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SEMANA y Diálogos Improbables se reunieron con asesores de los candidatos a la alcaldía de Bogotá, algunos concejales y expertos en temas clave para hablar acerca de cómo se puede construir la ciudad a largo plazo. | Foto: Guillermo Torres

BOGOTÁ

¿Por qué es tan difícil construir Bogotá a largo plazo?

SEMANA y Diálogos Improbables se reunieron con asesores de los candidatos a la alcaldía de Bogotá, algunos concejales y expertos en temas clave para hablar sobre cómo se puede construir la ciudad más allá de los cuatro años del mandatario de turno.

4 de octubre de 2019

Uno de los problemas de Bogotá es que cada alcalde llega con sus propias ideas para la ciudad, pero cuatro años más tarde su sucesor deja en el limbo muchas de esas obras para proponer unas nuevas. Los planes del anterior burgomaestre se quedan a medio camino o nunca llegan a verse por ser bandera de otro gobierno, y por lo mismo, con el paso de los años, no se ven grandes cambios en la capital.

Por eso, SEMANA y la plataforma Diálogos Improbables reunieron a los asesores de los candidatos Claudia López, Carlos Fernando Galán, Miguel Uribe y Hollman Morris para conversar sobre cómo construir la ciudad a largo plazo. Por la candidata de la Alianza Verde estuvieron Ricardo Cárdenas, asesor en movilidad; Hugo Acero, experto en seguridad, y Luisa Lema, consejera en ambiente. En representación de Bogotá para la Gente acudió el director programático Miguel Silva y el asesor Juan Carlos Junca. Por el movimiento Avancemos, participó la asesora programática Sandra Perdomo. Y por Colombia Humana-UP asistió Daniel Contreras, experto en seguridad.

En el encuentro también estuvieron varios candidatos al Concejo: Diego Cancino, de la Alianza Verde; María Andrea Nieto, de Cambio Radical; Juan David Quintero, del Partido Liberal; Ana Teresa Bernal, de la Colombia Humana-UP, y Johan Montenegro, del movimiento Bogotá para la Gente. Y entre el grupo de expertos independientes concurrieron Carlos Roberto Pombo, director de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá; Elsa Matilde Escobar, fundadora de Natura y experta en medioambiente; Jerónimo Castillo, especialista en seguridad de la Fundación Ideas para la Paz, y Camilo Urbano, experto en movilidad de la organización Despacio.

"Me puse a estudiar para ver por qué Medellín era mejor, y me di cuenta de que Bogotá superaba de lejos a Medellín en todos o casi todos los indicadores; solo que allá los políticos tenían la capacidad de reconocer lo bueno en el otro".

Diego Bautista, de Diálogos Improbables, lideró la conversación. Él ha logrado intercambios entre exparamilitares y víctimas, líderes sociales y representantes del Gobierno, ganaderos y campesinos, y múltiples sectores considerados antagónicos. La plataforma promueve acercamientos entre actores representativos de intereses políticos, económicos y sociales diversos y opuestos.

El diálogo comenzó con una pregunta: ¿hace falta una visión clara de ciudad para Bogotá? Camilo Urbano dijo que uno de los problemas para lograr esa perspectiva es que las obras en la capital se han personalizado. Según él, no se trata de un proyecto para los bogotanos, sino de réditos políticos para saltar a la presidencia. Por su parte, Carlos Roberto Pombo afirmó que parte de la falta de esa visión de ciudad es que “aún no hemos entendido nuestra realidad”. Para Pombo, los políticos no tienen claro que en Bogotá hay un cambio demográfico, la natalidad disminuye y el número de muertes, en cambio, es cada vez menor. La capital está obligando a los habitantes a irse a municipios aledaños y, por eso, se necesita una urbe metropolitana; además, hoy es más importante construir ciudadanía que ciudad.

Diego Cancino tocó uno de los temas clave: la necesidad de devolverles la confianza a los bogotanos en el otro y en las instituciones. Y esa confianza se podría construir por medio de acciones concretas, pero, en especial, a través del diálogo y la participación ciudadana, una de las falencias de este Gobierno distrital que todos en el recinto reconocieron. No obstante, para Juan David Quintero habría que pensar cómo hacer ese diálogo, pues no estaba seguro siquiera de si los que hoy están debatiendo el POT en el Concejo están preparados para una discusión tan técnica. “¿Cómo se haría, entonces, con otros temas incluyendo a toda la ciudadanía?”, preguntó.

