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A sus 46 años, Redoine Faïd, parece un villano sofisticado de James Bond. Con un escape que hasta la ministra de Defensa declaró "espectacular", el criminal se ha hecho leyenda en Francia pues por segunda vez burla una condena cárcel.

CRIMEN

Redoine Faïd, un bandido de película

Con su espectacular escape en helicóptero y entre bombas de humo, el delincuente más buscado en Francia llega a la cúspide de una larga vida criminal. Más de 3.000 hombres lo buscan por tierra, mar y aire.

7 de julio de 2018

Los guardias de la prisión de Réau no tuvieron tiempo para reaccionar. En menos de diez minutos, un helicóptero beige tipo Alondra se posó en vuelo estacionario sobre el patio de la cárcel. De la aeronave surgieron tres encapuchados armados de fusiles AK-47 y arrojaron granadas de humo que obligaron a los vigilantes a resguardarse. Dos de los bandidos, en medio del turbio ambiente de las bengalas, se lanzaron al piso y recorrieron los 100 metros que los separaban de la sala de visitas en la que se encontraba el famoso criminal Redoine Faïd. Con sierras industriales vulneraron las puertas de seguridad y, en segundos, antes de que sonara la alarma, desaparecieron con el prisionero en los cielos del norte de Francia. La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, no pudo más que reconocer que el escape había sido “espectacular”, y que sus responsables lo prepararon cuidadosamente, incluso con drones para analizar el área.

La evasión de Faïd, resultado de un plan digno de la serie La casa de papel, reforzó el estatus de celebridad de este gánster francés. Juzgado en varias ocasiones, incluidas tres al frente de la instancia reservada para los peores bandidos (la audiencia criminal), Faïd construyó en tres décadas una reputación cinematográfica. Ejecutó incontables atracos, vivió algunos meses de arrepentimiento mediático, escribió un libro sobre sus hazañas, regresó espectacularmente al mundo del delito y protagonizó dos fugas imposibles que lo convirtieron en el malhechor más famoso del país galo. Desde 2013, antes de recuperar a la fuerza su libertad, pagaba en la cárcel de Réau una pena de 25 años, acusado de maquinar el robo a un carro blindado en el que murió la policía Aurélie Fouquet.

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Con su cráneo liso y brillante, una mirada algo melancólica, una dicción perfecta y unos modales irreprochables, Redoine Faïd, de 46 años, parece un ladrón de primera categoría. Su larga vida de delincuente comenzó en los barrios populares de Creil, al norte de Francia, donde creció rodeado de su familia de origen argelino. ¿Su primer botín? Unos dulces que a los 6 años hurtó de un centro comercial de esa ciudad. “A los 12 años ya sabía que el robo iba a ser mi oficio”, escribió en su libro Atracador: de los barrios marginales al gran bandolerismo, publicado en 2010.

Los expertos aseguraron que Faïd “utiliza las cualidades de su personalidad, encanto, carisma, inteligencia y coraje para controlar a los otros y obtener lo que desea”.

Durante su adolescencia, como muchos delincuentes jóvenes, se dedicó al tráfico de droga en las escaleras de los edificios de los barrios pobres. En 1990, cometió su primer atraco a un banco y, como consecuencia, también conoció por primera vez un interrogatorio policial durante una corta detención. A mediados de los años noventa robó otro banco y una empresa de informática. Pero eso no le bastaba. Faïd necesitaba más adrenalina.

Curiosamente, gracias a la película Heat, que Michael Mann estrenó en 1995, se obsesionó con atracar furgones blindados. Faïd vio un héroe en Neil McCauley, el criminal interpretado por Robert De Niro. “Era mi sueño, y la película me dio el método. La vi siete veces en cine y un centenar de veces en DVD para poder diseccionar la escena del atraco al furgón”, escribió. Gracias a esa inspiración hollywoodense, se volvió un especialista en ese tipo de delito.

Luego de tres años de numerosos golpes y de incansable búsqueda policial, las autoridades lo capturaron en 1998 y lo condenaron a 18 años de prisión. Pero gracias a su comportamiento ejemplar, salió en libertad condicional en 2009. Un año después, decidió publicar el libro que resume sus peripecias y le ameritó el alias del Escritor. Al promover su obra, Faïd recorrió los estudios de las cadenas televisivas con una impecable camisa blanca y un blazer negro, su sonrisa generosa y un arrepentimiento manifiesto. En ese momento, el hampón aseguraba que su vida fuera de la ley había quedado atrás. “Mis demonios no están dormidos, están muertos”, dijo en la cadena radial Europe 1.

