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A SUDAR PETROLEO

El nuevo presidente de Ecopetrol, Luis Bernardo Flórez Enciso, asume el cargo justo cuando la bonanza está a la vista.

25 de septiembre de 1995

SI NO HUBIERA ELEGIDO LA ECONOMIA, lo más seguro es que Luis Bernardo Flórez Enciso, el nuevo presidente de Ecopetrol, habría sido poeta. Egresado de la Universidad Nacional y especializado en política económica y planeación en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya (Holanda), este santandereano es uno de los pocos de su generación que a los 46 años aún conserva el espíritu de la juventud de los años 60.
El rigor de su profesión no le ha impedido ser al mismo tiempo un romántico. Su formación de académico y de investigador y su extensa carrera en el sector público económico, tanto en Planeación Nacional como en el Conpes, contrasta con su afición por la lectura desaforada de poesía y la creación de versos libres acompañados de una buena selección de trova cubana.
Considerado en el medio como un hombre preocupado por los problemas sociales, participó activamente en la pasada campaña presidencial de Ernesto Samper en la elaboración del plan de desarrollo económico y social del actual gobierno. Si Guillermo Perry, ministro de Hacienda, y José Antonio Ocampo, director de Planeación Nacional, se encargaron de la política económica, Luis Bernardo Flórez, al lado de Cecilia López ministra del Medio Ambiente, sería el responsable de imprimirle el carácter social al plan de desarrollo.
Su desempeño en esta tarea y como consejero económico para la competitividad del gobierno Samper, lo convirtieron en uno de los hombres más cercanos al Presidente en la actualidad. Tal vez este factor jugó un tapel primordial en su nombramiento en uno de los cargos más importantes del país.
De pocas palabras, tímido y más bien de bajo perfil, a Flórez le gusta más 'camellar' que figurar, y como tal es un adicto al trabajo que prefiere laborar en silencio 12 horas sin tregua, antes que pasar por ser un artista de la demagogia. Según quienes lo conocen, es precisamente esta cualidad, combinada con una gran dosis de paciencia y reflexión, la mejor arma que tiene para enfrentar los duros retos que se le avecinan como el nuevo zar del petróleo.
El primero y tal vez el más importante de todos, es el de administrar con eficiencia una de las mayores bonanzas petroleras en la historia reciente del país. El segundo es manejar con mucho tacto el proceso de reestructuración y modernización de la empresa, sin herir las susceptibilidades de un sindicato receloso y sensible a la hora de los cambios como el de Ecopetrol.
Ninguno de los dos es de poca monta y a su espíritu idealista en el campo social, Luis Bernardo Flórez deberá aplicar todo su pragmatismo económico para que en el futuro los colombianos recuerden su gestión no sólo como la época de la bonanza petrolera sino como la de una administración que supo aprovecharla.