"Pero en lo que el mundo sí está muy mal y en lo que sí hay algo urgente por hacer es en el cambio climático, y creo que en todas las campañas podemos estar de acuerdo. Todas las campañas, independientemente de la ideología, necesitamos aire para respirar"

Por su parte, Jerónimo Castillo dijo que después de haber escuchado algunas intervenciones se daba cuenta de que en realidad Bogotá sí tenía una visión de ciudad: crear una ciudad pública, en la que todos quepan, que invite a salir de la casa. Hugo Acero explicó que, aunque se piensa en lo público, el problema es que los alcaldes se quieren casar con la ciudad, pero desconocen a los “hijos” de las administraciones anteriores. “Es importante reconocer lo bueno que ha hecho el otro y darle continuidad; y a las obras con las que uno no esté del todo de acuerdo sacarlas adelante porque ya se invirtió en ellas… A menos que sea algo corrupto”. Por ejemplo, en temas de seguridad reconoció que en Bogotá los homicidios se habían reducido notoriamente, ya que el alcalde Enrique Peñalosa invirtió en tecnología y fortaleció el pie de fuerza. ¿Cómo construir sobre lo construido? Capacitar a los policías y mejorar sus condiciones de vida para darles solución a temas como la corrupción policial y el abuso de la autoridad.

Miguel Silva dijo al respecto que reconocer en el otro lo que está bien, así piense diferente, también puede ser una forma de generar esa confianza que se necesita en la ciudad. “Viví seis años en Medellín y me pregunté por qué en Medellín sí y en Bogotá no. Entonces me puse a estudiar para ver por qué Medellín era mejor, y me di cuenta de que Bogotá superaba de lejos a Medellín en todos o casi todos los indicadores; solo que allá los políticos tenían la capacidad de reconocer lo bueno en el otro y, en vez de descalificar, trataban de mostrar que eran mejores y podían construir sobre lo construido”.

También hubo consenso, pese a las diferencias técnicas, en que Bogotá necesita prepararse para el cambio climático. “Yo no veo que la ciudad esté tan mal ni en movilidad ni en seguridad. Ni que el mundo, en general, esté tan mal. Pero en lo que el mundo sí está muy mal y en lo que sí hay algo urgente por hacer es en el cambio climático, y creo que en todas las campañas podemos estar de acuerdo. Todas las campañas, independientemente de la ideología, necesitamos aire para respirar, que no se caigan los cerros”, dijo Carolina Urrutia.

En ese sentido, Elsa Matilde Escobar explicó que es necesario que la Alcaldía tenga más en cuenta a la comunidad con conocimiento y que se empiece por lo mínimo. “Podría hablar de lo importante que es no intervenir la reserva Thomas van der Hammen, de lo importante que es dar la transición para que los rellenos sanitarios se acaben, ¡pero es que ni siquiera reciclamos! Necesitamos empezar por ese mínimo, para que haya educación en las casas, para que los ciudadanos empiecen a ser parte de ese mínimo por conservar el ambiente”.

En otro momento, se vieron las diferencias para darles solución a algunos temas de la ciudad. Uno de ellos es la seguridad. Sandra Perdomo dijo que era necesario más pie de fuerza que saliera del dinero de la Alcaldía para que la gente pudiera estar segura y que la tecnología estuviera al servicio de la seguridad. Y en esa medida destacó las propuestas de su candidato, Miguel Uribe. Este propone prohibir el consumo de sustancias psicoactivas en todo el espacio público. Ana Teresa Bernal está de acuerdo con que Bogotá necesita más pie de fuerza, pero hace énfasis en la necesidad de pensar la seguridad desde una ciudad en la que la gente no tenga que robar “y para eso se necesita mayor inversión social, educación y oportunidades”. Todos los presentes estuvieron de acuerdo.

Curiosamente, la conversación no trató problemas específicos de Bogotá, como TransMilenio por la Séptima, sino conceptos profundos como la confianza, el construir sobre lo construido, así como reconocer lo bueno del otro. De este diálogo entre expertos con ideologías distintas fue interesante ver cómo la educación, que no era un eje central, terminó siendo la solución transversal a los problemas de Bogotá a futuro. Todos están de acuerdo con que quieren una ciudad amigable con el ambiente. En cuanto a la seguridad, se pueden recoger las ideas planteadas de todas las campañas, pese a las diferencias técnicas y de enfoque. Y para construir soluciones a problemas como la movilidad hay que tener en cuenta la voz ciudadana.