Marcela Bautista es socióloga e investigadora experta en temas de educación rural integral. | Foto: Foros Semana

EDUCACIÓN

“Colombia necesita formar a los maestros rurales”

Marcela Bautista es socióloga e investigadora experta en temas de educación rural integral. Bautista participará en la Cumbre Líderes por la Educación el próximo 18 y 19 de septiembre. Semana Educación habló con ella sobre los retos que enfrenta la educación en el campo colombiano.

12 de julio de 2019

SEMANA Educación: ¿Cómo está la educación rural en Colombia?

Marcela Bautista: Colombia tiene unas brechas importantes en términos educativos. Los entornos rurales y urbanos se diferencian de una manera significativa en el sentido de garantizar los aprendizajes que requieren los niños en las poblaciones. Estas brechas principalmente se reflejan en el acceso a la educación. Esto quiere decir que los niños en las ciudades y en las cabeceras municipales tienen mayores oportunidades de educación que los niños en los entornos rurales.

Los entornos rurales tienen 6 años de escolarización en promedio, en comparación con 9,6 años en lo urbano.

Por otro lado, si miramos el número de años de escolarización de las poblaciones, las urbanas cuentan con 9,6 años en promedio, mientras que los entornos rurales tienen 6 años en promedio. En cuanto al nivel de aprendizaje, es decir, cómo están sus resultados en las pruebas estandarizadas, vemos que los menores desempeños están en las zonas rurales. Y en educación superior, solo el 20% de las poblaciones que están en la ruralidad acceden a educación superior, comparado con el 50 o 60% que están reportando las grandes ciudades.

S.E.: ¿Qué es lo más urgente para resolver esta situación?

M.B.: Esto requiere una serie de acciones integrales y por eso hablamos de Educación Rural Integral, para garantizar que los niños aprendan en contexto y lo que necesitan para el mundo de hoy, no solo para su territorio, porque claramente deben mejorar las condiciones de su territorio, pero también con miras a un mundo que está globalizado.

Eso requiere una serie de reformas. El país tiene un recorrido importante en hacer reformas y procesos de mejoramiento de la calidad de la educación en los entornos rurales, que pasa por la infraestructura, la alimentación, las dotaciones, las aulas, los libros. Pero el principal reto de la educación rural es mejorar y fortalecer el desarrollo profesional de los maestros rurales.

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S.E.: ¿Es necesario generar incentivos para que los maestros quieran estar en la ruralidad?

Hay entornos rurales dispersos donde la infraestructura no es suficiente para garantizar todos los niveles educativos de los estudiantes.

Hay entornos rurales dispersos donde la infraestructura no es suficiente para garantizar todos los niveles educativos de los estudiantes.

M.B.: Es necesario incentivos para que maestros formados vayan a la ruralidad, pero especialmente para que los que estén se queden y se formen. El 35% de los maestros oficiales del país están en la ruralidad. Hay que lograr que esos 112 mil maestros se quieran quedar, pero además que se queden en buenas condiciones en términos de calidad de vida. Y que se les garanticen procesos de formación continua para que ellos puedan mejorar los procesos de aula.

S.E.: ¿Cuál es esa relación entre la baja escolaridad en la ruralidad y los altos índices de pobreza en estas áreas?

M.B.: La explicación es estructural. En muchas zonas rurales del país la pobreza se refleja en el bajo nivel de acceso a servicios básicos como agua, energía, conectividad, y en la escasez de bienes de la canasta como alimentos o ropa. O, por ejemplo, en que no hay garantía de una infraestructura vial que les permita a los ciudadanos movilizar sus productos o transportar los insumos para sus negocios. 

La ruralidad en Colombia tiene el doble de población pobre que los entornos urbanos. Esto se relaciona con la precariedad en las instituciones educativas. Hay entornos rurales dispersos donde la infraestructura no es suficiente para garantizar todos los niveles educativos de los estudiantes. Por ejemplo, cuando los muchachos llegan al grado noveno no cuentan con infraestructura, con aulas, con docentes, con oferta, para transitar a grado décimo y terminar el bachillerato. Tienen que trasladarse a otros municipios, entonces requieren transporte, alimentación, y el sistema educativo no logra satisfacer al 100% las necesidades de esos estudiantes.

S.E.: ¿Qué países deberían ser ejemplo para Colombia en educación rural?

