El dificil arte de hacer proyecciones
Poco antes de la crisis asiática, los prestigiosos economistas y ganadores del premio Nobel Robert Merton y Myron Scholes se unieron al hedge fund “Long Term Capital Management” (LTCM) en donde aplicaron parte del modelo desarrollado por ellos, junto con Fischer Black, para valorar opciones. Las proyecciones realizadas por esta firma estaban basadas en el pasado y no lograron predecir en ese entonces el colapso inmobiliario inminente en el sudeste asiático (¿suena familiar?), que a través de capitales golondrina provocaría la última recesión del siglo XX y que, con todo y su carácter global, no se compara con la profundidad que presenta la actual. La crisis no sólo fue asiática, también fue rusa y contenía algo que venía de México llamado “efecto tequila”. El LTCM terminó siendo rescatado por el gobierno (¿suena familiar?).
¿Como dos genios de las finanzas terminan con un fondo quebrado? En el libro “When Genius Failed: The Rise and Fall of Long-Term Capital Management”, el autor Roger Lowenstein describe como la firma se apalancó para explotar oportunidades de arbitraje. Las proyecciones realizadas con modelos como los usados en LTCM, enseñados actualmente en casi todas las universidades del mundo, capturan la tendencia de los precios bajo una serie de supuestos, pero no pueden predecir el cambio en esa tendencia que conlleva la llegada de una crisis.
El autor Nassim Nicholas Taleb, quien sí ha ganado mucho dinero con la crisis actual a través de otro fondo de inversión, ha puesto de moda el término “Cisnes Negros”. Estos son definidos como eventos inesperados que provocan cambios en el paradigma dominante. La actual caída del sistema financiero internacional es un cisne negro que nadie esperaba y cayó en medio de proyecciones hechas con base en datos del pasado que mostraban un futuro mucho más frugal.
El acto de realizar proyecciones hace parte de la vida diaria, pero es especialmente crítico para los emprendedores, los formuladores de proyectos y el gobierno. Al encarar el futuro, basarse en el pasado es cada vez riesgoso, por cuanto la dependencia de todo tipo de variables es más fuerte que nunca. Los métodos de proyección enseñados en las universidades para capturar la tendencia de las ventas o los precios son útiles sólo en un muy corto plazo. Para el largo plazo se utilizan modelos de equilibrio sofisticados que involucran muchas variables pero no dejan de poseer un alto grado de incertidumbre. Esta incertidumbre ha hecho que la norma en proyecciones sea evaluar escenarios y estar preparados para el más pesimista.
En el difícil arte de hacer proyecciones la primera regla es la prudencia. La tendencia del pasado es un buen lugar para empezar, pero es necesario evaluar las condiciones económicas cambiantes y establecer un plan B en caso de que esas condiciones, por improbable que sea, lleguen a ser adversas. La actual crisis no estaba en las cuentas de casi nadie. Tampoco lo estaban las caídas de las bolsas y los vaivenes de los precios del petróleo. No había forma de anticipar estos hechos a partir del pasado e incluso una visión en conjunto a la economía no habría mejorado la proyección. Pero la profundidad de la crisis, al igual que ocurrió con LCTM, se debió a una imprudente confianza en las proyecciones.
El actual repunte de la economía hace pensar que lo peor de la crisis ya pasó, y la producción y las ventas retomarán la tendencia de hace dos años. Sin embargo, tal repunte aún no es lo suficientemente firme. La caída de varios indicadores ha menguado, pero la contracción podría durar un largo tiempo. El desempleo está lejos de ceder y la demanda aún se encuentra golpeada. A pesar de esto, una ola de optimismo insiste en proyecciones positivas, incluso, para lo que queda del año. Es momento para detenerse y reflexionar con la frase de Joubert "La prudencia es la fuerza de los débiles". Ni el mejor modelo puede reemplazar esta sencilla frase.
El autor es coordinador Área de Finanzas. Programa de Economía. Universidad Jorge Tadeo Lozano.
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