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3 de marzo de 2007

Camilo Medina, el Cacique Miranda
 
Su tránsito por la televisión y el cine nacional convirtieron a Camilo Medina en uno de los mejores actores de la televisión por más de 40 años. Desde niño, en Ibagué, demostró inclinaciones por la pintura. Gracias a su talento, recibió una beca para estudiar bellas artes de la Universidad Nacional. Llegó a Bogotá en 1951, y al poco tiempo empezó a alternar sus clases de pintura con las de actuación. En 1956 se graduó, no solo como maestro en pintura, sino de actor. Esa segunda pasión fue la que marcó el resto de su vida. Ese año apareció por primera vez en la pantalla chica en un papel secundario. Luego de un concurso que hizo Manuel Drezner y que ganó Medina, entró de lleno a la televisión. Participó en telenovelas como Candó, El muro del silencio, Aquileo Venganza, Réquiem de un canalla y La mala hierba, donde su papel del Cacique Miranda prácticamente lo sembró en la memoria de los colombianos. Se caracterizó por encarnar personajes de aspecto fuerte. Hace 15 años abandonó la actuación para dedicarse a pintar. Sólo le daba éxito personal. Hoy, con 78 años, dos hijos y acompañado de su esposa, Amira Calderón, lee, escucha música clásica y pinta, especialmente paisajes que en ocasiones vende. Camilo Medina, el gran actor que nunca recibió una pensión por su trabajo, se siente feliz porque pudo cumplir la meta que se propuso desde niño: “Ser alguien en la vida, y creo que lo cumplí”.