Especiales Semana

MODA

1 de julio de 1985

EN LOS HOMBRES LA MODA NO INCOMODA
1985 es un año de gran comodidad y elegancia para la moda masculina. Los diseños no son muy diferentes a los de años anteriores, pero el corte es cada vez más perfecto. Hace varios años que la moda masculina es básicamente una moda cómoda.
Tal vez esto se deba a que los más famosos diseñadores son hombres y han decidido vestirse con elegancia y a la vez con comodidad. Como quiera que sea, casualidad o exigencia, esta es la característica que define la moda masculina de los ochenta, tanto en los vestidos formales como en los deportivos.
Según el clima, el vestido de la oficina es en paño o en telas a base de lino o algodón, pero siempre de corte muy recto. Los pantalones son con prenses, el chaleco ha desaparecido prácticamente y el saco tiene la solapa más ancha que antes, pero sin volver a los sesenta. También la corbata se ha "engordado" un poco, dejando atrás esas tiras delgadas o esos largueros de lana.
Para el vestuario informal las telas son con mucha textura, suaves al tacto y con gran caída.
Para los vestidos elegantes, la novedad son los jaspeados y los botones de pasta.
También los hombres han entrado a la moda de las prendas superpuestas, en especial en la ropa de sport en la que puede decirse que han adoptado una postura casi unisex. Siguen usándose los bluyines, los pantalones de pana con prenses y lo nuevo son los diseños muy abultados, con resorte en la cintura, bolsillos delanteros y cordon a manera de cinturón. La silueta es casi triangular, procurando una espalda ancha, si es necesario con hombreras. El aspecto general es clásico y muy elegante, caracterizándose por la soltura y fluidez en el diseño.
Los colores vienen en este año en tres grupos y siempre más discretos que en el caso de la mujer, sobre todo en el vestir formal.
El primer grupo de colores, para climas cálidos, se deriva del agua cristalina y cubre las gamas del gris hasta llegar a un color casi barro .
Después estan los colores neutros, casi sucios, para climas mas frios, inspirados en los colores del desierto y la naturaleza muerta, en tonos discretos pero muy cálidos. Y finalmente están los colores neutros, que vienen de las conchas marinas y que se combinan con tonos mas agresivos que les dan vida, como el rojo o el verde oliva.
Las camisas vienen con pasadores al cuello y ya no se usar los pequeños botones que lo sujetan, aunque todavía tienen prenses en la espalda y son amplias, en tonos claros y muy neutros. El material de las corbatas es la seda, pero también los algodones finos, quedando en e pasado las de lana y paños gruesos. Las rayas transversales y combinadas vuelven y tambien las pintas muy pequeñas.
En la vestimenta casual, la moda es muy amplia, con prendas superpuestas de diferentes materiales. Pero hay cosas que continúan, como los suéteres en "V" aunque cada vez con motivos más alegres, los chalecos de lana, las solapas con picos y las chaquetas de sport en cuero o en gamuza.
Para los hombres los detalles más importantes son el cinturón y la corbata. Ya no se usan los pañuelitos al cuello ni las bufandas aunque para una tarde lluviosa siempre estará bien la clásica escocesa con gabardina, en las ciudades de clima frío.
Y terminando con los zapatos, estos son cada vez menos formales. Todavía se usan los elegantes de punta delgada y cordones, pero la conquista la llevan los mocasines y los zapatos más juveniles. Lo que sí se fue definitivamente es el botin de cremallera y mucho menos con vestido de paño. -
LOS NIÑOS SE VISTEN DE GRANDES
Los niños se adaptan al cambio con mas facilidad que los mayores. Tal vez por esto la moda infantil de los ochenta es mas agresiva desde hace algunos años los niños se vienen revelando a sus padres. No más lacitos rosados, no más moños de gato, no más trajes de pajesito. Ahora más que nunca los niños y niñas se visten como sus padres. Tan elegantes y casuales, tan atrevidos y con los mismos complementos y accesorios.
La moda de los niños del 85 es muy amplia, con telas suaves y cómodas y sobre todo con diseños muy acabados. Para ellas, overoles de grandes bolsillos, blusas con adornos, pantalones de prenses abultados y minifalda.
Pero no pueden faltar las gafas oscuras, las pulseras de pasta, los zapatos de punta fina y corte elegante y las medias largas de colores. Y para ellos, los pantalones de pana con prenses, o de algodón muy parecidos a los de las niñas, las camisas con botones en el cuello, cinturones combinados de dril y cuero y zapatos mocasines. Ambos usan chaquetas anchas de resorte en la cintura y cremallera amplia, a veces con opción de quitarles las mangas, y a todos les gustan los chalecos, ojalá de materiales sintéticos, pero también de lana.
Si es cierto que se visten como "grandes", también lo es que son mas atrevidos que ellos y dispuestos a hacer mucho mas escándalo. No tienen ningún problema en llevar cintas en la cabeza (a lo tenista) o en usar gafas estrafalarias. Y ya no les importa lo que sus padres opinen, simplemente escogen su ropa y la combinan a su antojo. Cuando llegan del colegio botan a un lado el uniforme y se transforman completamente, ya sea con una sudadera "tipo espacial", con camiseta y bluyines o con un vestido de talle largo.
Los colores son siempre fuertes y las combinaciones drásticas. Predominan el rosado intenso, el naranja, el azul rey, el verde loro y el amarillo. Y cuando van de fiesta, dependiendo de la ocasión, o se ponen la moda más atrevida, o van con un vestido elegante pero moderno.
Los niños ya no se soportan el vestido de tres piezas con corbatín el combinado de pantalón de paño y blazer o los pantaloncitos cortos con sueter en "V" y corbata.
Prefieren, si se trata de un acontecimiento solemne, los pantalones de pana y un bonito sueter.
Y las niñas ya no quieren esos vestidos de varios fondos y velos, con rositas bordadas y cuello redondo. Quieren ser elegantes y hasta aceptan estas telas, pero en diseños de prenses, talle largo y hombreras.
En fin, parece que en los ochenta los niños llevan la vanguardia de la moda. Si usted tiene hijos, déjelos que sigan su instinto, es posible que sea más atinado que el suyo. -