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Con un millonario presupuesto, un grupo de genetistas de Harvard planea volver a la vida al extinto mamut lanudo. | Foto: Archivo

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¡Al estilo Jurassic Park! Respaldan económicamente proyecto que busca revivir al mamut lanudo

El polémico proyecto de la empresa estadounidense Colossal apuesta por la utilización de ingeniería genética para crear un animal extinto hace 4.000 años.

14 de septiembre de 2021

Como sacado de una película de ciencia ficción, una empresa de biotecnología estadounidense está proponiendo resucitar al extinto mamut lanudo con un híbrido de elefante. Al estilo Jurassic Park, un grupo de genetistas dirigidos por George Church, de la Facultad de Medicina de Harvard, pretenden devolver a la vida a este animal que desapareció hace 4.000 años.

Los científicos se han imaginado un futuro en el que el gigante con colmillos de la Edad de Hielo es devuelto a su hábitat natural. Esta investigación recibió un gran apoyo el lunes pasado, con el anuncio de una inversión de US$15 millones.

Los propulsores de este proyecto afirman que traer de regreso al mamut en una forma modificada podría ayudar a restaurar el frágil ecosistema de la tundra ártica, combatir la crisis climática y preservar el elefante asiático, en peligro de extinción, con el que el mamut lanudo está más estrechamente relacionado, aseguró en una investigación el portal de noticias CNN.

El objetivo de los investigadores es crear mediante ingeniería genética un híbrido vivo de elefante y mamut que camine y que sea visualmente indistinguible de su antecesor extinto. Lo tienen planeado así porque el ADN extraído de los restos de mamuts lanudos congelados está demasiado fragmentado y degradado.

“Nuestro objetivo es tener las primeras crías en los próximos cuatro o seis años”, afirma el empresario tecnológico Ben Lamm, que junto con Church cofundó Colossal, una empresa de biociencia y genética que respalda este proyecto en Estados Unidos.

Con optimismo en lograr el proyecto, Church afirma que la reciente inversión y el nuevo enfoque que aportan sus inversores suponen un gran paso adelante, cuando hace unos meses pensaba en que su idea se quedaría en un segundo plano por falta de financiamiento.

Este profesor de Harvard ha estado a la vanguardia de la genómica por la utilización de una innovadora herramienta de edición de genes, que técnicamente se describe como una reescritura del código de la vida, para alterar las características de las especies vivas. Ha trabajado en la creación de cerdos cuyos órganos son compatibles con el cuerpo humano.

Según precisó este investigador, ya han analizado los genomas de 23 especies vivas de elefantes y de mamuts extintos, por lo que estiman que tendrán que programar simultáneamente “más de 50 cambios” en el código genético del elefante asiático para darle los rasgos necesarios para sobrevivir y prosperar en el Ártico.

Lograrlo será todo un desafío. Estos rasgos, de acuerdo con Church, deben tener una capa de grasa aislante de 10 centímetros, cinco tipos diferentes de pelo afelpado, incluido uno de hasta un metro de largo, y orejas más pequeñas que ayudarán al híbrido a fin de tolerar el frío de esta zona geográfica. Asimismo, tienen previsto intentar que el animal no tenga colmillos para que no sea un objetivo de los cazadores furtivos de marfil.

Según precisan agencias de noticias internacionales, una vez que se haya programado exitosamente una célula con estos rasgos, el científico Church planea utilizar un útero artificial para dar el paso de embrión a bebé, algo que tardará 22 meses en los elefantes vivos. Sin embargo, esta tecnología está lejos de estar consolidada, y no se descarta el uso de elefantes vivos como progenitores.

Ante el fantástico proyecto, el escepticismo de otros científicos salió a la luz pública. “Sigo preguntándome cuál sería el objetivo mayor. En primer lugar, no se va a conseguir un mamut, sino un elefante peludo con algunos depósitos de grasa”, dijo Love Dalén, profesor de genética evolutiva del Centro de Paleogenética de Estocolmo, y quien trabaja en la evolución de los mamuts.

“Nosotros, por supuesto, tenemos muy poca idea de qué genes hacen que un mamut sea un mamut. Sabemos un poco, pero ciertamente no sabemos ni de lejos lo suficiente”, agregó.

Sin desmeritar la investigación, el docente Dalén cree que el trabajo realizado por Church y su equipo tiene valor científico, sobre todo en lo que respecta a la conservación de especies en peligro de extinción con enfermedades genéticas o falta de variación genética como resultado de la endogamia.

“Si las especies en peligro de extinción han perdido genes que son importantes para ellas... la capacidad de devolverlos a las especies en peligro de extinción podría resultar realmente importante”, sostuvo Dalén, quien afirmó que no es ético utilizar elefantes vivos como sustitutos para dar a luz a un animal modificado genéticamente.

“Digamos que funciona y no hay consecuencias horribles. No mueren madres sustitutas de elefantes”, alertó Tori Herridge, bióloga evolutiva y especialista en mamuts del Museo de Historia Natural de Londres, que no participa en el proyecto.