Todas las políticas educativas que hagamos tienen que ser desde una perspectiva territorial.

M.B.: Hay que tener presente que no hay una fórmula perfecta. La ruralidad es continua, con muchos grados de ruralidad y muy diversa. Todas las políticas educativas que hagamos tienen que ser desde una perspectiva territorial. Es decir, son los territorios, con el acompañamiento de los maestros, los estudiantes, los padres de familias, las secretarías de educación, quienes tienen que desarrollar las políticas educativas para los territorios.

Está muy bien hacer unos lineamientos generales desde el nivel nacional, pero nosotros abogamos por fortalecer los procesos de descentralización. Pensar una educación desde la ruralidad para la ruralidad. Perú, Chile y Canadá podrían ser referentes en ese proceso.

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S.E.: ¿Cómo lograr a través de la educación que la sociedad decida realizar su proyecto de vida en el campo y no necesite migrar a las ciudades?

M.B.: La migración empieza cuando los niños inician la juventud y pueden tomar decisiones. Los jóvenes son actores racionales y evalúan las oportunidades que tienen en su territorio. Si al finalizar el grado noveno, ven que la educación media no les garantiza un valor agregado para sus trayectorias de vida, desertan o migran a las ciudades. Eso quiere decir que el sistema educativo debe garantizar oportunidades educativas para ellos, en el sentido de fortalecer esas competencias básicas para que puedan entender el mundo, pero además para que puedan insertarse a otros niveles de escolaridad, ya sea educación superior o formación para el trabajo. Esto va acompañado de las opciones de empleabilidad que pueden tener allí. 

S.E.: En la reforma rural integral que contempla el Acuerdo de Paz se incluía un espacio para la educación rural, ¿en qué va esto?

M.B.: El Ministerio empezó a hacer una serie de acciones de cumplimiento que vincularon a las organizaciones de la sociedad civil. Para eso, se hizo una propuesta de Educación Rural Integral, que define los objetivos y los principales retos que tiene la educación rural. Cuando llega el nuevo Gobierno, empieza a revisarla y en este momento el Ministerio está formulando una nueva política de educación rural. Hay un elemento en el que se ha avanzado y es el concurso público para docentes en zonas PDET.

S.E.: ¿Ha sido conveniente que con el cambio de Gobierno se haya parado por un año la implementación de esa propuesta de Educación Rural Integral?

El Gobierno se tomó mucho tiempo en aceptar el avance que ya se tenía en educación rural. Empezar de cero no era la solución.

M.B.: Lo mejor hubiera sido tomar ese documento y partir de él. En este momento ya habríamos tenido acciones más concretas de mejoramiento de la ruralidad. Pero el Ministerio y el Gobierno, en general, se tomaron mucho tiempo en aceptar ese avance que ya se tenía y en reconocer lo que se había hecho desde los territorios. Empezar de cero no era la solución.

S.E.: Si Colombia está llamada a ser la despensa del mundo, ¿cuál es el papel de la educación en ese proceso?

M.B.: El papel de la educación no es formar competencias específicas y operativas para la productividad, sino generar innovaciones científicas y tecnológicas desde los territorios. La educación permitiría generar procesos de innovación productiva, muy anclados desde un desarrollo científico, que le permita a Colombia hacer cosas distintas frente al mundo. El país no puede convertirse solamente en el productor de bienes básicos de consumo, sino generar innovaciones; para esto se requieren inversiones.

S.E.: ¿Cuál es el papel de la tecnología en la educación rural?

Es muy importante, especialmente en los entornos rurales dispersos. La tecnología entendida como los dispositivos que permiten el acceso a la información y a la comunicación con el mundo, pero también entendida como la que permite generar nuevos procesos de innovación desde las instituciones educativas. Un ejemplo es la formación de los docentes rurales por medios tecnológicos. Hoy los maestros lo están haciendo. Cuando uno recorre el país se da cuenta que muchos maestros planean sus clases a través del uso de plataformas digitales, usan recursos tecnológicos en el aula y les brindan nuevas experiencias a sus estudiantes. Hoy necesitan un acompañamiento para que esa formación en tecnología sea más pertinente.

Marcela Bautista y otros expertos nacionales e internacionales sobre educación rural y distintos temas neurálgicos para el sector educativo estarán en la Cumbre Líderes por la Educación. *Para asistir a la Cumbre Líderes por la Educación, adquiera su boleta aquí*