
Opinión
El lado incorrecto de la historia
Lo más triste es que en Colombia haya quienes resaltan la importancia de su discurso.
Aunque la ONU tiene cada día menos trascendencia debido a sus posturas equivocadas y woke sobre algunos temas, los discursos anuales de los presidentes siguen siendo importantes para el devenir de cada país, pues en ellos se fijan posturas frente a hechos y acontecimientos.
El discurso del presidente de los Estados Unidos siempre tiene gran relevancia. El poder económico y político de ese país hace que todo lo que diga genere polémica y tenga repercusiones. Del discurso de Trump podemos resaltar los siguientes puntos:
- Criticó a la ONU, señalándola como una entidad inútil que no ayuda a resolver los problemas del mundo.
- Afirmó que el cristianismo es la religión más perseguida.
- Advirtió que el cambio climático es una estafa y pidió mayor utilización de los recursos fósiles.
- Atacó a Nicolás Maduro y lo catalogó como narcotraficante.
- Se refirió a una invasión de musulmanes en Europa y señaló que debía frenarse.
Todos los puntos anteriores no serían tan relevantes para los colombianos si no fuera porque Petro, en su discurso, dijo exactamente lo contrario. No solo llegó mal vestido, con una guayabera que últimamente ha adoptado como traje oficial, sino que además portaba la bandera de la guerra a muerte, símbolo utilizado en la Independencia y que él ha tomado como emblema.
Cabe anotar que, cuando Petro tomó la palabra, el salón estaba prácticamente vacío. Muy pocos soportan esa perorata, y adicionalmente la delegación de Estados Unidos se retiró del recinto cuando empezó con sus ataques al ‘imperio’.
De la intervención de Petro podemos destacar lo siguiente:
- Lo primero y más importante fue que criticó a Trump y a los Estados Unidos de principio a fin, al punto de pedir cárcel para él. Esto seguramente traerá repercusiones económicas, aunque en Colombia le genere réditos políticos y solidaridad entre sus seguidores.
- Pidió a China organizar un ejército para enfrentar a Estados Unidos.
- Defendió vehementemente a Venezuela y a su dictador Maduro.
- Sostuvo que los grupos de narcotraficantes no eran más que jóvenes en busca de oportunidades, rechazando las acciones emprendidas en el Caribe para frenar el narcotráfico.
- Criticó a Israel y se alineó con Palestina, Hezbolá y Hamás.
Llegó a gritar “guerra a muerte”, entre otras barbaridades. Seguramente las consecuencias para los colombianos no serán pocas. Petro quiere pasar a la historia como un líder mundial, pero la verdad es que con suerte llegará a ser un líder barrial.
Lo más triste es que en Colombia haya quienes resaltan la importancia de su discurso. Son muchos los aduladores y, para colmo, varias cuentas oficiales en redes sociales se dedicaron a difundirlo.
Aunque queda menos de un año de gobierno, el daño que todavía puede hacer es grande. Tiene todo el poder del Estado para lograrlo, incluso para salir victorioso en las elecciones de 2026. Nada está ganado todavía, el riesgo sigue latente.
Afortunadamente, el salón estaba vacío. Pocos tuvieron que escuchar tantas mentiras y tanta mediocridad.