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Nicolás Maduro | Foto: Archivo Semana

RELACIONES INTERNACIONALES

Las claves para entender el lío entre Colombia y Venezuela

¿Maduro está cambiando los límites marítimos? ¿Habrá una confrontación entre los dos países? ¿Es una cortina de humo de Venezuela? ¿Es suficiente la reacción diplomática de Colombia?

22 de junio de 2015

El decreto 1787 del gobierno venezolano, expedido el pasado 26 de mayo, motivó la nueva tensión entre Colombia y Venezuela. En él, Venezuela estableció las Zonas Operativas de Defensa Integral Marítima e Insular (Zodimain) y automáticamente dispuso de aguas que hacen parte del histórico diferendo entre ambos países, que ya completa más de dos siglos.

¿Es una amenaza a la soberanía nacional? ¿Puede motivar la ruptura de las relaciones bilaterales? ¿Se están sobredimensionando los alcances de dicho decreto? Semana.com responde algunos interrogantes de esta nueva tensión diplomática.

El diferendo

Colombia y Venezuela sostienen uno de los diferendos más antiguos del continente por sus fronteras marítimas en el Golfo de Coquibacoa o Golfo de Venezuela. Colombia asegura que el archipiélago de Los Monjes, que prácticamente es la entrada al golfo, se encuentra dentro de su mar territorial. Venezuela, por su parte, sostiene la tesis que esos islotes están dentro de su plataforma continental extendida e históricamente ha reclamado soberanía sobre todas las aguas del Golfo.

En 1952 el canciller colombiano, Juan Uribe Holguín, mediante una nota diplomática, reconoció la soberanía venezolana sobre Los Monjes, pero el Congreso colombiano no avaló tal decisión porque los límites solo pueden ser aprobados por el Congreso.

En 1958, en la primera conferencia de Naciones Unidas sobre el derecho del mar se estableció la llamada Línea Media como principio para demarcar las aguas compartidas. La decisión favoreció a Colombia, pero Venezuela nunca acogió este acuerdo.

Desde entonces Colombia y Venezuela no han llegado a acuerdo alguno y pese a los intentos de negociación, se han registrado incidentes como el de la corbeta Caldas, que durante el gobierno de Virgilio Barco puso a tambalear las relaciones entre ambos países.

El decreto

El pasado 26 de mayo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, expidió el Decreto 1787 del 26 de mayo del 2015 que estableció las Zonas Operativas de Defensa Integral Marítima e Insular (denominadas Zodimain). Esas zonas abarcan desde las aguas aún no delimitadas con Colombia, hasta aguas situadas al norte del territorio francés de la Guyana Francesa.


El decreto de las Zodimain está basado en la Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana emitida el 17 de noviembre del 2014 mediante un decreto del propio Maduro. Según esa ley, las “zonas operativas de defensa integral” son “una agrupación territorial de fuerzas y medios en un espacio geográfico (…) donde se conducirán las operaciones para la defensa…”.

En la práctica, la definición de esa Zodimain y su publicación oficial significaba una delimitación territorial unilateral por parte de Venezuela, dejando a un lado los mecanismos diplomáticos. También tenía un preocupante componente bélico.

Peligran los límites con Colombia

El excanciller Julio Londoño Paredes es de la idea que ese decreto de Venezuela no pone en peligro los límites de Colombia. Lo califica como un acto inamistoso, contrario a las normas y principios del derecho internacional, pero que no tendrá ningún efecto sobre Colombia porque las delimitaciones no se pueden modificar mediante decretos unilaterales.

“No tienen ningún efecto en el derecho internacional”, asegura.

Teresita García, senadora de la comisión de asuntos internacionales del Congreso, dice que la Constitución establece que los límites solo pueden ser modificados por el Congreso, previo tratado entre los países en litigio.

La nota de protesta

El pasado 17 de junio, según un comunicado oficial, la Cancillería colombiana le envió una nota de protesta, por la vía diplomática, a través del embajador de Venezuela en Colombia, Ricardo Urdaneta. Nota motivada por las disposiciones incluidas en el nuevo decreto, que según el gobierno colombiano, “afectan los intereses y la posición histórica de Colombia en relación con la delimitación de las áreas marinas y submarinas con Venezuela”. Por eso exigió su rectificación.

Es suficiente la nota de protesta

Londoño Paredes considera que era el mecanismo adecuado. Sin embargo, Miguel Ceballos, ex viceministro y decano de la facultad de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, la califica de “tardía e insuficiente”. Tardía porque se produjo 26 días después de que se publicó el decreto en la gaceta oficial de Venezuela. E insuficiente porque considera que ante esta actitud inamistosa Colombia bien podría adoptar hasta sanciones económicas, como han hecho otros países, para pedir la rectificación del decreto.

Ceballos dice que el 28 de mayo, dos días después de publicado el decreto, el gobierno de Guyana sancionó a la aerolínea estatal venezolana Conviasa, prohibiéndole el aterrizaje de sus aviones por falta de pago de una fianza. El 8 de junio, Maduro corrigió el decreto, y reconoció que existe un diferendo con Guyana, lo que aún no ha hecho en el caso colombiano.

La importancia del Golfo de Venezuela

Cuando el canciller Juan Uribe Holguín decidió entregar en 1952 el archipiélago de Los Monjes, dijo que eran rocas sin mayor valor económico. Pero la zona es una importante reserva de gas y petróleo, según explica Miguel Ceballos. En la zona la empresa Gazpron, empresa estatal de Rusia viene adelantando la explotación de gas. Tanto Rusia como China anunciaron este año apoyo político militar para la protección del Golfo.

¿Es una cortina de humo?

Dirigentes políticos colombianos, incluso de oposición, han coincidido que la decisión del presidente Nicolás Maduro puede ser una cortina de humo para tapar la difícil situación que atraviesa Venezuela y su baja popularidad, recurriendo a la estrategia del nacionalismo que ha sido utilizada, en el pasado por otros mandatarios con difíciles situaciones internas.

Sin embargo, el decreto estaría más motivado en los hallazgos petroleros de la empresa Exxon en las aguas en litigio con Guyana, por lo que al decretar las Zodimain hacia el Atlántico, debía trazarlas también hacia el occidente. De hecho, los medios de comunicación venezolanos poca trascendencia le han dado a la reacción colombiana. 

Peligran las negociaciones

Julio Londoño Paredes relata que ya van 46 años de negociaciones sin que se llegue a un acuerdo, por lo que en este momento las posiciones de ambos países se advierten inmodificables y sin posibilidades próximas de un acuerdo sobre la delimitación de áreas marinas y submarinas.

Miguel Ceballos recuerda que desde 1833 se está tratando de resolver el conflicto. En 2009, en el gobierno de Álvaro Uribe, se reactivó la comisión de negociación, con mayor esfuerzo de Colombia que de Venezuela. La respuesta, dice, fue un decreto unilateral que modifica las fronteras. “Lo que espera es que Maduro muestre amistad con Colombia y la buena fe para tratar de solucionar el diferendo”.

¿Y si no se resuelve por la vía diplomática?

Lo que Colombia espera es que el presidente Maduro rectifique el decreto. De no hacerlo, Ceballos considera que podría haber una relación bilateral hostil que a ninguno de los dos países conviene. Se podría recurrir a organismos multilaterales, la OEA, la CELAC, incluso Unasur, pero en estas instancias el ambiente puede ser más favorable a Caracas que a Bogotá, dice.

Si no, asegura que no se deberían descartar otras medidas, como el llamado a consultas del embajador en Caracas, o sanciones de tipo económico.