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| Foto: Carlos Julio Martínez

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"Rechazamos de manera radical el abuso sexual a menores": Monseñor Elkin Álvarez.

El secretario general de la Conferencia Episcopal colombiana habla sobre el curso de prevención de abusos a menores que recibirán los obispos participantes de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal que se llevará a cabo esta semana.

6 de febrero de 2017

Semana.com: ¿En qué consiste el curso que van a tomar los obispos sobre prevención de abusos a menores?

Elkin Álvarez: Lo que vamos a ver será con un sacerdote miembro de la congregación  para la doctrina de la fe que viene desde Roma a enseñarnos algunos lineamientos para el manejo de estos casos y la manera de implementar en cada diócesis normas y directrices para la protección de los menores y para la salvaguarda de la vida sacerdotal. Esto es una jornada de actualización sobre todo para los obispos que han sido nombrados en los últimos cinco años porque el primer curso sobre estos aspectos ya los habíamos tomado desde el 2010.

Semana.com: ¿En que consisten esas normas o directrices que la iglesia ha venido implementando para prevenir el abuso a menores por parte de sacerdotes?

E.A.: En cada diócesis debe haber un delegado para atender las denuncias de casos de abusos de menores. Cuando se presenta una denuncia, lo primero que debe hacer el obispo del lugar es instaurar una investigación previa para asegurarse de la credibilidad y de las circunstancias de las denuncias. Además se inicia un proceso administrativo para que el caso sea notificado inmediatamente a la Santa Sede. Al ser un caso tan grave no es posible que el obispo tome juicio y determinación sobre los hechos. Luego de eso se toman otras medidas, como por ejemplo, se puede dar una suspensión temporal del padre y así mismo, medidas de protección para las víctimas durante el tiempo de investigación hasta que la santa sede se pronuncie con los pasos a seguir.

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Semana.com: ¿Qué medidas existen para que el proceso sea efectivo y no se quede todo en teoría o en un simple curso?

E.A.: Para nosotros no es un simple curso, para nosotros es una ley de procedimiento y por eso nosotros debemos aprender las leyes generales y ponerlas en práctica. Otra manera de garantizar la efectividad de esa norma de procedimiento es que todas las diócesis de Colombia deben presentar y dar cuenta de dos documentos. Uno es el documento de cómo se procede con estos casos y otro documento sobre las normas de protección de menores y brindar ambientes seguros en cada actividad eclesial en donde hay participación de menores de edad.

Semana.com: Monseñor, ¿en esos protocolos que hay para el acompañamiento a las víctimas?

E.A.: El Santo Padre nos exige prever las formas de atención a las víctimas pero tengo que decir que cada caso es distinto y exige unas cosas distintas pero lo más importante es buscar la atención pastoral; acompañamiento psicológico a todo el entorno de la víctima, a los padres, a los adultos cercanos. Pero también se trata de motivarlos a que denuncien con más frecuencia cada caso y recordarles que tienen el deber y el derecho de llevar el caso al ámbito civil.

Semana.com: ¿En qué momento cada caso pasa al ámbito civil?

E.A.: Son dos fueros distintos pero desde el primer momento la víctima puede llevar al ámbito civil. En lo que más nos ha insistido el Santo Padre es que ninguno de los casos se pueden ocultar de ninguna manera; el interés de la iglesia no es proteger a un sacerdote en esta línea. Ahora bien, la declaración que puede hacer una víctima debe estar acompañada de un mayor de edad por muchas razones.

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Semana.com: Entonces, ¿le parece relevante que esto ocurra y que la iglesia siga luchando por que estos delitos no vuelvan a ocurrir?

E.A.: Sí, es contundente. No queremos que se vuelvan a presentar casos de abusos a menores en actividades pastorales o de ninguna índole. Y por nuestra parte, seguiremos trabajando con corazón correcto para prevenir y erradicar este pecado y delito de nuestra sociedad. Como iglesia rechazamos con radicalidad el abuso de menores venga de quien venga.

Semana.com:¿Qué otros temas se tratarán en la Asamblea Plenaria?

E.A.: Bueno entre muchas cosas queremos hacer un análisis y un seguimiento a los procesos de implementación del acuerdo de paz con las Farc, analizar el acuerdo que está iniciando con el ELN y ver de qué manera podemos seguir ayudando en todo lo que podamos. Pero el tema principal es la formación de los sacerdotes porque la santa sede nos ha brindado un nuevo documento que se llama Ratio Fundamentalis, algo así como el piso fundamental de la formación de aspirantes al sacerdocio diocesano o de comunidades. En ese contexto, uno de los temas importantes es la formación de los candidatos al sacerdocio en prevención de abusos a menores para que no se presenten situaciones gravísimas como las que estamos viviendo.

Semana.com: ¿Cuál puede ser una razón principal para que se den los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes?

E.A.: No quisiera darte una razón reducida o simplista porque hay muchos estudios sobre el tema y es mucho más complejo de lo que parece. Yo diría que lo principal es la necesidad de recordarles a los sacerdotes su identidad espiritual como pastores,como acompañantes; el sacerdote debe tener una profunda vida espiritual que refleje el amor de Dios en todas las actuaciones. Cuando falta eso empiezan aparecer todo tipo de cosas. Pero es cierto que son muchas las causas y de índole diverso. Lo que sí habría que decir es que no se trata como dicen muchos que es exclusivamente por el celibato; pues de ser cierto serían todos los curas unos pederastas y eso tampoco es verdad.

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Semana.com: Monseñor, el año pasado fue el año de la misericordia, lo cual cayó como anillo al dedo por lo ocurrido con el proceso de paz en nuestro país, ¿para dónde debe caminar la iglesia en Colombia durante este nuevo año?

E.A.: Te agradezco que me hagas esa pregunta porque es un cuestionamiento que nos hacemos de manera permanente. El año pasado sirvió como base para el encuentro de la paz pero el primer paso real para su implementación debe ser la reconciliación. La iglesia este año se propone trabajar por la reconciliación. Cada ser humano debe ser embajador de reconciliación y en particular en este año nos hemos apropiado de un lema de la carta de San Pablo a los Corintios que dice. dejémonos reconciliar por Dios. Esto al menos a nivel nacional.

Semana.com: Perdone que le insista Monseñor pero ¿qué significa eso?

E.A.: Claro, significa empezar a crear desde la familia, desde los diversos ámbitos, desde las pequeñas comunidades, desde los pueblos, todo aquello que nos lleve a encontrar al otro, a vivir realmente la fraternidad. Reconciliarnos es una tarea que exige bastante pero estamos dispuestos a darlo todo para realizarla. La reconciliación real trasciende cualquier tipo de tratado. Así haya tratado no podemos tener paz si persisten la violencia y la corrupción en nuestro país. No podemos tener paz si sigue la crisis de la salud. La iglesia en medio de muchas dificultades sólo quiere iluminar los caminos para que la paz se lleve a cabo.