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Antitaurinos protestaron contra las corridas de toros en la plaza de Cañaveralejo, custodidada por el Esmad.
Antitaurinos protestaron contra las corridas de toros en la plaza de Cañaveralejo, custodidada por el Esmad. | Foto: Rodrigo Urrego

TAUROMAQUIA

Feria de Cali, segunda tarde: indulto e insultos

Los toros de César Rincón pusieron orden en el ruedo y disiparon la furia de los antitaturinos que intentaron boicotear la corrida. El Fandi y Joselito Adame, a hombros. A pie, el colombiano José Arcila.

27 de diciembre de 2021

César Rincón, como las máximas figuras de la época de esplendor taurino de Cali, sabía que cuando los trancones de la ciudad en plena feria retrasaban la llegada de los toreros a Cañaveralejo y el inicio de los festejos, por lo general estos resultaban acariciando la apoteosis. El día que las corridas coincidían con el desfile de carros viejos era una auténtica odisea llegar a la plaza, tanto que las furgonetas de los toreros violaban la ley e invadían el carril del Mio para librarse de los atascos.

La monumental ‘tranca’ (como dicen los caleños) que retrasó el inicio de la segunda de abono (primera corrida de toros) de la feria 2021 la provocó una numerosa masa de jóvenes antitaurinos, que llegaron hasta la misma puerta de la calle Quinta para protestar. La bloquearon, por lo que El Fandi (España), Joselito Adame (México) y José Arcila (Colombia) tuvieron que privarse del habitual ingreso en loor de multitudes y debieron ingresar por la avenida Guadalupe, atravesando vestidos de luces los corrales de la plaza hasta llegar al patio de cuadrillas.

Desde allí se alcanzaban a escuchar los gritos. “Asesinos, sádicos, hijueputas…”, eran los adjetivos más repetidos. Decenas de aficionados tuvieron que soportarlos. Roberto Domínguez, la figura del toreo español de finales de los ochenta y principios de los noventa, hoy apoderado de Roca Rey, se bajó de un taxi y atravesó la maraña de pancartas e insultos, prácticamente de incógnito, cuando treinta años atrás todos lo hubieran reconocido. Insultos. Ese fue el preludio de una tarde que gracias a Rincón, el ganadero, terminó con una palabra parecida: indulto.

Roberto Domínguez, apoderado de Roca Rey
Roberto Domínguez, apoderado de Roca Rey | Foto: Rodrigo Urrego

Con los antecedentes de la corrida del 8 de diciembre en Villapinzón, y la del 11 de diciembre en Puente Piedra, la ganadería Las Ventas del Espíritu Santo lidió su tercer encierro de la temporada de la reactivación y mantuvo su racha triunfal. Tres de tres.

En Cañaveralejo, el ruedo donde cobró antigüedad en la feria de 1998, el hierro de César Rincón asaltó el primer lugar de las ganaderías del país. Los seis toros embistieron, y uno en particular, Formal (número 541), de 506 kilos, nacido en 2016 y de pelaje castaño, emocionó tanto al público que cubrió más de la mitad de las 17.000 localidades, que se ganó el camino de regreso a la ganadería.

Salió en sexto lugar y el mexicano Adame electrizó los tendidos al rescatar la tauromaquia que llevó a la gloria a Rincón. Citó a varios metros de distancia y como el toro era ‘formal’ siempre acudió a la invitación del trapo y la persiguió con codicia. Todo fue furor. La presidencia no se resistió a lo que fue un auténtico clamor popular, pues si no hubiera asomado el pañuelo amarillo, seguramente se habría alterado el orden público.

Los aficionados más exigentes reprocharon la decisión y hasta cuestionaron el festivo reclamo de los de sol, quienes, paradójicamente, llegaron a la plaza entre insultos por ir a ver la muerte de ocho toros, pero salieron censurados por haberle salvado la vida al que consideraron el más bravo de todos.

