Jaime Manrique y Andi Baiz

2 preguntas

¿Qué se siente producir cine en un país donde las posibilidades de exhibición comercial son escasas?

Responden Jaime Manrique, director de Laboratorios Black Velvet; y el director Andi Baiz (Roa, La cara oculta, Satanás)

Jaime Manrique, director de Laboratorios Black Velvet.
21 de agosto de 2014

¿Qué se siente producir cine en un país donde las posibilidades de exhibición comercial son escasas?

Jaime Manrique:

Las posibilidades de exhibición comercial no son escasas; de hecho, el mercado en Colombia se encuentra en expansión. Cada vez hay más multiplex y más alternativas. Es decir cada vez caben más tipos de cine y  el mercado los necesita. Lo que es escaso es la cultura cinematográfica del público colombiano que en su mayoría concibe el cine única y exclusivamente como entretenimiento y no como una experiencia cultural de más amplias dimensiones capaz de nutrirlo y no solo de evadirlo; por ello trabajar en la formación de públicos debe ser una prioridad constante e incansable. Lo otro que escasea es la sensatez y capacidad autocrítica de los directores y productores nacionales, para desarrollar proyectos que, además de satisfacer sus egos de artistas, se conecten de forma más orgánica con las audiencias, que por cierto no son de un solo tipo.

Andi Baiz:

Al contrario: las posibilidades de que una película colombiana encuentre exhibición comercial en el país son muy altas, quizá por exceso de  paternalismo. No cualquier película solo por tener el rótulo de “colombiana” debe exhibirse, pues esto ha sido contraproducente a la hora de formar vínculos con el público. El problema de fondo radica en la falta de salas independientes y de otro tipo de distribución en el país, pues el multiplex no siempre es el lugar propicio para nuestro cine. Solo unas pocas películas colombianas pueden competir con el cine de los grandes estudios y es por eso que la mayoría dura tan poco en cartelera. Debemos encontrar una forma para que el productor independiente y el distribuidor pequeño no estén en una lucha desigual por quedarse con la taquilla. Si esto no pasa, el cine que nos hace reflexionar y pensar la vida, el cine con personalidad, terminará por desaparecer. 

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