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| Foto: Jean Marc Hervé Abélard-ap

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De las promesas falsas a la orden de “pelar” al presidente, el caso Haití

Este es el testimonio del soldado profesional retirado Jheyner Alberto Carmona, de 26 años. Estaba endeudado y ante el compromiso de un buen trabajo en Haití, se embarcó en la misión en la resultó muerto el presidente Jovenel Moïse

20 de agosto de 2021

La cercanía que tenía con el sargento retirado Duberney Capador, uno de los jefes y reclutadores del comando de militares retirados que viajó a Haití y terminó asesinando al presidente de ese país Jovenel Moïse, fue el camino que llevó al jóven soldado profesional Jheyner Alberto Carmona a la peor misión de su vida. Así lo dejó claro en la declaración que dio, desde su sitio de reclusión en el país centroamericano, donde ahora espera el peso de la justicia.

Soñaba con viajar a Francia donde vive una prima y hacer su vida allá, incluso alcanzó a estudiar el idioma pero a cinco días de terminar el curso llegó la pandemia y todo quedó en veremos. Vivía solo con su mamá, y tenía deudas, por eso, la promesa de viajar a otro país donde tendría una buena oportunidad laboral lo llenó de ilusión.

“Debo al banco 17 millones. Yo estaba generando prácticamente lo de la cuota, pero confiaba en Dios que iba a salir de eso lo más pronto posible. Entonces yo le confieso que en ese tiempo durante la pandemia mi vida se convirtió en un caos, yo comencé a sufrir de depresión, estuve al borde del suicidio. Vivo con mi mamá yo soy hijo único por parte de mi mama, yo vivo con ella”, cuenta la declaración que fue recogida por autoridades en Haití.

Su relación con Capador era cercana, fue uno de los primeros en aceptar la misión y se trataban amablemente como “garrita”. El 2 de junio estaba listo para viajar, había comprado la dotación y habló con el Duberney Capador, quien sería su jefe, para ultimar detalles del viaje.

“Él me llamó, me dijo garra mañana a primera hora necesito que me saque la prueba de COVID, la PCR, me imagino que ya tiene la maleta lista con el material que se pidió por el grupo, y yo sí, yo no tenía nada, ya la había cotizado pero yo no tenía nada. Entonces me dijo pendiente, necesito que este mañana en Bogotá porque al otro día ya están los viajes”, se escucha en la declaración.

Falsa promesa

Carmona relató las promesas y lo que en principio sería el trabajo que desempeñarían en Haití, “nosotros más contentos, él comenzó a hablarnos acerca de los proyectos que se iban a hacer aquí en Haití, proyectos de inversión social, proyectos de purificación de agua, escolares, de hidroeléctricas, de pavimentación de calles, no ósea cantidad de inversión social, que nosotros decíamos excelente”.

En ese momento supieron que la misión era sacar al presidente Jovenel Moïse, para montar Crisrtian Emmanuel Sanon, un médico haitiano que vivía en la Florida y pensaba llegar al poder, pero aún no sabían tenían que matarlo. “Era un proyecto de seguridad de una hidroeléctrica, nos decían que hay esperar que Mr. Sanon (Crisrtian Emmanuel) se monte de presidente. Ellos le estaban apuntando era a que Mr. Sanon fuese presidente para mejorar el trabajo de nosotros y para poder traer a más colombianos”, afirmó.

El homicidio

Antes de iniciar la operación ellos preguntaron por qué iban a detener al presidente Jovenel Moïse, les dijeron que “porque era un dictador, que estaba mandando por decreto, que había disuelto todo el Congreso, que quería simplemente mandar, una cantidad de cosas. Nosotros siempre le decíamos con mi Coronel Guerrero ¿pero es legal?”.

Y aunque decían que era para detenerlo, a último momento llegó a órden final, había que matar al presidente y a quien estuviera en la casa. “Tocaba entrar y matar a todo el mundo, que tocaba matar a todos los policías, mejor dicho, que si había mascota que matar la mascota, no podría haber ningún testigo. Mike nos dijo sí, que tocaba pelar al presidente, Mike si nos dijo eso, que tocaba pelar al presidente”.

Jheyner Alberto Carmona, participó del operativo, estuvo en el cruce de disparos, pero no subió al segundo piso. Supo del asesinato, como varios de sus compañeros, por una foto que les mostraron en la sala de la casa privada del presidente Moïse. Huyeron y se resguardaron en una embajada, hasta que se dio su captura. Ahora tras las rejas recuerda a lo lejos sus sueños, sus ganas de ir a Francia, tiene 26 años, y solo espera que le alcance la vida para volver a ver a su mamá.