190 familias se quedan sin techo tras desalojo en Bello, Antioquia

Nueva Jerusalén es un barrio del municipio de Bello —sur del Valle de Aburrá, muy cerca de Medellín— hasta donde cada año llegan centenares de familias que huyen de la violencia. Se trata de un sector de invasión que para muchos ha significado el único lugar de bienvenida después de sufrir amenazas o el asesinato de algún familiar. Pues hoy estas familiares amanecieron con la zozobra y miedo, pues al despertar se encontraron con que sus casas estaban rodeadas por el Esmad y grupos especiales de la Policía.

Las escenas que grabaron decenas de vecinos son espantosas: la policía entró lanzando gases lacrimógenos y bombas aturdidoras, como si se tratara de una batalla campal, y a su paso pateaban las frágiles puertas de madera de las casas.

Según el testimonio de una líder que prefiere guardar el anonimato, aunque la policía apareció temprano en la mañana, el desalojo inició a partir de las 11. “Ahora hay mucha gente golpeada y nosotros estamos organizando a los niños, recogiéndolos, los queríamos ubicar en la escuela pero fue imposible porque allá se hizo la Policía, entonces nos prestaron una plancha y ahí estamos. Hay mucha gente golpeada. El desalojo lo están haciendo en un sector que conocemos como La Pinera. La gente está muy alterada. Todos muy angustiados”.

La secretaria de Seguridad de Bello, Daniela Ortega, dijo sobre este hecho: “La alcaldía de Bello, en cumplimiento de un fallo de un juez de tutela, realizará la demolición de construcciones ilegales en el sector de Girasoles, construcciones que vienen desde el mes de marzo del presente año, cuando se inició el respectivo control y proceso policivo. Estas construcciones ilegales y sus ocupantes interpusieron dos acciones de tutela, las cuales perdieron y ratificaron que el accionar de la Alcaldía de Bello fue ajustado a derecho, por lo tanto se realizaron las respectivas ofertas interinstitucionales…”.

Según Ortega, los daños que se han hecho en el sector son irreparables, pues quienes invaden la tierra queman pinos para poder construir sus viviendas. En total, se habrían quemado 18 hectáreas.

Pese a los argumentos jurídicos, ahora las familias denuncian que no tienen qué hacer ni dónde vivir, pues los están dejando sin el único con el techo con el que contaban. Se trata de 190 familias afectadas y que dicen no tener ninguna solución institucional. SEMANA trató de hablar con la Personería de Bello, que debería ser garante en este tipo de procesos, pero fue imposible.