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El Vaticano expresó su "profundo respeto" por la justicia australiana tras la condena del cardenal George Pell. | Foto: CON CHRONIS / AFP

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El cardenal Pell, número tres del Vaticano, declarado culpable de pederastia

El religioso australiano George Pell fue encontrado culpable de agresión sexual a menores, convirtiéndose en el más alto responsable de la Iglesia católica condenado en un caso de pederastia.

26 de febrero de 2019

La corte de Melbourne (sur de Australia) declaró al cardenal, de 77 años, culpable de un cargo de agresión sexual y de otros cuatro cargos de atentado al pudor contra dos monaguillos que entonces tenían 12 y 13 años, por unos hechos ocurridos en la sacristía de la Catedral de San Patricio de Melbourne en los años noventa.

El prelado había rechazado inicialmente estas acusaciones y el jurado no había alcanzado una decisión durante un primer juicio en septiembre, pero fue declarado culpable durante un nuevo juicio el 11 de diciembre. El tribunal de Melbourne adoptó entonces una "orden de supresión", que prohibía a los medios cualquier mención a este caso, so pena de actuaciones judiciales.

Este silencio obligado se impuso con el objetivo de proteger al jurado de un segundo juicio en el que el cardenal Pell debía ser juzgado por otros presuntos delitos.

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Pero la acusación decidió renunciar a este segundo proceso, lo que condujo al levantamiento, este martes, del silencio mediático sobre el primer caso y a autorizar a los medios a anunciar el veredicto de culpabilidad. "El cardenal George Pell siempre ha mantenido su inocencia y continúa haciéndolo", dijo un comunicado publicado este martes por sus abogados, que anunciaron haber presentado una apelación. El texto señala también que se retiraron o desestimaron varias acusaciones y cargos contra Pell.

El Vaticano expresó su "profundo respeto" por la justicia australiana tras la condena del cardena. "Es una noticia dolorosa que, somos conscientes de ello, escandalizó a muchas personas, no solo en Australia. Como ya hicimos otras veces, reafirmamos nuestro profundo respeto por las autoridades judiciales australianas", anunció el Vaticano en un comunicado leído por su portavoz, Alessandro Gisotti.

"Púdrase en el infierno" 

Uno de los monaguillos víctimas de Pell falleció en 2014. El otro dijo en un comunicado publicado este martes por su abogado que el proceso legal es estresante y "aún no terminó". "Como muchos supervivientes, he experimentado vergüenza, soledad, depresión y dificultades. Como a muchos supervivientes, me llevó años comprender el impacto que tuvo en mi vida", dijo la víctima, que no fue identificada públicamente.

A las puertas de la corte, defensores de otras víctimas de abusos recibieron a Pellcon gritos de "monstruo" y "púdrase en el infierno", a su salida al término de la audiencia. El miércoles está prevista otra audiencia previa a la sentencia. Su condena representa un nuevo golpe para la Iglesia, apenas dos días después del cierre de una histórica cumbre sobre pederastia en su seno.

"Vamos a tomar todas las medidas posibles para que tales crímenes no se repitan", dijo Francisco en sus declaraciones finales en el encuentro. Pero los críticos consideran que la institución aborda con demasiada lentitud un problema global y que se remonta, como mínimo, décadas atrás.

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Días después de la condena de Pell en secreto, la Iglesia anunció que había sido retirado del grupo de cardenales que componen el gabinete del papa y sus consejeros más cercanos. Pero sobre el papel sigue apareciendo a la cabeza de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, es decir, número tres del Vaticano, un cargo del que se tomó una licencia para defenderse en el juicio.

El caso de Pell ha causado conmoción en Australia, donde en el pasado fue elogiado por un ex primer ministro y lidera a las voces conservadora en cuestiones como el matrimonio homosexual y el cambio climático.

Pell negó durante décadas haber cometido u ocultado abusos sexuales, pero reconoció haber "metido la pata" al lidiar con los curas pederastas en el estado de Victoria.  Una comisión real que investiga los abusos a menores dijo en un informe el año pasado que decenas de miles de niños fueron víctimas de abusos sexuales en iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas de Australia durante generaciones, en un país en el que una de cada cinco personas son católicas, unos cinco millones en total.