Joselito Adame, torero mexicano.
Joselito Adame, torero mexicano. | Foto: Rodrigo Urrego

Adame se reivindicó del difícil trago que pasó con Analítico, de 520 kilos, el toro más bravo y fiero de la tarde, que salió en tercer lugar. El torero mexicano que más torea al año, con más de 300 tardes en toda su carrera, fue desbordado por el de Las Ventas. Era un toro de enfermería o de puerta grande, pero el mexicano ni lo uno ni lo otro. Muchos pases, la mayoría a trompicones.

Pero en época de ‘tapabocas’, sacó el más taurino por excelencia. Cuando se oían algunos silbidos, cobró una magnífica estocada que el público y la presidencia premiaron con una oreja. En Cali, como Pamplona en España, la sola estocada ejecutada a la mayor perfección muchas veces ha concluido en la puerta grande.

El Fandi, con 40 años, estuvo lejos de aquel joven huracán que había debutado en Cañaveralejo hace casi 20 años, en la feria de 2002, cuando era un gran capotero y el más espectacular banderillero. El ‘nuevo’ Fandi (o el Fandi ‘viejo’) arrasó, pero con un concepto hasta entonces desconocido. O cuando antes se había visto torear al granadino en Cali (y probablemente en Colombia) tan despacio. Cortó las dos orejas a su primero, el nobilísimo Cazador, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Y las dos de su segundo, Acaudalado, de mucha calidad aunque más apagado y con menos fuerza. Las tandas de muletazos de El Fandi fueron impecables, pero quizás no llegaban al tendido que siempre se ha emocionado con otras cosas. Para ellos también hubo porque la última tanda fue la de los alardes y los desplantes sin muleta, precisamente la que le trajo la segunda oreja. El público la pidió a rabiar ante un rogado presidente que asomó el segundo pañuelo antes de que las mulillas engancharan al toro. La reacción del público fue como de gol de campeonato en el último minuto.

El Fandi cortó 4 orejas en la corrida del 26 de diciembre de 2021 en Cali.
El Fandi cortó cuatro orejas en la corrida del 26 de diciembre de 2021 en Cali. | Foto: Rodrigo Urrego

José Arcila llegó a Cali precedido de su triunfal tarde en la Santamaría de febrero de 2020, donde se fue a hombros con tres orejas. Pero de esa tarde a la de su regreso a Cañaveralejo apenas toreó dos corridas -en Manizales en enero y Villapinzón en diciembre- y un festival (en Arenas Venecia). Lejos de los más de tres mil toros que lleva a cuestas El Fandi.

Ante Desviado, primero de su lote, tuvo la boca seca y tardó en acomodarse. El toro lo levantó del piso y la voltereta lo sacudió. Se levantó e interpretó la mejor serie de la primera parte de la corrida. Si hubiera acertado con la espada se hubiera llevado la oreja. A su segundo no le pegó un pase, pero el público no le reprochó, pues prefirió armarle una bronca al presidente por no haber devuelto el toro a los corrales, reclamando una cojera que en realidad no existía.

José Arcila, matador de toros de Manizales.
José Arcila, matador de toros de Manizales. | Foto: Rodrigo Urrego

La tarde había sido publicitada como la del regreso del rejoneo, porque dos toros de Salento fueron lidiados por el rejoneador español Óscar Borjas, número 19 del escalafón con 13 festejos. Cali, que ha visto a figuras de la talla de Manuel Vidrié, Ginés Cartagena, Pablo Hermoso de Mendoza, Andy Cartagena o Diego Ventura, no comió cuento y abucheó al jinete.

Feria de Cali 2021, primera corrida
Feria de Cali 2021, primera corrida | Foto: Rodrigo Urrego

Segunda tarde

Cali, 26 de diciembre de 2021

Plaza de toros de Cañaveralejo

Toros de Las Ventas del Espíritu Santo (indultado el cuarto, vuelta al ruedo al segundo) y dos de Salento (primero y octavo).

El Fandi: dos orejas y dos orejas.

Joselito Adame: oreja y dos orejas simbólicas.

José Arcila: silencio y silencio.

Óscar Borjas (rejoneador): pitos y pitos.