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EL HIJO PRODIGO

14 de abril de 1997

Un samperista de toda la vida, que peleó con Ernesto Samper,vuelve a casa como Ministro de Comercio Exterior.No son muchas las personas que han recibido el calificativo de samperista clase A. Carlos Ronderos Torres, nuevo ministro de Comercio Exterior, es uno de ellos. Cuando el actual Presidente de la República echaba discursos en los barrios del sur de Bogotá, buscando votos para salir al Concejo por el movimiento Poder Popular, una de las personas que estaba a su lado era Ronderos. Inclusive uno de los primeros cargos públicos que ocupó el nuevo Ministro de Comercio Exterior fue el de secretario de Gobierno de la alcaldía distrital, en representación de la cuota samperista. Luego fue concejal durante dos períodos, elegido también en las listas del Poder Popular. Por esas vicisitudes de la política, sin embargo, las relaciones entre los dos empezaron a deteriorarse hasta el punto que terminaron bastante distanciados. Y distanciados en serio. Tanto que durante la consulta liberal de 1994 Ronderos prefirió acompañar como jefe de campaña a Carlos Lemos Simmonds. Esa decisión lo hizo estar lejos de quien fuera su gran amigo la noche del triunfo sobre Andrés Pastrana.Pero como en política lo único que no se puede decir es nunca jamás, los antiguos compañeros de discursos en plaza pública volvieron a encontrarse el jueves de la semana pasada cuando Ernesto Samper, por recomendación directa del vicepresidente Carlos Lemos, llamó a Ronderos a su casa para ofrecerle el cargo de Ministro de Comercio Exterior. En la tarde, después de hablar varias veces con el embajador en Londres, Ronderos fue a la Casa de Nariño para aceptar oficialmente el ofrecimiento.Como Ministro de Comercio Exterior son varios los retos que tendrá que enfrentar este economista de la Universidad del Rosario, nacido en San Gil (Santander) hace 46 años. En primer lugar deberá definir una estrategia clara de integración comercial, justo en momentos en que Colombia carece de liderazgo continental debido a la crisis política. En segundo lugar, tendrá que emplearse a fondo para tratar de mantener las preferencias arancelarias que Colombia aún conserva por parte de la Unión Europea y reactivar el comercio con Venezuela, el cual decayó como consecuencia de la crisis económica que vivió el vecino país. Pero, sin duda, el gran reto de Carlos Ronderos como ministro de Comercio Exterior será el de emparejar las cargas con el gobierno de Estados Unidos. Por lo pronto tendrá que evitar que la descertificación se traduzca en sanciones comerciales a empresas nacionales, especialmente las dedicadas a la floricultura. No será una misión fácil. Si lo consigue, no sólo dejaría satisfechos a millones de colombianos, sino a su nuevo jefe y antiguo compañero de lucha política.