Nace la primera agencia de publicidad dentro de una cárcel

Hace nueve meses lo que era un abandonado salón de clases de la cárcel La Modelo cambió de cara. El tablero viejo, los puestos desgastados, rayados, y la pared de ladrillos sin pintar dibujaban un escenario lúgubre en donde no había ganas de aprender. “Olvidado”, dice un preso para darle un adjetivo a lo que fue ese espacio muerto.

Los remanentes fueron movidos, nuevas mesas ingresaron, instalaron computadores, las paredes se pintaron de gris para que unas letras amarillas resaltaran y ambientaran el lugar como si de repente de las celdas se pasara a algún lugar de esos que habitan los diseñadores y los directores creativos.

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Ese era el objetivo, y en 15 días el oscuro salón se convirtió en la sede de Agencia Interna, la primera agencia de publicidad en el mundo que opera adentro de una cárcel, y un proyecto más de Acción Interna, la fundación de Johana Bahamón que se enfoca en la población privada de la libertad para que tengan segundas oportunidades.

“Segundas oportunidades”, es lo que dice siempre que materializa un nuevo proyecto, es lo que dice su camiseta negra cada vez que en una cárcel aparece algún rincón donde los presos pueden ser libres por unos momentos.

Dijo Juan Pablo Rocha que los profesores son envidiables, el decano de la facultad de Publicidad de la Sergio Arboleda, universidad que estuvo al tanto del proceso, no ocultó el entusiasmo al ver que publicistas de grandes agencias fueron los encargados de impartir las clases durante ocho meses.

La ministra de Justicia, Gloria Borrero, también asistió al evento de graduación de siete alumnos. La mayoría de quienes recibieron sus títulos fueron transferidos a otras cárceles o ya están disfrutando de la libertad. Como Édgar Preciado, que se levantó para recibir su diploma y el de William Silva, quien no pudo asistir porque estaba en una audiencia que definiría su libertad.

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Camilo Plazas, quien encabezó el grupo de agencias, dijo en la graduación que la intensión de enseñar publicidad es enviarle al país el mensaje de que el perdón es posible. “La publicidad cambia vidas”, dijo.

La ministra Borrero, al momento de su discurso dijo que haría lo posible para que los internos elaboren piezas publicitarias para el Ministerio de Justicia. La mayoría usó toga y birrete, todos con sonrisa enorme, porque todos lo aceptan: “Nunca pensé llegar a hacer parte de algo como esto".

John Jairo Calderón disfrutó cada clase, y no podrá olvidar que de ahora en adelante tendrá que arrugar muchos papeles rayados, llenar la papelera con ideas desechadas hasta llegar al estado donde un "bombillo se prende", y donde los errores que lo llevaron a estar en medio de los barrotes de una celda, pasan a segundo plano.