Antes de Pell, el caso de mayor rango de abusos sexuales en la Iglesia en Australia fue el de Philip Wilson, exarzobispo de Adelaida, condenado el año pasado por encubrir crímenes de un cura pederasta en los años 1970. Su condena de prisión fue anulada en diciembre.

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El descenso 

De sacerdote en una parroquia rural a gran tesorero del Vaticano: la trayectoria ascendente de George Pell, el más alto representante de la Iglesia Católica en Australia, quedó hecha trizas después de su condena por pederastia. Para quienes lo admiraban, el cardenal Pell encarnaba, con su imponente figura y su elocuencia, la ortodoxia del Catolicismo en Australia.

Pell, nacido en 1941, creció en la ciudad de Ballarat, donde fue un entusiasta miembro del equipo de debate de su universidad. Tenía los papeles principales en las obras de teatro escolares y destacaba en fútbol australiano.

Su madre, una ferviente católica, estaba entusiasmada con que su hijo tomara el camino de la iglesia, según la prensa australiana. Su padre, un anglicano, no comprendía que hubiera rechazado un suculento contrato con uno de los equipos de fútbol más pujantes del país. Siguió parte de sus estudios en Roma antes de ser ordenado cura de la diócesis de Ballarat, en 1966.

Ascenso y acusaciones 

Vivió un rápido ascenso hasta ser nombrado arzobispo de Melbourne, posteriormente de Sídney y, en 2003, fue incluido en el poderoso Colegio de Cardenales, lo que le dio la posibilidad de votar en los cónclaves en los que se eligió a los papas Benedicto XVI y Francisco.

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En 2014, el papa argentino lo eligió para lograr una mayor transparencia en las finanzas del Vaticano, convirtiéndose en número tres de la Santa Sede. "El cardenal Pell es uno de los hombres eclesiásticos más grandes que Australia haya tenido", dijo de él el ex primer ministro conservador Tony Abott.

Ante sus fieles y la opinión pública, el cardenal Pell defiende los valores tradicionales del catolicismo. Pero su reputación se vio perjudicada en los últimos años por las acusaciones de graves delitos. Él negó firmemente que hubiera encubierto abusos cometidos por curas en el estado de Victoria, en el que trabajaba.

Una investigación nacional sobre la respuesta institucional que se dio a los abusos sexuales contra menores en Australia entre 1950 y 2010 concluyó que un 7% de los curas habían sido acusados de actos de pederastia, pero esas acusaciones no dieron lugar a ninguna pesquisa.

La comisión de investigación real que llevó a cabo durante cuatro años esas investigaciones halló que a la Iglesia australiana se le señalaron 4.444 presuntos casos de pederastia. En algunas diócesis, más del 15% de los sacerdotes eran sospechosos de abusos, añadió.

Apartado de los altos cargos 

El cardenal Pell declaró varias veces ante esta comisión de investigación sobre el caso de los curas pederastas de la diócesis de Ballarat en los años 1970 y 1980. Pellpidió disculpas en nombre de la Iglesia, pero insistió en que no tenía recuerdo de acusaciones de abusos.

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No obstante, admitió haber "metido la pata" al lidiar con los curas pederastas en el estado de Victoria en la década de 1970. Pero afirmó que fue engañado por la jerarquía católica sobre lo que realmente ocurría en una época de "crímenes y de disimulación". Después, las acusaciones de agresión recayeron directamente sobre él.

Fue acusado y declarado culpable, en diciembre de 2018, de una serie de cargos relacionados con las agresiones sexuales a dos menores en Melbourne, cuando estos tenían 12 y 13 años. Entre tanto, fue quedando apartado poco a poco de la vida del Vaticano. La Iglesia aprovechó una orden de silencio mediático sobre su juicio para apartarlo de altos órganos sin dar muchas explicaciones.

Fue puesto en licencia y retirado del grupo de cardenales que componen el gabinete del papa y sus consejeros más cercanos. Pell se enfrenta a una larga pena de prisión y su futuro en la Iglesia no está claro. De momento, técnicamente sigue a cargo de las finanzas vaticanas, siendo el número tres de la Santa Sede.

Con información de AFP...