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Joanne Rowling

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El último hechizo

El final de la saga de Harry Potter se acerca. Con nostalgia y ansiedad, millones de fanáticos del joven mago esperan la llegada del séptimo libro para el 21 de julio.

17 de febrero de 2007

Dicen que la habitación 652 del Hotel Balmoral, en Edimburgo, es mágica. Al parecer, sus cuatro paredes esconden los últimos secretos de las hazañas de Harry Potter en su paso por el colegio de magia Hogwarts. Allí, la autora de la saga decidió escribir la página final de una serie de libros cuyas ventas superan la impresionante cifra de 325 millones de copias en 200 países, en más de 60 idiomas, incluidos el griego antiguo y el bengalí. "J. K. Rowling terminó de escribir 'Harry Potter and the Deathly Hallows' en esta habitación el 11 de enero de 2007", firmó la escritora en una estatua del cuarto, con lo cual seguramente el lugar se convertirá en otro sitio de peregrinación para millones de fanáticos. Así ha sucedido con el café Nicholson, donde años atrás, siendo una madre soltera desempleada, pasaba horas escribiendo los primeros borradores de su obra con su bebé, mientras aprovechaba la calefacción que le faltaba al pequeño apartamento donde vivía gracias a la asistencia social.

Y es que desde la creación de su personaje, todo lo que lleva su sello tiene éxito, como si recibiera el toque de una varita mágica. Según una encuesta realizada por la librería virtual Amazon.com, Potter es más famoso que Hamlet, la obra de Shakespeare. El sexto libro, Harry Potter y el príncipe mestizo, tiene el récord de ser la obra que más se ha vendido en menor tiempo: el día de su lanzamiento se compraban 13 copias por segundo en Inglaterra. En el mundo se vendieron siete millones aproximadamente en 24 horas y fue el best-seller de 2005. Las interminables filas de lectores a medianoche a la espera de que las librerías abrieran sus puertas eran de un fanatismo comparable a la beatlemanía.

Las cuatro adaptaciones cinematográficas que se han realizado recaudaron más de 3.500 millones en taquilla, y el DVD de la más reciente hace parte de los Guinness Records en la categoría de "venta más rápida de todos los tiempos", con seis copias por segundo en el Reino Unido. Además, los productos relacionados con el mago han generado para Mattel ganancias que superan los 150 millones de dólares. Rowling ha experimentado en carne propia el triunfo de la marca que creó. Según el diario The Sunday Times, en 2003 la autora superó en riqueza a la reina Isabel II. En la actualidad, para la revista Forbes, después de Oprah Winfrey, es la segunda mujer más adinerada del mundo del entretenimiento, con más de 1.000 millones de dólares, y la primera escritora en hacer parte del ranking de multimillonarios.

Es previsible que 2007 será el año de Harry Potter. Sólo con el anuncio del lanzamiento de la última novela, hubo cinco veces más pedidos en Amazon.com que la suma de los 20 libros más vendidos. Por si fuera poco, se estrena la quinta película y se celebra el décimo aniversario del momento en que el mundo conoció al niño mago, en Harry Potter y la piedra filosofal, la primera entrega de la serie. Rowling, sin embargo, había imaginado a ese niño flaco de gafas mucho antes, en 1990, en un tren de Manchester a Londres. "Llevaba escribiendo de forma casi continua desde los 6 años, pero nunca había sentido tal entusiasmo", escribe la autora en su página web.

Al parecer, al comienzo sólo a ella la emocionaba la idea. De hecho, nueve editoriales rechazaron semejante mina de oro. Juan Mila, editor de Salamandra, que publica la obra en español, explicó a SEMANA que inicialmente "su éxito no se debió a una calculada campaña de 'marketing' sino a un proceso gradual y espontáneo de propagación entre niños, jóvenes y adultos en todo el mundo". En esa época un especialista en literatura juvenil advirtió a la ediorial que el libro era "aburrido, demasiado largo, de estilo anticuado, no interesante para el niño actual", recuerda Mila. En el Reino Unido sólo se publicaron 500 ejemplares sin publicidad alguna. Incluso la autora no firmó con su nombre sino que utilizó la J de Joanne, como se llama, y la K en honor a su abuela Kathleen, pues alguien le dijo que los niños quizá no se sentirían atraídos por la historia de un mago escrita por una mujer.

Por ello la verdadera magia de Harry Potter radica en haber logrado, en la era de los video juegos y de Internet, que los niños volvieran a leer. Y no propiamente cuentos cortos, pues las obras publicadas suman más de 3.000 páginas. Según Andrew Blake, autor de La irresistible ascensión de Harry Potter, las ventas de literatura infantil han aumentado en 25 por ciento desde la aparición de los libros de Rowling. Lo llamativo es que no es la primera vez que alguien escribe sobre magos y brujas, incluso otros han tratado, aunque sin suerte, de acusarla de plagio. Tampoco es el primer libro en el que abunda la fantasía. ¿Qué explica ese fenómeno tan irresistible?

"Rowling leyó las 'Crónicas de Narnia', de C.S. Lewis, y mantiene esa línea fantasiosa en la que si bien hay mensajes morales, no se anuncia una moraleja al final, explicó a esta publicación Philip Nel, director del programa de literatura infantil de la universidad de Kansas. Tiene también características de los típicos cuentos de hadas; después de todo, Harry empieza siendo un joven 'cenicienta', maltratado por sus tíos. Sin embargo, en cuentos clásicos como los de los Hermanos Grimm, los personajes son más unidimensionales; en cambio Harry y los demás evolucionan, tienen varias facetas", concluyó. Además, a los protagonistas del libro de Rowling les pasan los años, de modo que es más fácil que los niños que han crecido a la par con ellos se sientan más identificados. Y pese a que la trama se desarrolla en un ambiente irreal, son jóvenes de esta época.

"Básicamente prefieren leerlos porque tienen un lenguaje sencillo", argumenta Melissa Anelli, creadora de The Leaky Cauldron, una página web dedicada a este fenómeno y una de las favoritas de Rowling. Para ella y otros estudiosos de la saga, las vívidas descripciones de la autora; las altas dosis de misterio mezclado con amor, terror y acción, ya han convertido a Potter en un clásico. "Sus personajes son tan queridos como otras figuras legendarias de la literatura infantil del estilo de Tom Sawyer", afirma Anne Alton, catedrática de inglés de la Central Michigan University.

J. K. Rowling ha dicho en varias oportunidades que siempre supo que la historia de Harry terminaría con el séptimo libro. "Pero decir adiós ha sido tan difícil como siempre supe que iba a serlo", asegura, aunque reconoce que también ha experimentado una cierta liberación. Como es su costumbre, sólo ha anticipado un par de datos que tienen en ascuas a sus lectores: dos personajes morirán. Ante la incertidumbre, muchos temen que uno de ellos sea el propio Potter. "Tenemos los dedos cruzados por Harry", le rogaron los escritores Stephen King y John Irving a la autora durante un reciente encuentro.

Este puede ser el final, pero es fácil suponer que los fanáticos de hoy serán los encargados de contagiar la magia a los que lo serán en el futuro. Porque su hechizo -eso está claro- no se acaba.