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Pero sus demonios resucitaron más bien pronto. El 20 de mayo de 2010, Aurélie Fouquet, policía de 26 años, patrullaba los suburbios parisinos cuando recibió el llamado para participar en una persecución. Se había dado a la fuga una camioneta Renault Trafic que transportaba un comando de bandidos que había intentado atacar un furgón blindado. Luego de navegar una autopista, los delincuentes, encapuchados y con chalecos antibalas, se detuvieron en una zona industrial. Allá apareció de la nada un carro gris con otros maleantes. La banda de la camioneta se montó en este vehículo y lanzó varios cocteles molotov al Renault para incendiarlo.

En ese momento, la patrullera Fouquet llegó acompañada de otro policía. Mal momento y mal lugar, pues uno de los bandoleros presionó el gatillo de su Kalachnikov y con un disparo en la cabeza terminó con su vida. Fouquet no murió instantáneamente, pereció horas después cuando los atracadores ya habían huido. Solo un temerario delincuente podía haber imaginado un golpe de ese corte profesional, un gánster adicto a los crímenes espectaculares y las acciones aparatosas. Las autoridades vincularon rápidamente a Faïd con la operación y, además, con el robo de otro furgón al norte del país y la preparación de un nuevo ataque. La policía detuvo al criminal arrepentido, sin muchas dificultades, en un restaurante a mediados de 2011.

Faïd se inspiró en la película ‘Heat‘ de Michael Mann, en especial por el personaje de Robert De Niro. en 2009 habló con el director, y el criminal le agradeció por eso. También se ganó el apodo de escritor pues publicó sus memorias criminales. Foto: Archivo Particular

No pasó mucho tiempo tras las rejas. El 13 de abril de 2013, cuando los guardianes de la cárcel de la ciudad de Sequedin lo fueron a buscar para llevarlo a la sala de visitas donde lo esperaba su hermano Abdeslam, Faïd sacó un arma de una bolsa de ropa sucia y los amenazó: “¡No van a dejarse matar por 1.500 euros!”, les dijo, en referencia al salario de los funcionarios. Para dejar claro que hablaba en serio, el Escritor disparó al aire. Acompañado de cuatro aterrados vigilantes como rehenes, Faïd hizo estallar con explosivos, una a una, las cuatro puertas blindadas que lo separaban de la libertad. Un Peugeot 406 lo esperaba afuera para completar un escape sin fallas ni resistencia.

psicólogos aseguran que peca de narciso, pero utiliza su carisma. inteligencia y coraje para controlar a los otros y obtener lo que desea

Cazado por centenares de policías, buscado en Francia y en los países vecinos, Faïd cayó a las tres de la mañana el 29 de mayo de 2013 en un hotel de la región parisina. Según la Policía, dieron con el paradero del delincuente cuando intentó contactar a sus allegados, algo considerado muy ingenuo para alguien de sus alcances.

De nuevo en prisión, comenzó el proceso judicial por el atraco en el que murió Aurélie Fouquet, y las autoridades aprovecharon para analizar la compleja personalidad del gánster reincidente. Los expertos aseguraron que Faïd “utiliza las cualidades de su personalidad, encanto, carisma, inteligencia y coraje para controlar a los otros y obtener lo que desea”. Descrito como un “depredador social” y “narcisista”, el juez finalmente condenó a Faïd a 25 años de prisión.

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Hoy, al cierre de esta edición, Faïd era el hombre más buscado de Francia. Más de 3.000 hombres tratan de cazarlo por cielo y tierra, vigilan a sus familiares y amigos minuto a minuto y monitorean las rutas y los aeropuertos 24 horas al día.

En Heat, luego de una persecución en las pistas del aeropuerto de Los Ángeles, Neil McCauley muere a manos del teniente Vincent Hanna, interpretado por Al Pacino. ¿Faïd soñará con ese destino hollywoodense? En todo caso, el Escritor no es ajeno a la suerte que podría correr. Como dijo hace años en una de sus tantas entrevistas: “Cuando usted entra en la delincuencia, dos caminos lo esperan: la muerte o la prisión”.