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QUÉ PASÓ CON

Rodrigo Granda

26 de septiembre de 2009

Antes del 4 de enero de 2005 el nombre de Rodrigo Granda, el 'canciller' de las Farc, no era conocido por los colombianos, a excepción de algunos miembros de seguridad del Estado que le seguían la pista desde 2001. Sin embargo, después de esa fecha se convirtió en un personaje clave en el tire y afloje por el acuerdo humanitario, y en la causa de la primera gran crisis diplomática con Venezuela. Granda nació en Frontino (Antioquia) en 1950 en una familia numerosa donde su abuelo era latifundista y su padre maestro de escuela.
 
Estudió hasta segundo de bachillerato y más tarde se vinculó a las Farc. Se estima que hizo al menos 200 viajes por toda América haciendo política a favor de la guerrilla. En diciembre de 2004, durante el Segundo Congreso Bolivariano de los Pueblos fue detenido en Caracas por un supuesto comando de agentes colombianos y traído al país. El hecho provocó la furia de Hugo Chávez, que rompió lazos comerciales con Colombia y llamó a consultas a su embajador. El lío se resolvió poco después, mientras Granda quedaba en la cárcel de La Dorada convertido en uno de los guerrilleros de más rango presos en Colombia. En 2007 el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, pidió a Uribe su libertad como un gesto que ayudaría a la liberación de la entonces secuestrada Íngrid Betancourt. Contra la voluntad del ‘canciller’, fue acogido en la Conferencia Episcopal hasta que viajó a Cuba autorizado por el gobierno.
 
A finales de ese año se movió a Venezuela, donde se reunió en un polémico encuentro con Hugo Chávez, Piedad Córdoba e Iván Márquez. Y de ahí a las montañas de Colombia para encontrarse con sus ‘camaradas’ de la guerrilla. Granda tiene dos condenas por rebelión y terrorismo y una orden de captura internacional dictada por un juez paraguayo.