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POLÉMICA

MinEducación no es claro con el futuro de la San Martín

Francisco Cardona, ministro de Educación encargado, anunció este lunes una nueva resolución para salvar la universidad. Sin embargo, la nueva medida deja muchas incógnitas.

31 de octubre de 2016

El Ministerio de Educación (MEN) anunció hoy que levanta la suspensión de ocho de los registros calificados de programas académicos de la Fundación Universitaria San Martín mediante la resolución 20437 de 2016. El gobierno los mantenía “congelados” desde que en enero de 2015 decidiera intervenir la institución por irregularidades administrativas, desvío de recursos, ofrecer programas sin registro y deudas millonarias. 

La decisión anunciada hoy por Francisco Cardona, ministro encargado, corresponde con lo que él ha descrito como “avances en el cumplimiento del Plan de Mejoramiento por parte de la San Martín en un 64 % (los componentes académicos en un 99%, administrativos en un 100% y de buen gobierno en un 100%)”.

Esta medida, que parece más un premio de consolación, llega casi dos años después de que la nueva directiva, nombrada por el MEN, comenzara a gestionar la San Martín con su aval, y coincide con la publicación de la noticia del inminente cierre de la institución por parte de Semana Educación.

Son muchos los interrogantes que rodean este último anuncio del Ministerio. El primero es por qué se asegura que la resolución afecta a ocho programas cuando, en realidad, solo permite revivir cinco (los otros tres se vencieron durante la vigencia de la medida de suspensión).

La sala del Conaces (Comisión Nacional Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior) lleva casi dos años negándole otros 14 registros calificados a la institución. Los ingresos de nuevas matrículas son la principal fuente de financiación de la San Martín, de ahí que levantar el desbloqueo de solo cinco programas no puede calificarse de "salvavidas", como han apuntado algunos medios de comunicación. 

“Nuestra situación no se va a resolver con la apertura de sólo cinco programas, la mayoría en Bogotá, para un total de 6.000 estudiantes y 900 trabajadores entre profesores y administrativos de todas las sedes”, aseguró un profesor de Barranquilla a Semana Educación.

Ya en marzo de 2016, cuando todavía estaba Gina Parody al frente de la cartera educativa, se emitió la resolución 04683. En esta se “daba por terminada la medida de suspensión de trámites de solicitudes de nuevos registros calificados o renovaciones”.

Entonces, ¿qué aporta de inédito la resolución 20437? Según voceros del MEN, se trata de una cuestión jurídica: mientras la anterior afectaba a renovaciones y programas nuevos, esta se dirige a programas suspendidos. "Son programas cuya ejecución estaba paralizada", explicaron.

Lo cierto es que, si tras la intervención del Ministerio se invalidaron prácticamente todos los registros y los nuevos que se presentaron posteriormente los descartó el Conaces, la nueva resolución del MEN parece más un trámite para salir del paso ante las informaciones del cierre de la institución que una verdadera medida para sacarla a flote.

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Por otro lado, asegura el Ministerio que la matrícula de nuevos alumnos “queda sujeta a que la Fundación Universitaria San Martín certifique y garantice que efectivamente están soportadas las condiciones contables, administrativas, financieras, presupuestales y de calidad”. En otras palabras, que se le otorguen los registros calificados de esos cinco programas está condicionado a la estabilidad financiera que demuestre la institución a partir de ahora. Un sinsentido porque la San Martín ya ha demostrado que a día de hoy no es viable económicamente. De acuerdo con Jesús Arengas, representante legal de 200 trabajadores de la sede Caribe, la San Martín arrastra unas deudas de 650 mil millones de pesos.

No se entiende entonces que el gobierno imponga este requisito cuando la única forma que tiene la fundación de sobrevivir es a través del dinero de las matrículas nuevas que no llegan porque el propio MEN tuvo a bien negarle todos los registros calificados desde marzo de 2015, cuando entró en vigor la anterior resolución.

La lógica es la siguiente: sin registro no hay programas, sin programas no hay matrículas ni nuevos estudiantes, sin matrículas no hay dinero, sin dinero no hay reinversión y sin reinversión la viabilidad de la universidad es imposible.

Asimismo, es importante recordar que la universidad es una fundación sin ánimo de lucro y su viabilidad económica y financiera se basa (o debería) únicamente en las matrículas de los estudiantes.  

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Otro de los interrogantes que se desprende de la resolución 20437 tiene su razón de ser en el siguiente párrafo: “Los retrasos en los aspectos financieros no dependen del plenum designado en la Fundación sino que obedecen a los malos manejos que durante años hicieron los miembros fundadores y antiguas directivas”.

Si bien es cierto que la San Martín arrastra deudas millonarias por cuenta de la mala gestión de la familia Alvear (anterior a la intervención del MEN), cabe preguntarse cuál ha sido la función del Ministerio todo este tiempo para recuperar la institución, a pesar de que este párrafo les evade de cualquier responsabilidad por cuenta del plenum. Es más, ¿qué gestiones ha realizado para mantenerla a flote? ¿Por qué en casi dos años no se han visto apenas avances y los docentes consultados manifiestan que siguen sin cobrar ni cotizar?

A pesar del recelo que ha suscitado la medida entre la comunidad educativa de la San Martín, muchos se sienten esperanzados por “este pequeño gesto”. Aseguran que “es un avance para ir recuperando poco a poco la fundación”, pero no la solución definitiva, "que sería desbloquear los registros de todos los programas".