EDUCACIÓN
“¿Qué hacer con un niño 16 horas?”: mamá de estudiante de 6 y bebé de un año
La abogada Manuela Villa cuenta cómo es el día a día en teletrabajo, colegio virtual y el cuidado de un pequeño bebé. "He pasado por crisis de desespero, insomnio, preocupación, mal genio", dice.
Encuentra aquí lo último en Semana
“Yo tengo un hijo de mi primer matrimonio y un chiquito de mi segunda relación. Mi cargo es demandante. He pasado por crisis de desespero, insomnio, preocupación, mal genio. Ves que pasan los días y el primer semestre ya se fue sin colegio. La angustia es total cuando miras la agenda en la oficina y esta llena de cosas y además tengo muchas horas para llenar con los niños, que son precisamente las que llenaban antes los profesores, solo que ahora las debo llenar yo. Además, los niños a esa edad solo deben tener 30 minutos de pantalla entonces uno dice ‘Qué pongo a hacer a un niño 16 horas y media’. La angustia es total. Ha habido incremento en los niveles de ansiedad, hasta crisis de pareja porque a veces uno cree que el otro no ayuda lo suficiente o porque uno lo ve aburrido de hacerlo.
Tendencias
Al comienzo nos fuimos a la casa de mis suegros porque nos quedamos sin soporte. A la niñera del bebé y a la empleada las mandamos a vacaciones. Lo mas viable era irnos para allá para que nos ayudaran con los niños porque mi trabajo en tiempos de cuarentena se ha duplicado. Fue muy difícil porque los colegios no estaban listos. A las compañías les quedó más fácil porque ya tenían herramientas como Teams, Sky for business y estaban más preparadas, pero a los colegios los cogió fuera de base. Empezamos con actividades para Elías, pero sin mucha estructura, pues no había quién le diera clases virtuales. Eran actividades que necesitaban mucho acompañamiento porque a su edad es así. Entonces teníamos que jugar escalera en alemán para aprender las partes del cuerpo, o hacer una caja con material reciclable y engrudo, todo un camello porque tocaba hacer el engrudo y conectarse por teams o zoom. Todo era un aprendizaje diario: Cómo establecer el trabajo en casa con un sistema operativo y funcional, cómo administrar los recursos tecnológicos, las herramientas, los espacios. A los colegios les costó mucho llegar a un esquema de virtualidad.
La pareja de Manuela, se ha encargado del colegio del hijo mayor, lo que ha sido todo un desafío debido a la diversidad de tareas que piden. Foto: Karen Salamanca - Semana.
Cuando anunciaron la extensión del colegio en casa el escenario todo cambió porque ya no era transitorio sino algo más permanente. Compramos un iPad al niño y nos organizamos: Mi pareja se encargó del colegio del hijo mayor porque él habla alemán y su profesión fue una de las que quedó suspendida. Yo me dediqué a mi trabajo. En el chat del colegio los papás dijeron que el colegio debía ser más propositivo y cambiar la estrategia por algo que fuera viable y que no necesitara tanto acompañamiento. No importaba que no aprendieran, pero que por lo menos entretuvieran a los niños mientras los papás trabajábamos.
Desde la tercera semana comenzó un proceso más organizado y tienen clases virtuales cortas y luego tareas. El problema es que el modelo de enseñanza es aprender con juego y cuando eso se lleva a la virtualidad es un reto enorme. Los papás están muy poco listos para dedicarse al juego y poderles enseñar cuando no hay una profesora guiando la actividad y cuando no hay niños de su edad. Mi pareja no es un pedagogo entonces todo lo hacemos con un nivel de improvisación total y la preocupación es si esto que está aprendiendo mi hijo es lo que necesita para poder pasar a primero de primaria con bases suficientes o qué se espera de nosotros. El colegio dice que serán flexibles y que los niños ya cuentan con las bases para pasar al siguiente año, y dado el caso habría una nivelación el otro año porque saben que nosotros no somos profesores.
Uno si ve que habrá secuelas a largo plazo. Mis hijos no salen hace un mes o mas, y veo que el menor le cogió miedo a la gente extraña y solo reconoce el espacio de su casa. El grande estudia, pero hay un tiempo muerto de mucho tedio. Es preocupante porque los adultos sí pueden salir a caminar, pero los niños, que están mas dispuestos a seguir instrucciones de tapabocas y distanciamiento, están encerrados y sin saber hasta cuándo.
Yo sentí una desilusión, un bajonazo durísimo cuando dijeron que la fecha era el 31 de mayo. Eso sonó a una eternidad y ahora es peor pues no veo la fecha donde sea viable que se reincorporen. En este punto ya tenemos una dinámica que es difícil llamarla dinámica cuando está sujeta a muchos cambios y a retos diarios en la práctica. Vivimos como los alcohólicos, día a día, tratamos todos los días de hacer todo lo que toca, con todos los retos, hacemos los mejores esfuerzos. Hay unos papás independientes que pueden hacer este trabajo de la educación en casa, pero otros no y estamos desesperados. La gran preocupación es hasta cuándo va a durar esto”.