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| Foto: Esteban Vega

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“En Doña Juana hemos encontrado 30 incumplimientos”: Personera

Carmen Castañeda habla de los temas álgidos que tiene en su despacho: el problema de las basuras y las licitaciones de movilidad. Asegura que a comienzos de 2018 emitirá varias sanciones contra alcaldes locales.

21 de diciembre de 2017

SEMANA: Usted visitó esta semana el relleno Doña Juana. ¿Cómo encontró a la comunidad del Mochuelo?

Carmen Castañeda (C.C.): Es una comunidad que sigue muy afectada por el impacto social, el medioambiente y la salud que ha generado que un operador como CGR maneje el relleno sanitario. Nosotros presentamos más de 30 incumplimientos del operador en todos estos temas. Y en temas técnicos también, cómo opera el sistema en el relleno sanitario, en el que no importa que se incumpla, ni que no exista un visto bueno de la interventoría, la UAESP le sigue pagando al operador pese a los incumplimientos.

SEMANA: ¿Cuál le pareció el más grave de los incumplimientos?

C.C.: Todos son gravísimos. La falta de control en roedores, en las moscas. Pero que usted no haga las tomas y los aforos de los acueductos comunitarios para ver qué nuevas sustancias pueden estar afectando el agua, eso impacta en la salud. Que usted no haga las tomas del aire que está contaminado por toda la basura que no quieren tapar los operadores, eso también impacta al ser humano. Ahora, si el operador se compromete para mitigar el impacto a la salud y al medioambiente, pues lo mínimo que debe hacer es cumplir con esos compromisos sociales: que se va a hacer un jardín, que se van a dar unos cupos para los niños en los jardines, que se van a crear unos puntos de recreación, unos alcantarillados... pero nada tampoco se cumple. Es una comunidad casi abandonada.

SEMANA: ¿El Distrito está haciéndole control al operador?

C.C.: Consideramos que aquí no hay ninguna clase de control con el operador. Hace lo que quiere. Ni siquiera la interventoría está sirviendo. Es más, las conclusiones que tenemos es que para el operador es mucho más cómodo incumplir, porque las multas son irrisorias en el evento en que se le impongan, que cumplir.

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SEMANA: Usted ha señalado supuestas fallas en licitaciones del aseo, y también en otras de la Secretaría de Movilidad. ¿En qué cree que está fallando el Distrito en materia de contratación?

C.C.: Menos mal que no solamente es la Personería la que ha prendido las alertas. A mí me genera muchísima tranquilidad que la Procuraduría también esté revisando tantas licitaciones que se están presentando en esta administración. No sé si el temor (de la administración) es a perder los recursos, si es el temor al tiempo, pues uno entiende que una administración en 4 años difícilmente puede agotar un programa político como el que el alcalde quiere desarrollar para esta ciudad. Tantas entidades de control no pueden estar equivocadas. Algo tiene que estar pasando en la administración y uno no quisiera creer que por agotar los recursos y cumplir con los proyectos se pasan por encima los principios constitucionales que nos dicen cómo debemos proceder los servidores públicos.

SEMANA: Esta semana le abrió una indagación al secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo. ¿Por qué?


C.C.: Cuando uno tiene que construir una obra o prestar algún servicio, debe hacer unos estudios previos. Para el caso concreto de patios y grúas había que saber dónde se van a depositar los vehículos que han tenido participación en un hecho punible, como un carro con el que se atropelló una persona o se cometió un hurto. Esos vehículos tienen que tener un lugar de disposición. Bogotá no lo tiene claro y cuando llegamos a esta administración encontramos un cementerio de vehículos en Puente Aranda, porque eso no está definido. Acá hubo una consultoría que le costó una cantidad de dinero al Distrito, y que hizo unas sugerencias para tener en cuenta en la licitación. Pero no se tuvieron en cuenta. Esa platica se perdió. ¿Para qué se hacen los estudios, para engavetarlos?

SEMANA: Las alcaldías locales son un gran foco de corrupción en Bogotá. ¿Qué control ha hecho la Personería sobre estas?

C.C.: Hemos hecho un barrido en la contratación de las 20 localidades, 15 están siendo investigadas. De estos, tenemos 8 citados a cargos. Creo que para febrero o marzo ya vamos a tener sanciones en primera instancia.

En contexto: ¿Por qué las alcaldías locales son foco de corrupción?

SEMANA: Las estrategias del Distrito para frenar la corrupción en las localidades, como la creación del pliego tipo para contratar la malla vial, ¿han funcionado?

C.C.: No ha funcionado, y finalmente uno no puede culpar al secretario de gobierno o al alcalde por ese tema, porque quienes tienen la autonomía presupuestal son los alcaldes locales. Y lo he dicho siempre: pueden existir mil instrumentos para combatir la corrupción, pero es del corazón, de la voluntad y la ética del funcionario que decide torcer cualquier instrumento que haya.

SEMANA: En el contacto con la gente, ¿cuál siente que es el problema que más los agobia en Bogotá?


C.C.: La salud es uno. La gente se queja de la red hospitalaria. Lo que se ha hecho en esta administración es que de acuerdo a la demanda y la oferta quitan y ponen servicios en otro lado, cuando las personas ya tiene unas costumbres. Pero además, el secretario de Salud nos dice que ha ahorrado mucho dinero con la implementación de las redes hospitalarias, y la pregunta que nos hacemos es si el ahorro de dinero se ha hecho a costa de profesionales de la medicina, a costa de medicamentos, de capacidad para atender los usuarios. Si los ahorros son en ese sentido, que se acabe el ahorro.

SEMANA: ¿Qué es lo que más la ha impactado de la ciudad siendo personera?

C.C.: Lo que más me tiene impactada es el nivel de corrupción en Bogotá. Las investigaciones que estamos haciendo a 15 alcaldes locales de Bogotá, solo por un contrato que ellos suscriben en el año, como fue el de la malla vial en 2016, generó 125.000 millones de pesos de detrimento, que es el presupuesto de un año de la Personería, con el que funcionan 1.500 personas. Imagínese qué puede haber en el resto de contratos. Si no le ponemos una talanquera a la corrupción, no va a haber ningún presupuesto que alcance para la ciudad. Si todo el mundo sigue con la convicción de llenar sus arcas o las de sus amigos, ningún liderazgo que emerja en esta ciudad va a servir.