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EL PRIMERO DE LA FILA

El desarme del 'Francisco Garnica' parece demostrar que la Coordinadora Guerrillera comienza a hacer agua.

1 de agosto de 1994

NUNCA ANTES SE HABIA llevado a cabo una desmovilización guerrillera con tanta celeridad. En sólo cuatro meses representantes del gobierno y voceros del frente 'Francisco Garnica' lograron ponerse de acuerdo para que los 130 subversivos del frente dejaran sus armas y se reinsertaran a la vida civil. Se trata del sexto grupo guerrillero que deja la clandestinidad en el gobierno de César Gaviria Trujillo. Antes lo habían hecho la mayor parte del EPL el Quintín Lame, el PRT, las Milicias Populares y Bolivarianas de Medellín, y la Corriente de Renovación Socialista (CRS).
Aunque se trató de una negociación rápida, durante las 16 semanas de conversaciones el gobierno nunca puso en duda la voluntad de paz de los subversivos. La mejor prueba de dicha voluntad de paz la dieron durante la pasada cumbre de mandatarios de Iberoamérica, celebrada en Cartagena. Una de las condiciones del gobierno fue la de que el frente disidente del EPL retirara a todos sus hombres de la capital de Bolívar y se abstuviera de realizar cualquier acto políticomilitar durante el lapso en que estuvieran reunidos los presidentes. Los guerrilleros cumplieron su palabra, no se presentó ningún contratiempo durante la reunión de los jefes de estado y ello permitió que la negociación llegara a feliz término.
Pese a que no es muy conocido para la opinión pública, el frente Francisco Garnica' es el más tradicional dentro de la organización de la Coordinadora Guerrillera. Fue fundado en 1967 en los Llanos del Tigre en Córdova y uno de sus primeros comandantes fue Francisco Caraballo, detenido hace 15 días en inmediaciones de Bogotá, quien fué su máximo líder hasta hace muy poco tiempo. El frente centró sus operaciones en Córdova, Sucre y Bolívar.
El país tuvo conocimiento de sus acciones criminales en mayo de 1993 cuando algunos de sus integrantes secuestraron y luego asesinaron salvajemente al sacerdote español Javier Cirujano Arjona, párroco del municipio de San Jacinto (Bolívar). Precisamente la muerte del sacerdote se ha convertido en el centro de las polémicas, luego de la desmovilización del frente guerrillero. Libardo Leonés Landeros, uno de los voceros del frente, dice que los guerrilleros desmovilizados desconocen esa muerte y que "el único culpable, Julio Vega, se encuentra detenido y tendrá que pagar por el crimen". Por su parte, el consejero de Paz del gobierno, Carlos Eduardo Jaramillo, sostiene que ese hecho no fue considerado dentro de las garantías que tendrán los subversivos desmovilizados."Si la justicia logra demostrar que alguno de los guerrilleros reinsertados es culpable de la muerte del sacerdote, tendrá que pagar por ese delito. Para ellos no habrá beneficios jurídicos. Ninguna persona que esté vinculada a la contisión de delitos atroces o secuestros puede recibir beneficios jurídicos por parte del gobierno ", dijo Jaramillo a SEMANA.


DUROS GOLPES
Pero más allá de la polémica suscitada por el cruel asesinato del sacerdote Cirujano, la desmovilización del frente 'Francisco Garnica' es doblemente importante. Primero, porque se trata del frente histórico de la Coordinadora Guerrillera, y segundo, porque es la primera vez que un frente activo de esa organización se decide a dejar las armas y reinsertarse a la vida civil. ' Es la primera uva que se desprende del recinto " según una fuente gubernamental.
Y -de acuerdo con varios funcionarios del gobierno- el racimo de la Coordinadora Guerrillera está a punto de desgranarse por completo. "La desmovilización deferente 'Francisco Garnica' muestra las profundas grietas que tiene la Coordinadora Guerrillera", dijo a SEMANA el ministro de Gobierno, Fabio Villegas.
Este progresivo desmoronamiento de la estructura guerrillera no es gratuito. Es, por el contrario, la conjugación de dos valiosos elementos. El primero es una eficaz acción de inteligencia militar que permitió la captura de Caraballo y de Jenaro Salinas, del EPL, y de Carlos Arturo Velandia Jagua, cuarto hombre en las filas del ELN. Y el segundo es una efectiva política de paz que ha permitido en los últimos tres meses la desmovilización de 650 hombres de la CRS, 700 milicianos y 130 guerrilleros del Francisco Garnica'.
"La Coordinadora Guerrillera esta haciendo agua. La intimidación y el dinero que ofrecen no les alcanza para renovar su fuerza militar que está cada día más diezmada. En los últimos años se han desmovilizado cerca de 5.000 hombres, cifra bastante significativa para cualquier grupo militar" según Jaramillo.
A diferencia de lo que venía sucediendo en años anteriores, cuando la subversión no dejaba de realizar acciones militares que la hacían ver en una actitud ofensiva, en los últimos meses la Coordinadora Guerrillera parece estar más dedicada a la defensa que al ataque. A ello se suman los golpes recibidos por parte de las Fuerzas Militares, como el desmantelamiento de ocho campamentos guerrilleros en Cundinamarca, los cuales tenían capacidad para alojar a unos 400 hombres, la destrucción de una fábrica de minas quiebrapatas, y el decomiso de varias toneladas de hoja de coca en el Guaviare.

SIN NINGUN PODER
Si en el terreno militar las cosas no pintan bien para la Coordinadora Guerrillera, en el terreno político la situación no es menos grave. Un ejemplo sirve para ilustrar esa situación. En las pasadas elecciones la Coordinadora Guerrillera convirtió en su bandera política el voto en blanco en el Urabá antioqueño, zona donde desde hace muchos años ejerce un severo control. No obstante, pese a la intimidación y la amenaza, dicha propuesta sólo obtuvo 800 votos en toda la región.
El descuadernamiento militar habría llevado a algunos frentes de la Coordinadora Guerrillera a intensificar sus acciones terroristas, como sucedió la semana pasada cuando un frente de las FARC asesinó al alcalde de Fusagasugá, Manuel Humberto Cárdenas Vélez. Un comportamiento similar han asumido algunos frentes disidentes del EPL que, según funcionarios del gobierno, "se han dedicado a realizar el trabajo sucio de la Coordinadora Guerrillera. Se han convertido en los sicarios de esa organización como sucedio en La Chinita, en Apartado donde asesinaron a medio centenar de personas inocentes".
Según varias fuentes consultadas por SEMANA, donde más se siente el debilitamiento de la Coordinadora Guerrillera es en sus propias filas. De acuerdo con una versión oficial, en el último año cerca de 250 subversivos han abandonado los frentes y se han reincorporado a la vida civil de forma individual.
En todo caso, la desmovilización, del primer frente de la Coordinadora Guerrillera parece ser la demostración de que esa organización está mucho más golpeada de lo que sus comandantes pretenden hacer ver y que la cola de futuros desmovilizados que encabezaba el Francisco Garnica' es mucho más extensa de lo que pensaban sus jefes. Al terminar el mandato César Gaviria, le tocará a Ernesto Samper entenderse con ellos.-