francia y Luxemburgo las personas podrían disfrutar de su jubilación unos 18 años y tal vez más.

Otro ejemplo para contrastar. Con cifras del mismo 2019, la esperanza media de vida a los 60 años cumplidos en los países de la OCDE era de 82 años, mientras que la edad media de jubilación efectiva – es decir, cuando la persona realmente ya no es considerada como fuerza laboral dada la posible contraposición a la edad de jubilación oficial decretada por el Estado – fue de 64 años.

No obstante, este es un dilema para todos los países del mundo. A medida que aumenta la esperanza de vida de las personas, los gobiernos empiezan a establecer mayores presiones para que la fuerza laboral permanezca un poco más de tiempo sin tener en cuenta un criterio importante: la expectativa de vida saludable (es decir, lo que se refiere a la cantidad promedio de años que una persona puede esperar vivir con buena salud y sin enfermedades o lesiones de importancia) no aumenta al mismo ritmo.

Con todo esto, Francia es, por ahora, el país de la OCDE que tiene la pensión más larga que una persona puede disfrutar, siendo la media para hombres de 23,3 años y para las mujeres de 27,3 años. Algo que, a los ojos de los expertos, lo hace un modelo insostenible en el corto plazo.

Esto ha sido foco de reforma por parte de Emmanuel Macron en Francia con su polémica reforma de pensiones, que le ha costado diversas protestas generalizadas en todo el país, dado que lo que se busca es aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años. El próximo 2 de marzo está una sesión prevista para que la enmienda entre a discutirse en el Senado, en busca de evitar el colapso del sistema estatal de pensiones.

Aunque se ha tildado como una medida impopular, el argumento principal de aumentar la edad de pensión es evitar el desplome del sistema actual y garantizar que las generaciones más jóvenes no asuman la carga de tener que financiar a las generaciones mayores. Por supuesto, el descontento entre la población no se ha hecho esperar en lo que los anteriores intentos de reforma fracasaron, precisamente, por la resistencia popular.

Caso totalmente contrario ha sido Islandia. Catalogado por el MCGPI como uno de los más exitosos del mundo, su sistema de pensiones ahora tiene una cantidad tan gigantesca de recursos que su principal problema es que ya no se sabe cuál es la mejor manera de invertir dichos fondos. Un problema de primer mundo que más de un país latinoamericano quisiera tener. Por lo pronto, en 2022 se llegó a una acumulación de recursos equivalente al 200% del PIB de Islandia.

No obstante, la edad de jubilación de Islandia es de 67 años. Por lo que, dentro del ranking de las jubilaciones más largas y saludables, ocupa el puesto 23 para hombres y el puesto 27 para mujeres. Mientras que los primeros puestos los disputan Francia y Luxemburgo, siendo el primero el número uno para hombres y el segundo el número uno para mujeres.

Actualmente, se prevé que el aumento en la expectativa de vida de la población tenga consecuencias en la sostenibilidad de los sistemas pensionales en todo el mundo. Pero es claro que, a menos que mejoren los indicadores de salud -en la medida en que se busca aumentar la edad de jubilación-, existe el riesgo de que los periodos de una jubilación saludable sean aún más cortos, porque las personas se ven obligadas a permanecer más tiempo trabajando.

En Colombia enfrentaremos prontamente una propuesta de reforma pensional que aún no se sabe que va a abordar directamente, pero tendrá posiblemente incidencias en su fondeo y ajustes en la edad de jubilación, ¿qué esperar?