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Ahora los corresponsales de guerra no solo deben preocuparse por evadir las balas de ambos bandos sino también por no perder sus trabajos.

7 de abril de 2003

Ahora los corresponsales de guerra no solo deben preocuparse por evadir las balas de ambos bandos sino también por no perder sus trabajos. O si no que lo digan Peter Arnett y Geraldo Rivera. El primero, un veterano periodista que ganó un Premio Pulitzer por su cobertura del conflicto en Vietnam y que también estuvo en el Golfo Pérsico en 1991, fue despedido por la cadena norteamericana NBC luego de conceder una entrevista a la televisión iraquí en la que declaraba que el plan de guerra inicial de los aliados había fallado por la resistencia de los iraquíes. Rivera, por su parte, fue cordialmente invitado a abandonar Irak luego de que en uno de sus informes dibujara un mapa en la arena revelando la localización de tropas aliadas. Después del trago amargo Arnett consiguió un nuevo empleo como corresponsal del tabloide británico Daily Mirror, mientras que el futuro de Rivera en la cadena FOX aún es incierto.