Arcadia pregunta a Juan Diego Mejía y María Gamboa

Usted eligió el tema de las fronteras para la Fiesta del Libro de Medellín. ¿Sigue siendo la ciudad un territorio lleno de fronteras invisibles?

La existencia de fronteras en los vecindarios más golpeados por la violencia es una señal que mide los cambios vividos por Medellín en todos los órdenes. Esas líneas invisibles son una realidad que nos recuerda que todavía estamos a mitad de camino en la construcción de la ciudad que queremos. Los avances urbanos que han modificado de forma positiva la vida de muchas personas se frenan cuando los grupos violentos imponen sus condiciones. Hablar de fronteras en un evento masivo de la ciudad es una manera de asumir la realidad colectivamente y apostar por transformaciones profundas en la forma de pensar de los ciudadanos.

¿Para usted qué quiere decir que en Colombia solo tres mujeres hayan realizado largometrajes de ficción?

Con el impulso de la Ley del Cine vendrán más películas dirigidas por mujeres. Pero aun así, somos minoría y, aunque hemos ido conquistando espacios, todavía estamos aprendiendo a enfrentar el miedo a mandar. Para mí, dirigir es exponer mis ideas, decisiones y visión que se proyectan en la pantalla, y el juicio puede ser intimidante. Tomar riesgos, hacer experimentos y aprender a soltar si no nos salen las ideas como las soñamos es un reto que estoy aprendiendo a dominar.  Imponer mi visión es difícil porque tengo que confrontar. A mí me gusta más construir relaciones que desbaratarlas, y he ido cogiendo cancha en hacerlo de manera afirmativa. ¡Espero que a las otras mujeres que vengan les pase algo parecido!