El propósito es que en 12 años el Valle de Aburrá esté en una situación viable, posible y deseada, para beneficio de la calidad de vida de sus habitantes, tras un proceso de cambio progresivo en su territorio.
El propósito es que en 12 años el Valle de Aburrá esté en una situación viable, posible y deseada, para beneficio de la calidad de vida de sus habitantes, tras un proceso de cambio progresivo en su territorio. | Foto: David Estrada.

Contenido en Colaboración

El Valle de Aburrá ya trazó su ruta de desarrollo para los próximos 12 años

El Área Metropolitana del Valle de Aburrá está socializando su Plan Integral de Desarrollo Metropolitano 2021-2032, un instrumento que orientará el desarrollo de los diez municipios de la región.

10 de octubre de 2021

Una carta de navegación, con una visión compartida a largo plazo, será la que le indique a los diez municipios del Valle de Aburrá cuáles deben ser las líneas y enfoques de desarrollo clave para la región metropolitana durante los próximos 12 años.

Así describe Andrés Felipe Álvarez, subdirector de Planeación Integral del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano 2021-2032 (PIMD), un instrumento que establece objetivos y criterios comunes para el desarrollo sustentable y sostenible de los municipios que conforman la primera área metropolitana del país y que servirá a las localidades para inspirar los programas y proyectos prioritarios en los que tendrán que trabajar e invertir.

Esta es la cuarta versión de este plan, que en su primera edición fue formulado en 1985. El anterior estuvo vigente desde 2008, hasta su actualización en 2021.

Este plan es importante para el ciudadano porque define prioridades acerca de cómo se orientarán los recursos que la entidad invertirá en esos municipios durante ese periodo. Sabemos de todas las complejidades, las necesidades y los retos que tiene el Valle de Aburrá en materia de movilidad, ambiente, planificación y ocupación del territorio, seguridad y convivencia, y aunque a veces las dinámicas del territorio obligan a hacer cambios, esta guía permite que los ajustes sean más rápidos”, afirma Álvarez.

El propósito es que en 12 años el Valle de Aburrá esté en una situación viable, posible y deseada, para beneficio de la calidad de vida de sus habitantes, tras un proceso de cambio progresivo en su territorio. Adicionalmente, que la metrópoli esté a la altura de las dinámicas de desarrollo en el mundo desde la sostenibilidad, la convivencia, la planeación de los recursos y el territorio.

El funcionario explica que el contenido del plan se verá reflejado en las distintas herramientas de planificación y de gestión con las que cuentan el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y los municipios, y en los planes de desarrollo, de ordenamiento territorial y de gestión, entre otros. De allí la importancia de este documento que ofrecerá una visión compartida de largo plazo.

La mirada de los municipios

Steven Jaramillo, director del Departamento Administrativo de Planeación del municipio de Copacabana, considera el PIDM 2021-2032 clave para el desarrollo de cada uno de los entes territoriales porque les presenta directrices que les permitirán una articulación de la planificación territorial de la región en el largo plazo.

Nos ayuda a que tengamos esa visión compartida en temas estratégicos como la generación de espacio público del ámbito metropolitano, la articulación de los sistemas de movilidad masivos y buscar soluciones que permitan priorizar la movilidad limpia y eficiente, acciones para mitigar el cambio climático a partir de la generación de zonas verdes y mejoramiento de las coberturas forestales en los corredores de conectividad ecológica”, precisa Jaramillo.

Adicionalmente, se coordinan temas como la planificación de macroproyectos de impacto regional, la centralidad norte, el tren de cercanías, las vías de integración regional y la articulación del modelo de ocupación metropolitano en los diferentes instrumentos de planificación del orden municipal, políticas públicas y planes estratégicos.

En el caso de Copacabana ha sido fundamental para el proceso de revisión del Plan Básico de Ordenamiento Territorial y la articulación con los municipios vecinos para tener una sola visión del desarrollo estratégico y en el largo plazo del Valle de Aburrá”, señala Jaramillo.

En Itagüí, Janeth Soveida Ríos, quien está al frente del Departamento Administrativo de Planeación del municipio, planteó que el plan les suministra los lineamientos “de mayor jerarquía”, que en su concepto son necesarios para una “adecuada armonización con nuestra apuesta territorial en dimensiones como el desarrollo económico, social y ambiental entre otros”.

La idea, argumenta Ríos, es que todos los programas y proyectos que formen parte del plan de ordenamiento territorial (POT) de cada municipio tengan una coherencia con el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano, y les permita acceder a la cofinanciación y el acompañamiento técnico del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Líneas estratégicas del PIMD:

1. Aburrá Resiliente

  • Inclusión Social
  • Monitoreo de riesgos
  • Educación y cultura
  • Preservar los recursos naturales

2. Aburrá Sostenible y Sustentable

  • Economía Circular
  • Políticas ambientales
  • Movilidad y transporte
  • Cuidado de áreas protegidas

3. Aburrá Habitable

  • Proteger zonas de alto riesgo
  • Construcciones sostenibles
  • Cultura
  • Vías de acceso
  • Monitoreo en conjunto

4. Aburrá Cohesionada e Incluyente

  • Articular Valles
  • Política de inclusión
  • Alianzas
  • Participación de todos los sectores
  • Crear redes

5. Aburrá Competitiva e Inteligente

  • Mitigar impacto de residuos y contaminación
  • Innovación
  • Fortalecer clúster
  • Compras locales
  • Tecnología
  • Alianzas
  • Participación