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ORDEN PÚBLICO

La fortuna perdida del Clan del Golfo

Con más de 600.000 millones de pesos incautados y varios de sus capos muertos en las últimas semanas, la situación del Clan del Golfo se complica.

24 de febrero de 2018

"Si esos manes dan papaya hay que darles a esos pintos o pirañas hay que darles candela. Saquémonos el clavo. La orden es denle bala. Hay que darles duro con una bomba o francotiradores”. Este es uno de los apartes de una carta escrita de puño y letra del jefe de la banda criminal del Clan del Golfo, Darío Úsuga, alias Otoniel. El destinatario: uno de sus hombres de confianza llamado Félix Ibargüen, conocido en ese grupo con el alias de Cobra 5.

La misiva tiene fecha del 31 de agosto del año pasado, y en ella el capo máximo del clan ordena una escalada de violencia contra la fuerza pública como represalia por la muerte del segundo al mando de ese grupo, Roberto Vargas, alias Gavilán. “Coordinen el trabajo para que no nos den más golpes. Cuídese mucho viejo, mire que eso es golpe tras golpe”, escribe Otoniel a su lugarteniente.

Esa advertencia terminó por convertirse en una premonición para ese hombre que comandaba una banda de 250 sicarios. Seis meses después, el pasado 19 de febrero, Cobra 5 murió en una vereda cerca de Riosucio, Chocó, tras un enfrentamiento con comandos de la Policía y el Ejército que integran la Operación Agamenón II, liderada por el general Jorge Vargas, director de la Dijín.

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Ese mismo día, a cientos de kilómetros de ahí, en el municipio de Orihueca, Magdalena, uniformados de esa acción policial-militar capturaron a dos integrantes del clan que custodiaban una caleta en la que había más de 2 toneladas de cocaína lista para exportar a Europa. El valor del alijo era de 51 millones de euros, aproximadamente 166.000 millones de pesos. En otras 2 caletas, las autoridades encontraron ese mismo fin de semana medio millón de dólares en efectivo; y en la otra, 500 millones de pesos y varios kilos de oro, con un valor aproximado de 5 millones de dólares, según reveló el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Una semana antes de esto, en Carepa, las autoridades habían detenido al principal caletero de esa bacrim, Luis Primera, alias Pómulo, responsable de las 13,3 toneladas incautadas en noviembre pasado, en el que consideraron el segundo decomiso más grande en la historia de la lucha contra el narcotráfico en el país. “Las operaciones contra Cobra 5, Pómulo y otros cabecillas del Clan del Golfo hacen parte de la ofensiva policial y militar permanente para golpear integralmente y en todos sus niveles a esa banda criminal”, explicó a SEMANA el general Vargas.

Estos son tan solo los operativos más recientes contra la organización de alias Otoniel. Sin embargo, al cumplir tres años de la Operación Agamenón, las cifras de lo que ha perdido ese grupo revelan por sí mismas la intensidad de la ofensiva estatal más grande contra un grupo mafioso, una operación incluso mayor que la emprendida en su momento contra Pablo Escobar y el cartel de Medellín.

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Según cifras reveladas por Villegas la semana anterior, la operación le ha decomisado al clan, en sociedades y establecimientos de comercio, 482.000 millones de pesos; en cuentas bancarias, 75.000 millones; en vehículos, 4.300 millones; y en inmuebles, más de 67.000 millones. Tan solo este balance arroja la impresionante cifra de más de 600.000 millones de pesos perdidos.

Esto sin tener en cuenta los millones de dólares que han dejado de recibir por los cargamentos de droga y las caletas decomisadas. “Vamos en cerca de 200 toneladas incautadas en estos 3 años, más de 1.700 hombres arrestados y cerca de 90, la mayoría de ellos de primer nivel en la organización, han muerto en combates”, afirmó el general Vargas. Solo el valor de esa cantidad de droga en el mercado estadounidense está alrededor de los 5.000 millones de dólares.

Esos golpes a las finanzas y a los principales lugartenientes tienen cada vez más cercado y solitario al capo Otoniel. Las autoridades tienen el desafío de impedir que esa bacrim recupere las fortunas perdidas y reemplace a los capos caídos, y avanzan en ese propósito.