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Claudia Varela, columnista

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Tu contrato es contigo

Cuando comienza un proceso de selección, empiezan una serie de factores importantes como los contratos legales, los términos de las jornadas laborales, beneficios, pagos de primas, duración a término definido o indefinido. En las entrevistas de selección se pregunta por el tipo de contrato, los beneficios extralegales y el salario. Hoy, por ejemplo, es muy importante el tema de la flexibilidad de horario e incluso el código de vestimenta habitual.

Claudia Varela
10 de diciembre de 2023

Los nuevos potenciales empleados comparan sus condiciones con las actuales, en sofisticados modelos de Excel o con IA, que ahora nos permite hasta elegir las decisiones de ruta de vida más pertinentes.

Sin embargo, hay una serie inamovibles de cosas que no pueden tocarse ni meterse en ChatGPT. Cosas que no tienen un valor en el momento de totalizar el neto que voy a devengar y que el nuevo empleado debe tener muy claro al momento de dar el sí.

Primero que todo, habría que ponerse de acuerdo en entender que la mayor responsabilidad en la claridad de las reglas del juego desde el inicio es de los líderes que contratan. Hay que hablar siempre de la cultura que se vive, de los valores que se esperan, de la importancia de la obediencia o de la valoración a un perfil disruptivo, de la real aceptación de la diversidad o no.

Empezar en una nueva empresa genera cambios inmensos para el empleado entrante. Un cambio de vida para él/ella, donde debe acomodarse no solo a sus funciones técnicas y al buen uso de su talento, sino a un nuevo ambiente en el que pasará las mayores horas de su día y a un clima en el cual definitivamente debe sentirse cómodo.

No todas las organizaciones son para cualquiera. Hay que encontrar esas empresas que te calcen bien, donde tu talento sea valorado y tu forma sea bien vista. De otro lado, también como líder hay que tener la responsabilidad clara de que si se trae a alguien para estar en el equipo, sus posibilidades son buenas tanto para su crecimiento como para que realmente sea feliz y pueda desarrollar su propósito personal.

Esto funciona también para los equipos que ya están establecidos y tienen cambios de líderes. Los líderes le dan un toque especial a sus equipos. He vivido situaciones en las cuales, aunque el ambiente general es hostil, el micromundo de los equipos de trabajo gerenciados por su líder es amistoso, de alto desempeño y colaborativo.

Hay que ser cuidadoso, además, con esas empresas que parecen tan perfectas y amigables. Esas que fuerzan un poco las relaciones y donde todos se aplauden mutuamente. En cualquier relación entre humanos hay cosas de acuerdo y desacuerdo, así que esos modelos de perfección, a mí por lo menos, me hacen dudar un poco.

Hay algunas preguntas que cada empleado debería hacerse al momento de un cambio, sin importar si es un alto ejecutivo o no. ¿Qué tal preguntarse si la gente sonríe en el ascensor? ¿Qué tal mirar la disposición de los espacios físicos? Cómo se viste la gente… ¿Hay variedad o todos tienen el mismo estilo? ¿Salen temprano a sus casas o está mal visto que lo hagan? ¿Cómo es el gran líder de la Organización? ¿Tienen un propósito superior o solamente una misión? ¿Qué tan importante fue en el proceso Recursos Humanos y que tanto involucramiento tuvo el líder de la posición? ¿Qué energía percibí en el ambiente? Estas son solo algunas de las preguntas que vale la pena hacerse antes de tomar una decisión de entrar a una empresa o de seguir en ella.

Jamás hay que renunciar a la propia esencia. Y ningún contrato legal por los millones que sean deben lavarnos el alma al respecto. El contrato sicológico es aquel en el cual yo firmo uno legal, pero estoy entregando mis sueños, mi pasión, mis valores, mis creencias y mi fuerza a una Empresa que debe merecer esto. No vendas jamás tu alma por un contrato. El contrato es contigo.

Si eres una persona con talento, no significa que ya hayas recibido algo. Quiere decir que puedes dar algo. (Carl Jung).

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