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La Policía maneja dos teorías: que Madeleine fue raptada por una pareja obsesionada por tener un hijo, o que fue víctima de un pederasta. La prensa local dice que Kate y Gerry McCann son responsables de la posible muerte de la pequeña

crimen

Sin rastro

El caso de la niña británica desaparecida en Portugal dio un giro dramático. Ahora la prensa portuguesa considera sospechosos a los papás.

11 de agosto de 2007

Han pasado 100 días desde cuando la niña británica de 4 años Madeleine McCann desapareció del apartamento alquilado por sus padres en un resort en Portugal. Y el misterio no hace más que crecer. En ese lapso, los padres Kate y Gerry estremecieron al mundo con su historia, lograron que varias estrellas donaran dinero para la recompensa a quienes dieran información sobre su paradero, y además fueron recibidos en audiencia privada con el Papa. Pero ahora son señalados por la prensa portuguesa como posibles sospechosos. Según algunos medios, que aseguran tener fuentes policiales, la pequeña nunca fue secuestrada, y murió la misma noche en la que desapareció.

Esta versión se basa en el hallazgo de rastros de sangre que fueron descubiertos en la pared de la habitación de los niños, por perros rastreadores traídos por un grupo británico de apoyo a Praia da Luz, Algarve. Ese descubrimiento ha llevado a especular que los padres estarían implicados en la aún incierta muerte de su hija. A esto se suman las supuestas llamadas y los correos electrónicos de los padres a amigos, que según el Diario de Noticias habrían interceptado las autoridades y que probarían la teoría de un asesinato o un accidente en el lugar de los hechos. Anteriormente ya se había llegado a sospechar de los McCann, pues el plan vacacional que pagaron incluía un servicio de niñera que ellos rechazaron, y prefirieron dejar solos a Madeleine y sus dos hermanos de dos años mientras iban a comer a un restaurante cercano.

Sin embargo, el inspector de Policía Olegario Sousa aseguró a los medios que "la familia no hace parte de la lista de sospechosos. Esa es la posición oficial". Después de todo, los perros pueden detectar rastros de sangre de hasta siete años de antigüedad, tiempo en el cual por la habitación han podido pasar cientos de visitantes. Las muestras fueron enviadas a un laboratorio en el Reino Unido y sólo las pruebas de ADN confirmarán si la sangre es de Maddie.

Los medios aseguran también que las autoridades ya estarían buscando el cadáver de la niña en el mar. "No somos ingenuos, pero en varias ocasiones la Policía portuguesa nos ha asegurado que están buscando a Madeleine viva", afirmó Gerry la semana pasada en una rueda de prensa.

Por otra parte, la Policía suiza y la Interpol están investigando posibles vínculos entre la desaparición hace algunas semanas de la pequeña Ylenia Lenhard y la de Maddie. Algunos de los objetos de la niña suiza tenían rastros de ADN de un hombre llamado Urs Hans von Aesch, quien se suicidó hace pocos días. Este hombre, que se cree es responsable de por lo menos otros ocho casos de desapariciones y asesinatos de menores, al parecer estuvo en la región de Algarve al mismo tiempo que la familia McCann.

Hasta el momento, varias personas en Europa, e incluso en Argentina y Marruecos, han asegurado ver niñas con las características de Madeleine en situaciones extrañas. La más reciente fue en Bélgica, donde una mujer dijo haber visto en un cafetería a una pareja muy nerviosa con una pequeña que no parecía ser hija de ellos. Para cuando llegaron las autoridades, los tres ya se habían ido. El pitillo del que bebió la niña fue examinado, pero el ADN no correspondió al de Maddie.

Hasta ahora sólo existe un sospechoso formal. Su nombre es Robert Murat, un británico de 33 años que vive con su madre a pocos metros del resort. Él trabajó los primeros días de la búsqueda como traductor de los McCann, pero su comportamiento despertó dudas. Además existe un retrato hablado de un posible implicado, de unos 40 años, que habría sido visto la noche del crimen con una niña envuelta en una manta.