Home

Gente

Artículo

Arianna Huffington. | Foto: A.F.P.

EMPRESARIA

El nuevo capítulo de Arianna Huffington

Tras fundar y dirigir el The Huffington Post, el diario web más exitoso de la historia, la griega crea una nueva empresa para innovar en prácticas de bienestar personal y empresarial. ¿Triunfará?

21 de agosto de 2016

Arianna Stassinopoulos solo entendió que debía cambiar de vida cuando enfrentó una situación límite. En 2007, dos años después de fundar The Huffington Post, dormía cuatro horas al día. Su web crecía como espuma, resultado de reunir blogueros interesantes, encontrar una línea editorial liberal, agregar noticias y conseguir incansablemente capital para mantenerlo a flote. En casa preparaba a la mayor de sus dos hijas para entrar a la universidad. Parecía estar en la cima, pero algo no funcionaba y su cuerpo dio el campanazo. Se desmayó en su oficina, y su cabeza golpeó la esquina de su escritorio. En la efervescencia de su naciente aventura, a las puertas del éxito, se despertó ensangrentada en el piso. “Después de muchas citas y exámenes, los doctores concluyeron que no había nada de malo con mi cuerpo, pero que la manera en la que vivía podía matarme”.

Hoy, el portal que fundó tiene más de 100 millones de usuarios únicos al mes, pero desde septiembre hará parte de su pasado. Verizon absorbió por 4.400 millones de dólares a America On Line (AOL), compañía que en 2011 invirtió 315 millones de dólares para comprar el Huff’Post, pero que la mantuvo como editora en jefe. Arianna consideró seguir en el Post mientras le daba vuelo a su nuevo emprendimiento, pero pronto concluyó que no le sería posible manejar ambos y anunció su salida. Años atrás juró que el portal sería su último round, pero se contradijo y no tuvo pena en aceptarlo. Queda mucho más Arianna así su web pierda su impronta, y si su instinto es correcto, podría cambiar el mundo. Su nueva empresa ‘empaquetará’ bienestar para consumidores y para empresas.

No hay que temer por la griega, que nunca ha dado puntada sin dedal. Para darle alas a Thrive Global, su nueva empresa, se rodeó de inversionistas y líderes del sector empresarial. Quiere consolidar una oferta ambiciosa que cambie la vida de las personas, la cultura de las empresas y, de paso, modifique las prioridades que hoy dominan el progreso: dinero y poder. Curiosamente, entre sus aliados hay personas que pueden representar esos valores, pero que han demostrado interés en el proyecto y se dicen seguidores de la filosofía de bienestar: Jack Ma, el fundador de Alibaba, por medio de uno de sus fondos de inversión; Ray Dalio, CEO y fundador de Bridgewater, un reputado fondo de fama mundial con un capital de 150.000 millones de dólares; y el famoso emprendedor Sean Parker, quien apoyó a Mark Zuckerberg en su proyecto Facebook y cambió la industria musical cuando lanzó el controvertido Napster a mediados de los noventa.

Abordar el bienestar como un pilar de vida no es nuevo para Huffington. De su propio cambio nueve años atrás hizo una tendencia de la que habló al mundo. Adoptó la meditación, se convirtió en una evangelista del sueño, pues como asegura: “Dormía cuatro horas, pasé a ocho, y mi vida cambió”. Sobre estos temas ha escrito múltiples libros y, con el pasar de los años, The Huffington Post cubría con lujo de detalles la sección de bienestar. Para muchos Arianna impulsaba así su propia agenda que incluye libros y charlas de motivación.

Ahora, basándose en la cruda realidad actual que ve a miles de empleados sacrificar su calidad de vida por ascender y ganar más dinero y más control, sin considerar el burnout, el estrés, la presión, las adicciones y la depresión que les causa, pareciera que Arianna busca hacer dinero y arreglar las prioridades de la cultura laboral. Resta ver qué tan exitosa resulta su apuesta de ofrecer seminarios, coaching para reducir el estrés y mirar distinto la existencia.

Las edades del éxito

Arianna nació en 1950 en Atenas, pero se formó en Inglaterra gracias al esfuerzo de su madre Elli, de quien aprendió a “vivir en el momento y no dejarlo pasar”. Elli vendió todo para inscribir a Arianna en Cambridge y a su hermana Agapi en la Royal School of Arts, y su esfuerzo valió la pena. Una vez allá, Arianna se destacó en el grupo de debate The Cambridge Union, que luego presidió. Y si bien se graduó con una maestría en economía, supo que su llamado era seguir la memoria de su padre Konstantinos, fundador de varios periódicos en su nativa Grecia.

Se mudó a Londres donde empezó a escribir prolíficamente. Publicó libros controvertidos como The Female Woman (1974) que atacaba matices de la liberación femenina. Se enamoró perdidamente del escritor Bernard Levin, pero el romance no llegó a buen puerto pues este no tenía interés en casarse o tener hijos. Determinada, Arianna decidió cruzar el Atlántico y en 1980 aterrizó en Estados Unidos y allá echó raíces. Siguió escribiendo, publicó libros exhaustivos sobre Maria Callas, sobre dioses griegos, sobre Pablo Picasso. Y en 1986 se casó con Michael Huffington, entonces empleado del Departamento de Defensa del gobierno estadounidense, con quien tuvo sus dos hijas.

Acompañó a su marido republicano entre 1993 y 1995 mientras fue miembro de la Cámara de Representantes, y estuvo a su lado cuando lanzó su campaña al Senado. Huffington gastó millones de dólares pero terminó perdiendo, y la pareja se divorció en 1997. Desde entonces Arianna comenzó su viraje hacia el Partido Demócrata. Incluso trató de perseguir una carrera política en 2003, se lanzó como candidata a la Gobernación de California, pero perdió con el republicano Arnold Schwarzenegger.

Como respuesta al portal conservador The Drudge Report, abrió en 2005 The Huffington Post, con múltiples voces interesantes, pero a imagen y semejanza de sus propias tendencias y opiniones políticas. Cientos de millones de artículos y de clics después, el resto es historia.

Hoy su horizonte es otro y su causa es humana, no política. La experiencia la ha curtido y sus dotes de oradora siguen intactos. Hace de su acento griego un ‘plus’, le mete humor a sus postulados para ilustrarlos y no es difícil entender por qué convence y lidera. No es impensable entonces pensar en un futuro en el que su causa surta efecto, y la manera en que las empresas actúan y los hombres y mujeres asumen su destino y su bienestar pueda cambiar. La reina del clic ahora se ratifica como una influencer no solo entre los poderosos, sino entre los meros mortales.