Home

Mundo

Artículo

Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México.

MÉXICO

¿Qué riesgos representa el gobierno de López Obrador en México?

Después de casi un siglo de hegemonía de los partidos tradicionales, un populista de izquierda se impuso en las elecciones presidenciales. ¿Qué riesgos representa?

5 de julio de 2018

En su tercer intento y con una amplia ventaja, Andrés Manuel López Obrador (Amlo), un carismático líder populista de izquierda, se impuso en las elecciones presidenciales de México por la coalición Juntos Haremos Historia. Su triunfo se debe al cansancio de la ciudadanía con la violencia del narcotráfico y la corrupción de los políticos del PRI y de Acción Nacional (PAN), que son las fuerzas políticas tradicionales en ese país.

Podría interesarle: Inequidad y populismo

En unos comicios con una participación de 64%, Amlo obtuvo 53% de los votos, frente a 23% de Ricardo Anaya, candidato de la coalición México al Frente; 16% de José Antonio Meade, de la alianza Todos por México y 5% de Jaime Rodríguez. Las elecciones parlamentarias le otorgaron al nuevo gobierno una mayoría considerable en el legislativo (43%) frente a sus rivales: la alianza que respaldó a Anaya consiguió 26% y la de Meade 11%. Con base en ese respaldo, la administración entrante podría llevar a cabo una ambiciosa agenda, si se lo propone.

En sus primeras declaraciones, Amlo trató de disipar la inquietud en torno de sus propuestas. Hizo un llamado a la reconciliación y a privilegiar el interés general sobre el particular. Proclamó que su gobierno establecerá una auténtica democracia, por medio de un Estado que represente a todos los ciudadanos y no a una minoría.

También enfatizó que en su administración se respetarán la libertad empresarial, de expresión y de creencias. Se comprometió además a respetar la autonomía del Banco de México, a mantener el régimen de flotación de la tasa de cambio y a no expropiar a las empresas. Reiteró, por último, que liderará la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Triunfo reconocido

Con una ventaja tan contundente, todas las fuerzas políticas reconocieron pronto el triunfo de Amlo. De manera paralela, las agremiaciones empresariales expresaron su respaldo al nuevo presidente. La Asociación de Bancos de México (ABM) anunció que colaborará con el nuevo gobierno en la construcción de una sociedad incluyente, solidaria, respetuosa del estado de derecho y comprometida con el desarrollo próspero de sus miembros.

Artículo relcionado: 3 claves que llevaron a López Obrador a arrasar en las elecciones en México

De modo similar, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Comparmex) se declaró aliada del gobierno electo en la lucha contra la corrupción, en una eventual reforma al sistema de salud y pensiones y en otra a la política de asistencia social. Sin embargo, hizo un llamado al respeto de la división de los poderes y a la preservación del régimen de autonomía de las instituciones estatales independientes del gobierno, para mantener el sistema de pesos y contrapesos. También proclamó que defenderá las reformas estructurales que han mejorado la competitividad del país. Advirtió además que exigirá respeto de las libertades económicas y de expresión, así como de los derechos de propiedad.

A pesar de las declaraciones del presidente electo, existe incertidumbre entre los inversionistas, quienes temen por la variabilidad de su criterio. No existe claridad aún sobre cómo combatirá la corrupción. Tampoco se sabe cómo conciliará sus promesas de responsabilidad presupuestal, estabilidad tributaria, congelamiento de los precios de los combustibles y la electricidad, junto con el otorgamiento de subsidios al sector agropecuario. Además, se ignora la manera en que su gobierno llevará a cabo la renegociación del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (Nafta).

Moody’s, por ejemplo, cree que la congelación del precio de los combustibles, la construcción de nuevas refinerías y la revisión de los contratos de exploración y producción entre Pemex y las firmas privadas perjudicarían a esa compañía estatal y a la industria de los hidrocarburos. Sin embargo, aclaró que la trayectoria de la calificación de la deuda soberana se basará en la política económica y su impacto sobre el crecimiento y las perspectivas fiscales.

A su vez, Fitch aseguró que, dado el amplio respaldo parlamentario que consiguió, el triunfo de Amlo podría implicar cambios en la política fiscal, económica y energética en una magnitud aún incierta.

Los obstáculos

Los analistas económicos encuestados por el Banco de México pronostican en promedio una inflación de 4% y un crecimiento del PIB de 2,3% para este año. En su opinión, los principales obstáculos para las perspectivas de la actividad económica podrían provenir de la gobernabilidad (48%) y de las condiciones externas (25%).

En tales circunstancias, a pesar de la estabilidad macroeconómica que hereda, el nuevo gobierno enfrenta el reto de acelerar el crecimiento y reducir la pobreza, que afecta a 40% de la población. También tiene el desafío de disminuir la desigualdad, porque el coeficiente de Gini de 43% luce alto en las comparaciones internacionales. Además debe preservar el Nafta y penetrar otros mercados.

La dificultad para lograrlo estriba en que el entorno externo no será del todo favorable, por el proteccionismo de Estados Unidos y el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, como consecuencia del estrechamiento previsible de la postura monetaria de los grandes bancos centrales del mundo, sobre todo de la FED.

Lea también: Negociación del TLCAN devalúa a México y Canadá

Con un respaldo fuerte como el obtenido por Amlo, existe la posibilidad de que, si respeta la Constitución, la independencia de los poderes y la autonomía de las instituciones independientes del Estado, al tiempo que obtiene buenos resultados económicos y sociales y erradica la corrupción, su movimiento político, Morena, se convierta en la columna vertebral de la política en México en el futuro próximo, como fue el PRI en el siglo pasado.

En razón a que todavía hay gran incertidumbre sobre la inclinación de las políticas de la nueva administración, es probable un incremento de la volatilidad en los mercados financieros en el corto plazo.

Los precios de los activos en ellos estarán afectados además por las noticias sobre el proteccionismo de Estados Unidos, las expectativas sobre la política de la FED, los episodios de aversión (o tolerancia) al riesgo en los mercados internacionales y las variaciones de los precios del petróleo.