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País atípico

Ahora que se puso de moda el tema de las elecciones atípicas por cuenta de la novela surgida en la Gobernación del Valle, llaman la atención algunas cifras alrededor del tema que muestran lo inconveniente de esa figura constitucional.

8 de enero de 2011

Ahora que se puso de moda el tema de las elecciones atípicas por cuenta de la novela surgida en la Gobernación del Valle, llaman la atención algunas cifras alrededor del tema que muestran lo inconveniente de esa figura constitucional. Desde 2003, cuando entró en vigencia una reforma política que determinó que los periodos de gobierno son institucionales y no personales (ante una vacancia absoluta del gobernante, quien lo reemplaza está en el puesto solo por el tiempo que resta), se han realizado 351 elecciones atípicas: 337 para elegir alcaldes y 14 para designar gobernadores. El año de mayor atipicidad fue 2005, con 162 llamados a las urnas en igual número de municipios. La gran mayoría de esas elecciones se caracterizaron por la poca votación y el triunfo de la fuerza electoral que para ese momento ostentaba el poder local. Por todo lo anterior hay quienes argumentan que se debe retornar al viejo esquema de periodos atípicos (personales), para evitar que fuerzas electorales en la región se amangualen y con pocos votos mantengan su poder. Pero está la contraparte, que insiste en que sale más costoso hacer elecciones fragmentadas y no en forma simultánea, como ocurre en la actualidad.