| Foto: Fundación Saldarriaga Concha

EDUCACIÓN

Beneficios de estudiar en la vejez

Aunque muchos creen que al llegar a cierta edad no vale la pena estudiar, expertos destacan la importancia de que los adultos mayores continúen aprendiendo y tomando cursos, ya que mantienen la mente activa y disminuye el riesgo de deterioro cognitivo, entre otros beneficios.

26 de marzo de 2020

Cada vez más las personas mayores se animan y eligen volver a estudiar, realizar cursos, talleres o incluso carreras para cumplir sueños y metas que quedaron pendientes, descubrir nuevas habilidades o simplemente por realización personal.

Jaime Ríos llegó a Percomputo un instituto para que las personas mayores aprendan sistemas en 2018. Tenía 71 años. “Lo único que sabía manejar en ese entonces era mi celular. Yo tenía uno de esos que se conocen como flechas”.  

Llegó a recibir clases porque quería aprender a manejar el computador que tenía su hijo en la casa. Pero en el fondo lo que quería era darle un rumbo a su vida y estudiar le permitió de reinventarse.

Don Jaime aprendió a manejar Paint y a escribir cartas en Word; abrió una cuenta de correo electrónico, de Facebook y de YouTube, y aprendió a enviar mensajes a través de estos medios. Incluso, tiene un grupo de WhatsApp donde se comunica con sus compañeras de clase. 

Su meta es poner en marcha una idea de negocio que le viene rondando en la cabeza desde hace un tiempo: “Actualmente trabajo con mi nuera, que tiene una distribuidora de productos naturales. Lo que quiero hacer es montar una página y comenzar a vender por internet. Mi intención es seguir aprendiendo y trabajar durante el tiempo que me sienta con la capacidad mental y física”, explica.

Estudiar trae más beneficios para las personas mayores de lo que ellos mismos se imaginan, asegura la doctora Lina González, líder de Salud y Bienestar de la Fundación Saldarriaga Concha. Explica que al mantener la mente activa se disminuye el riesgo de deterioro cognitivo. “Esto lo hemos medido con personas de diferentes condiciones socioeconómicas en Manizales, en un programa llamado Me Cuido Activo, con resultados muy alentadores”, dice.

Lo importante de disminuir el riesgo de deterioro cognitivo en los adultos mayores, según González, es que “logran mantener la independencia y el control de sus vidas, lo que les genera autoconfianza”.

En eso coincide Ricardo Iacub, profesor de la cátedra de Tercera Edad y Vejez de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Buenos Aires, quien destaca que las investigaciones han desmentido ese prejuicio que dice que no se puede aprender o cuesta más hacerlo cuando se es mayor“Yo felicito mucho a las personas mayores que estudian y les digo ‘ustedes están creciendo’, porque los hace más lúcidos, más despiertos, tienen más intereses, se sienten más seguros para debatir temas y no se quedan”.

De igual forma, el estudio en la vejez favorece el recobro de redes de apoyo, pues estar con otras personas mejora las posibilidades de vincularse socialmente. Es normal que en la vejez las redes de apoyo se empobrezcan porque los hijos se van de la casa, la pareja muere, la jubilación acaba con los vínculos laborales, entre otras razones. "Recuperarlas les permite un nuevo rol en la sociedad, contribuye a generar sentimientos de pertenencia y los ayuda a entender y a aceptar el proceso de envejecimiento de mejor manera", agrega González.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, en general, las personas en la vejez tienen una disminución de sus ingresos, y, al mismo tiempo, un aumento en sus gastos por temas de cuidado y salud. “Estudiar de manera continua durante la vida hace que las personas mayores puedan mantenerse vigentes en el mundo laboral y productivo y, por lo tanto, que sus condiciones económicas no desmejoren”, asegura la experta. 

Por su parte, Iacub reiteró que los adultos mayores no deben dejarse llevar por lo que digan otras personas, pues solo ellos se darán cuenta de los beneficios que les puede traer el estudio, así no se trate de educación formal. "Una persona que sigue estudiando tiene más posibilidades de mantener en mejor estado sus capacidades cognitivas y sus funciones ejecutivas; es decir, la capacidad de decisión, organización, de planificación de su vida”.

Por último, uno de los beneficios más importantes de estudiar a esta edad es que no solo impacta directamente en el adulto mayor, sino también en la misma sociedad, es el cambio de perspectiva respecto a esa generación. “Es una forma de entablar el diálogo intergeneracional y lograr un verdadero cambio cultural en la forma como vemos esta etapa de la vida”, afirma Soraya Montoya, directora de la Fundación Saldarriaga Concha.